Nueva Pagina Web


Nos mudamos a una nueva y mejor pagina
Te esperamos en elpiquetero.org


viernes, 6 de julio de 2012

CARTA ABIERTA DE LA TPR AL XXI CONGRESO DEL PARTIDO OBRERO Y AL SECRETARIADO INTERNACIONAL DE LA CRCI

CARTA ABIERTA DE LA TPR AL XXI CONGRESO DEL PARTIDO OBRERO
Y AL SECRETARIADO INTERNACIONAL DE LA CRCI

“LA BANCARROTA DE LA
IZQUIERDA ANTICAPITALISTA
EN EL MARCO DEL ASCENSO DEL FRENTE POPULAR”

ALTAMIRA, EL PO Y EL FIT TIENEN QUE ELEGIR:
¿CRCI O SYRIZA?
“Que en Grecia haya una izquierda que nunca pasó del 5 por ciento y que ahora va a ganar las elecciones, y además que toda Europa esté temblando por ese hecho es una confirmación de que este libro ya está superado”
Jorge Altamira, sobre su libro “El ascenso de la izquierda en el marco de la bancarrota capitalista” - (El Diario, 12/6/2012)

“En contraste, sin embargo, con la oportunidad que ofrecía este giro político, la izquierda revolucionaria de distintos matices dio el canto del cisne del sectarismo. No se sumó al voto a Syriza, con un programa propio e incluso la denuncia de los planteos capituladores de Syriza, y tampoco se sumó, por lo tanto, a la batalla fundamental por la conquista de los militantes y electores del partido comunista, y por la quiebra de este aparato contrarrevolucionario. Fue ninguneada por las masas -lo peor que podría ocurrir en un período pre-revolucionario. Se hundió al 0.3% del electorado (por debajo incluso del 1.5% obtenido un mes antes). Quienes denuncian al Partido Obrero de daltonismo, se han perdido la oportunidad de capitalizar todas las variaciones que ofrece el arcoíris. El sectarismo y el autobombo son tan dañinos, en esta etapa, como el oportunismo y la colaboración de clases”
Jorge Altamira (Prensa Obrera Nº 1229 – Editorial: “Viva el XXI Congreso del PO”)

A tan sólo 24 horas de comenzar el XXI Congreso, Jorge Altamira acaba de lanzar un ataque público contra la Coordinadora por la Refundación de la Cuarta Internacional (CRCI), coordinadora que el propio Partido Obrero puso en pie en 2004 luego de décadas de lucha política en defensa de la IV Internacional. Altamira ha salido a atacar al EEK y a la CRCI por no haber votado al frente popular de Grecia, Syriza, en las últimas elecciones griegas: esto, cuando nunca planteó pública y explícitamente que el EEK y la CRCI tenían que llamar a votar a Syriza antes de las elecciones. Altamira pretende que el XXI Congreso del PO ratifique su provocación. De esta forma, está dando un salto en su ofensiva disolvente contra el propio PO y la CRCI que viene desarrollando desde 2009 cuando comenzó a operar el viraje anticapitalista del CC del PO. Ahora, Altamira pega un nuevo bandazo y pretende llevar al PO y la CRCI desde el anticapitalismo en bancarrota al frente popular que está atravesando un ascenso electoral en Europa.

Desde la TPR nos dirigimos al conjunto de la militancia del Partido Obrero y de la CRCI para plantearles que se posicionen de forma contundente contra la provocación de Altamira y voten un rechazo al apoyo a Syriza, relanzando la actividad internacional de la CRCI para intervenir frente a la bancarrota de la izquierda anticapitalista en el marco del ascenso del frente popular y frente a la revolución en curso en el mundo árabe.

ALTAMIRA:
CON EL PARTIDO DE LA IZQUIERDA EUROPEA
CONTRA LA CRCI

GRECIA: EL OPORTUNISTA DE ALTAMIRA CONTRA EL EEK Y CON SYRIZA

¿Cómo justifica Altamira su ataque contra la CRCI? En la editorial de la Prensa Obrera Nº 1229, titulada “Viva el XXI Congreso del Partido Obrero”, Altamira dice que “Grecia, al igual que Egipto, puso de manifiesto una categoría fundamental de todo este proceso de crisis: la categoría del viraje, es decir el giro súbito del cuadro político y, por sobre todo, de las masas, y, como consecuencia de ello, la emergencia de la cuestión del poder. A pesar del carácter centrista y reformista de las fuerzas que integran Syriza (entre centristas y reformistas), las masas fueron arrastradas por la crisis de la economía y del Estado a una alternativa de ‘gobierno de la izquierda’, lo que fue caracterizado por todas las cancillerías imperialistas como ‘el fin de Europa’. La situación fue salvada por el último bastión del capital, el partido comunista, que restó el 3% de los votos que se necesitaban para una victoria de la izquierda, aunque ese partido (que es el que mayor peso tiene en la clase obrera) perdió en el camino, a favor de Siryza, al 60% de su electorado. La izquierda revolucionaria mundial debe tomar nota: no estamos, es cierto, en las vísperas de la revolución social, pero sí en las de su antesala: el viraje brusco del cuadro político y el desplazamiento, también brusco, de las masas hacia la izquierda. Una situación pre-viraje solamente significa que ‘la procesión ya está avanzando por dentro’, que para detectarla solamente hace falta poner el oído más cerca de los trabajadores. En contraste, sin embargo, con la oportunidad que ofrecía este giro político, la izquierda revolucionaria de distintos matices dio el canto del cisne del sectarismo. No se sumó al voto a Syriza, con un programa propio e incluso la denuncia de los planteos capituladores de Syriza, y tampoco se sumó, por lo tanto, a la batalla fundamental por la conquista de los militantes y electores del partido comunista, y por la quiebra de este aparato contrarrevolucionario. Fue ninguneada por las masas -lo peor que podría ocurrir en un período pre-revolucionario. Se hundió al 0.3% del electorado (por debajo incluso del 1.5% obtenido un mes antes). Quienes denuncian al Partido Obrero de daltonismo, se han perdido la oportunidad de capitalizar todas las variaciones que ofrece el arcoíris. El sectarismo y el autobombo son tan dañinos, en esta etapa, como el oportunismo y la colaboración de clases”.

Altamira, sin decirlo explícitamente, está atacando la política del EEK, partido revolucionario que constituye la sección griega de la CRCI. El EEK llamó a votar, en las últimas elecciones griegas, a Antarsya (como también lo hicimos desde la TPR, lo que está documentado en nuestra “Carta abierta al EEK y la CRCI” fechada el 10 de junio de 2012 que puede ser leída en el siguiente link: http://tpr-internet.blogspot.com.ar/2012/06/elecciones-griegas-carta-abierta-de-la.html). Lo hizo en oposición al carácter reformista y frentepopulista de Syriza, y luego de haberse visto imposibilitado de presentar una lista propia. Esa posición fue apoyada públicamente por el DIP de Turquía (ver su posición en el siguiente link: http://dip.org.tr/index.php/yazlar/item/1439-yunanistan%E2%80%99da-oyumuz-sosyalistlere) y la MTL de Finlandia (ver su posición en los siguientes links: http://mtl-fi.org/2012/06/18/the-17-june-elections-in-greece/ y http://mtl-fi.org/2012/06/26/kreikan-vaalitulos-vain-karjistaa-ristiriitoja/), secciones nacionales de la CRCI.

Altamira, por el contrario, se la pasó todo el período previo a las elecciones adulando a Syriza pero sin fijar posición de forma explícita acerca de a quién había que votar. Llegó a escribir que “se trata de defender la perspectiva de un gobierno de izquierda contra la derecha, denunciando el carácter, o sea las limitaciones estratégicas del programa de esa izquierda, ni comprometer un apoyo a ese gobierno. Con estas precisiones y diferenciaciones, la victoria electoral de la izquierda en Grecia representaría un enorme avance en la situación política de las masas y en la ampliación del campo de acción para la izquierda revolucionaria” (Prensa Obrera, 31/5/2012). E incluso afirmó que “estoy convencido de que si Syriza llega al gobierno anula el memorándum” (entrevista a Altamira publicada por ArgenPress, 5/6/2012). Pero si para Altamira el triunfo de Syriza ampliaba el campo de acción de la izquierda revolucionaria e implicaba la anulación del memorándum, ¿por qué no dio una lucha política pública antes de las elecciones para que el EEK (e incluso Antarsya) llamaran a votar a Syriza? Solamente un sectario incurable no llamaría a votar una variante que considera absolutamente progresiva en la situación política. Y que no nos venga a decir que lo hizo en defensa del “centralismo democrático” de la CRCI, que poco le ha importado ahora al convocar al XXI Congreso del PO con un balance hostil a la CRCI. Su llamado tardío solamente puede responder a su voluntad de impulsar la disolución de la CRCI detrás de la izquierda frentepopulista.

Al mismo tiempo, ¿por qué ahora equipara a los compañeros que votaron a Antarsya con el PC cuando dice que “el sectarismo” es tan dañino como la colaboración de clases, y antes no? Lo de Altamira no puede ser calificado más que de una enorme prueba de oportunismo, que con los hechos consumados busca acomodarse junto al triunfador en contra de sus propios compañeros. Por eso mismo, en su balance ni siquiera nombra el hecho de que el EEK no se pudo presentar, y reduce la izquierda revolucionaria a Antarsya, que es quién sacó el 0,3%, cuando se trata de una coalición centrista anti-capitalista. Altamira ya había atacado al EEK en Prensa Obrera cuando afirmó que la izquierda griega “debe valerse del programa revolucionario, no para justificar el aislamiento, sino -por sobre todas las cosas- para quebrar la marginalidad y convertirse en protagonista político”, insinuando que Savas Matsas utiliza el programa como una excusa para seguir aislado. Jorge Altamira está demostrando una hostilidad sin precedentes contra la CRCI.

CONTRA LA CRCI, ALTAMIRA FESTEJA COMO “EL ASCENSO DE LA IZQUIERDA” A LOS FRENTE-POPULISTAS DEL PARTIDO DE LA IZQUIERDA EUROPEA

La posición de Altamira frente a Syriza forma parte de un viraje de conjunto, a través del cual Altamira está pegando un salto desde el anti-capitalismo a la directa simpatía con el frente-populismo europeo. Esto se expresó también en las elecciones en Francia, en un artículo titulado: “Francia: el ascenso de la izquierda” (Prensa Obrera, 12/4/2012), haciendo alusión al progreso electoral del Frente de Izquierda francés, encabezado por Mélenchon e integrado por el Partido Comunista Francés y elementos provenientes del Partido Socialista. Ya en julio de 2010, en una “declaración política del Secretariado Internacional de la CRCI”, se establecía una caracterización sobre Die Linke (“La Izquierda” de Alemania) similar a la realizada sobre Syriza cuando se afirmaba que “un caso especial en la izquierda democrática europea podría estar representado por el partido Die Linke, pero no porque tenga una política independiente del imperialismo, puesto que integra gobiernos burgueses en varios Estados. La peculiaridad de los Linke es que han abierto una expectativa de cambio en una parte de la clase obrera e incluso de la burocracia sindical descontenta con el SPD (Partido Socialista) y la mayoría del aparato sindical. Se encuentra posicionada como una estación de paso del descontento de las masas. Bajo este tipo de presiones, un partido como Die Linke podría radicalizarse y desarrollar en su interior tendencias revolucionarias. Esta posibilidad pone a la orden del día el reclamo de que Die Linke rompa por completo con los gobiernos burgueses regionales, se movilice por el retiro de todos los planes de austeridad y reivindique un gobierno de trabajadores”.

Todas estas expresiones sobre Syriza, el Frente de Izquierda francés y Die Linke implican un cambio en la caracterización de la CRCI sobre la izquierda democratizante y frente-populista europea. A partir de ahora, según Altamira, esa izquierda integrada al régimen capitalista podría ser un canal para motorizar la intervención popular contra la bancarrota capitalista. No es la caracterización que históricamente ha defendido la CRCI.

LA CRCI SE CONSTRUYÓ BATALLANDO CONTRA EL PARTIDO DE LA IZQUIERDA EUROPEA

LA CRCI SOBRE LA IZQUIERDA Y CENTRO-IZQUIERDA FRENTE-POPULISTA: RECICLAJE DEL STALINISMO, GOBIERNOS DE IZQUIERDA PARA GESTIONAR LA CRISIS CAPITALISTA, RECURSO POLÍTICO DE LA BURGUESÍA IMPERIALISTA, ENTERRADORES DE LA ACCIÓN INDEPENDIENTE DE LA CLASE OBRERA

Esta no es una cuestión menor, porque la CRCI se construyó durante años defendiendo determinadas posiciones, y hoy su principal sección nacional (el PO) las está revisando por completo. Por lo tanto, la CRCI tiene que procesar un debate político y adoptar una definición para poder intervenir correctamente en el cuadro mundial, lo que necesariamente tiene que partir de un balance de las propias posiciones de la CRCI y de las actuales posiciones de Altamira en contraste con el desarrollo real de la lucha de clases y la bancarrota capitalista mundial.

Ya hemos visto sucintamente las posiciones de Altamira: veamos ahora las posiciones que estableció la CRCI (y el propio PO) históricamente sobre la izquierda frente populista europea.

En primer lugar, es necesario destacar que el EEK ya había previsto la posibilidad política de que se plantee un gobierno de “izquierda” protagonizado por Syriza, planteando lo siguiente: “Como la clase dirigente está perdiendo control de la situación caótica, hay toda clase de escenarios para ‘un gobierno de salvación nacional’, o incluso por un ‘gobierno que incluya a la izquierda’, la posición de nuestro Congreso es clarísima: luchamos inflexiblemente para derrocar cualquier gobierno burgués de cualquier color político, incluyendo un gobierno colaboracionista de la centroizquierda que simule ser ‘una coalición nueva y popular en el poder más o menos de izquierda’ (propuesto por Syriza). Rechazamos absolutamente también la posición del Antarsya, quien está proponiendo una postura opositora de ‘presión popular de las masas y de chantaje popular a una coalición de gobierno de ‘izquierda’ o centroizquierda, para obtener cambios radicales que abran el camino a una revolución anticapitalista’ (¡!)” (XI Congreso del EEK, Prensa Obrera, 27/9/2011).

Ya este año, poco antes de que Syriza atravesara su ascenso electoral, el EEK planteó que: “Lo peor es que esa propuesta de una coalición de centro-izquierda allana el camino para una especie de gobierno de centro-izquierda o ‘izquierda’ que tratará de gestionar la crisis capitalista y la crisis del poder burgués, una vez que los gobiernos bipartidistas o multipartidistas, como el dúo ND- PASOK y su centro, pierdan apoyo” (Declaración del CC del EEK, publicada en www.po.org.ar, 24/3/2012).

Todas estas posiciones fueron publicadas por la Prensa Obrera sin que mediara crítica alguna del propio Altamira.

Lo mismo sucedió en relación a la situación francesa. La cuestión del Frente de Izquierda francés es central dado que ha actuado como un factor para promover la disolución de la izquierda anticapitalista en beneficio del propio Partido Socialista que ha ganado las elecciones recientemente.

Sobre este punto, el Partido Obrero fijó la siguiente posición en su periódico: “En Francia, la izquierda centrista tipo NPA, repitió un esquema que ya intentó aplicar sin fortuna el MAS, cuando el triunfo del menemismo: suponer que la burguesía puede quedarse sin recursos políticos en una situación crítica, sin que sea necesario que la izquierda revolucionaria los derrote mediante un despiadado combate político. Se puede discutir mucho sobre el Frente de Izquierda, la candidatura de Mélenchon (jefe del Partido de Izquierda) y el lugar del Partido Comunista. Pero debería ser evidente que el Frente de Izquierda es una fuerza conservadora, burocrática e inmovilista. Las negociaciones que lleva adelante para un acuerdo electoral con el PS, en 2012, dominan cualquier otra tentación. Algunos sectores del NPA se interesan notablemente en el Frente de Izquierda y el núcleo de su dirección se niega a romper los puentes con esta nueva forma de ‘unidad’ al servicio de una alternativa burguesa” (Prensa Obrera, 3/3/2011). En esa misma línea, pocos meses antes la Prensa Obrera planteaba: “La delimitación ante el Frente de Izquierda resulta fundamental y tiene que ser bien planteada. Un gobierno de izquierda que gane las elecciones en 2012 (o una forma de gobierno de unión nacional antes, si la crisis se acelera) aparece como un recurso político de la burguesía imperialista, dada la configuración del régimen político y el lugar del Partido Socialista. El Frente de Izquierda va a intervenir en esta opción – y colabora desde ya, como se acaba de ver en el reciente congreso del Partido Comunista–  como un componente necesario, desde adentro o desde afuera de la coalición y del gobierno. Entonces, no resulta suficiente proclamar la necesidad de la ‘independencia’ ante el PS y el PC y denunciar un ‘gobierno reformista’ como base de los desacuerdos con la mayoría. Hay que indicar la oposición a esta alternativa política, la caracterización no sólo del PS sino también del PC y de la izquierda antiliberal, variante francesa de la izquierda democratizante, como enterradoras de la acción independiente de la clase obrera y de los explotados. La orientación revolucionaria y de lucha de clases es trabajar y construir en la dirección opuesta a la de la ‘unidad de la izquierda’” (Prensa Obrera, 12/8/2010).

¿Se puede calificar de “ascenso de la izquierda” el ascenso electoral de los enterradores de la acción independiente de la clase obrera y los explotados, los burócratas conservadores e inmovilistas, los que constituyen una alternativa burguesa y un recurso político de la burguesía imperialista?

Y, para finalizar, sobre Die Linke el compañero Luis Oviedo afirmaba que: “La prensa francesa compara el NPA de Besancenot con la Linke, el partido de izquierda cuyo crecimiento ha puesto ‘nerviosa’ a la vieja socialdemocracia alemana. La Linke no es más que un transformismo (reciclaje) de los viejos aparatos del stalinismo y de la izquierda de la socialdemocracia. No hay nada de ‘nuevo’ en este partido, que cogobierna con la socialdemocracia varios estados alemanes. De todos modos, también se presenta como ‘anticapitalista'” (Prensa Obrera, 14/8/2008). Dos años después, la resolución de la CRCI dice que Die Linke podría romper con los gobiernos burgueses regionales y luchar por un gobierno de los trabajadores.

Altamira busca imponer su política de disolución detrás de la izquierda europea negando todo este enorme bagaje político revolucionario de la CRCI.

SEGÚN EL OBRERO INTERNACIONAL DE 2005, LA CRCI PLANTEA QUE EL PARTIDO DE LA IZQUIERDA EUROPEA ES UN NUEVO FRENTE POPULAR PARA ARRASTRAR A LA CLASE OBRERA Y A LOS MOVIMIENTOS POPULARES A LOS BRAZOS DE LA BURGUESÍA

De hecho, apenas se formó el Partido de la Izquierda Europea, la CRCI fijó posición a través de El Obrero Internacional Nº 4 (aquel cuya tapa contenía el artículo titulado “Llamamos a votar por Evo Morales y el MAS”, fechada el 16/12/2005). Nos permitimos citar la nota de Franco Grisolía, dirigente del PCL, sobre la izquierda europea para clarificar el debate (la misma puede ser encontrada en el siguiente link: http://crciweb.org/node/84):

“El pasado 29/30 de octubre se realizó en Atenas el primer congreso del ‘Partido de la Izquierda Europea’ (PIE). Esta federación internacional de partidos se había constituido en mayo de 2004 en Roma. El motor impulsor de la iniciativa fue el Partido de la Refundación Comunista, la organización italiana cuyo secretario, Fausto Bertinotti, es el presidente del nuevo Partido de la Izquierda Europea. Alrededor de él se han agrupado una serie de fuerzas que provienen, esencialmente, de la crisis del stalinismo internacional: el Partido Comunista francés, el Partido Comunista español, el Synaspismos griego, y segundo en importancia detrás del PRC italiano, el Partido de la Democracia Social (PDS) alemán, al que se ha sumado, recientemente, el sector izquierdo de la socialdemocracia, liderado por el ex ministro Oskar Lafontaine, dando vida al nuevo Partido de Izquierda (Die Linke), que obtuvo un buen resultado en las elecciones alemanas pasadas. Alrededor de ellos, hay varios partidos menores, tanto de Europa occidental como de los ex Estados obreros deformados (pero ninguno de Rusia). Recientemente, se agregaron también dos partidos provenientes de la ‘extrema izquierda’: el ‘Bloque de Izquierda’ portugués, una estructura federal que incluye principalmente a los ‘pablistas’ y ex maoístas locales; y ‘Respect’, el frente popular constituido en Inglaterra por el Partido Socialista de los Trabajadores (SWP) con sectores pequeñoburgueses y burgueses musulmanes, y que tiene como representante al demagogo católico de izquierda George Galloway.

“El PIE es un producto del colapso del stalinismo. En Italia, el viejo Partido Comunista (PCI), expresión de una situación particular, con raíces profundas en la sociedad burguesa, se había transformado en Partido Democrático de la Izquierda (PDS; luego, Democráticos de Izquierda, DS) después de 1989, concluyendo así su conversión, luego de un largo período de transformación política y social, en un partido burgués, con características peculiares, ya que contiene en su interior una corriente socialdemócrata. En ese marco, la parte más radical de la izquierda del PCI fundó el PRC, donde confluyeron las principales fuerzas de la extrema izquierda. En Francia y España, los dos partidos comunistas locales perdían su espacio político de modo significativo, abandonando el papel que habían jugado en la fase precedente. No es casualidad que los tres partidos mencionados hayan compartido la experiencia del llamado ‘eurocomunismo’, es decir del intento fracasado de constituir una corriente intermedia entre la socialdemocracia clásica y el stalinismo, sin romper completamente los vínculos con la burocracia del Kremlin.

“En una situación histórica diferente, las fuerzas del PIE vuelven a proponer algo parecido al intento eurocomunista (con el heredero reformado del viejo partido de la burocracia stalinista de Alemania del Este): quieren representar un reformismo esencialmente socialdemócrata junto con la reivindicación de un ‘movimiento comunista refundado’. Pero estando ausente la referencia social como la que una vez tuvo la burocracia rusa, el aspecto dominante es el primero.

“La escisión reciente con la SPD alemana por parte de Oskar Lafontaine y la formación por parte de sectores de la izquierda de ese partido del WASG, después fusionada con la PDS en el Partido de Izquierda, da la pauta de la naturaleza de la nueva formación.

“Este reagrupamiento de tipo socialdemócrata tiene como referencia política central al Partido de la Refundacion Comunista (PRC), de Fausto Bertinotti. El PRC no estuvo nunca formalmente dentro del gobierno de ‘centroizquierda’, pero sostuvo, entre 1996 y 1998, la mayoría parlamentaria de aquel gobierno liderado por Romano Prodi. Pero hoy participa plenamente en la coalición burguesa de centroizquierda, liderada de nuevo por Prodi, que lleva el nombre de ‘Unión’. Esta se perfila como la probable ganadora de las próximas elecciones de 2006. De ese modo, el PRC entraría a formar parte del gobierno. El PCF, en Francia, ya participó con ministros propios en los gobiernos recientes de la ‘izquierda plural’. Pero el PRC logra todavía combinar un extremismo formal (fue el PRC que desarrolló una batalla para que todo el PIE asumiera posiciones contra el tratado constitucional, haciendo, por ejemplo, cambiar de posición al PDS alemán, inicialmente a favor de la constitución europea), con una alianza con las fuerzas burguesas y centristas liberales y clericales. Es un punto de referencia para lo que se perfila como una nueva socialdemocracia demagógica y moderada, que al mismo tiempo se presenta como izquierdista, en un juego de péndulo centro-izquierda/centro-derecha que es el funcional, pero contradictorio, al cuadro del régimen capitalista europeo.

“El documento programático que se votó en el congreso refleja bien la naturaleza del PIE. Es un texto donde se ve claramente una perspectiva puramente pacifista y reformista, en donde el socialismo no existe, ni siquiera como horizonte lejano al cual llegar después de mucho tiempo. Pero el corazón del documento está en su capítulo final, que se titula ‘Construir las alianzas’. En él se afirma: ‘Nuestra tarea es contribuir al nacimiento de una mayoría popular, de izquierda y social, que es y debe ser más amplia que nosotros: con otros partidos políticos, con el Foro Social europeo y los movimientos sociales, con las feministas, los sindicatos, las asociaciones populares, etc. Una mayoría popular crecerá con alianzas y convergencias entre todos los que quieren construir otra Europa’. Es decir, un nuevo ‘Frente Popular’ con el cual arrastrar a la clase obrera y a los movimientos populares a los brazos de la burguesía.

“La alternativa a una Europa del capital y a sus crisis no llegará ciertamente de esta nueva fuerza política neosocialdemócrata, reformista y movimientista pequeñoburguesa, sino que llegará al viejo continente gracias a la Internacional revolucionaria del proletariado, la IV Internacional refundada”.

LA CRCI Y LA TPR TENEMOS RAZÓN, ALTAMIRA NO:
EL ASCENSO DE LA IZQUIERDA EUROPEA ES EL ASCENSO DEL FRENTE POPULAR

SYRIZA (GRECIA), EL FRONT DE GAUCHE (FRANCIA) Y DIE LINKE (ALEMANIA) NO SON UNA PLATAFORMA PARA IMPULSAR LA LUCHA DE LAS MASAS CONTRA EL CAPITAL, SON UN RECURSO POLÍTICO PARA APLASTAR A LA IZQUIERDA

A partir de la formación del Frente de Izquierda en Argentina, la evasión de la proscripción en agosto pasado, y los 660.000 votos obtenidos en octubre, Altamira lanzó un compilado de textos en formato de libro titulado “El ascenso de la izquierda en el marco de la bancarrota capitalista”. Este sirvió, inicialmente, como un instrumento del Comité Central para promocionar el programa centrista del FIT y la proyección de ese programa centrista a escala internacional. Sin embargo, al calor de las elecciones en Francia y luego, en Grecia, el libro de Altamira mutó en el instrumento para festejar como “ascenso de la izquierda” a los frente-populistas del ‘Partido de la Izquierda Europea’ y sus éxitos electorales.

Fue en el caso de Syriza en el cual, por su significación y relevancia, este ataque contra las posiciones de la CRCI se hizo más evidente, dado que el EEK llamó allí a votar por los anticapitalistas de Antarsya (al igual que la TPR). En En el caso de Francia, la posición de Altamira implicó equiparar el ascenso de la lucha de las masas en 2010 (la pelea contra el aumento de la edad jubilatoria impuesta por Sarkozy), con su desvío electoral a través de los aparatos que la buscaban frenar, como el Front de Gauche, que buscó capitalizar esa lucha en términos parlamentarios. El Front de Gauche, en el ballotage, llamó a votar por el PS ultra-imperialista de François Hollande.

Lo que tratamos de verificar, es que, lejos de ser un mero debate especulativo, los alineamientos políticos y las definiciones de estas formaciones políticas que Altamira presenta como un giro a izquierda de las masas, no son tales. No sólo no son las posiciones históricas de la CRCI sino que son, incluso, un ataque a ellas. Asimismo, la intención de Altamira de presentar a los ‘Partidos de la Izquierda Europea’ y en primer lugar a Syriza como un episodio o transición hacia el desarrollo de posiciones revolucionarias consecuentes que los trotskistas debemos acompañar y defender, no tiene asidero en la realidad. Para esto basta con ver que no juegan ningún rol progresivo en la lucha de clases, es decir, que no son una plataforma para impulsar la lucha de la clase obrera contra el capital. Nosotros aceptamos cualquier tipo de debate de posiciones porque reconocemos que la crisis capitalista va a golpear fuertemente a todas las formaciones políticas y que, bajo su impulso, se pueden desarrollar alas izquierdas y derechas porque la polarización entre las clases también se va a reproducir al interior de los partidos. Ahora, lo que no aceptamos es que graciosamente se pretenda contrabandear posiciones políticas de tamaño calibre sin una fundamentación consistente y, mucho menos aceptamos estos bandazos que constituyen un ataque político a los compañeros de la CRCI en defensa de una formación frentepopulista. Veamos, sin ir más lejos, cuál ha sido su devenir luego del reciente proceso electoral.

SYRIZA: CON EL PASOK, LA “GOBERNABILIDAD” Y EL RESCATE A LA BANCA EUROPEA

Por empezar, Syriza, que por pocos puntos no ha podido derrotar a Nueva Democracia en las elecciones del pasado 17 de junio, profundiza su viraje a derecha, que estaba en curso durante la propia campaña con vistas a conquistar las simpatías de la burguesía mundial y especialmente europea. Las principales declaraciones de sus líderes apuntan a respaldar la “gobernabilidad” de Samaras (el primer ministro de Nueva Democracia), como muestra de su profesión de fe en las instituciones burguesas, felicitándolo y planteando que cuenta con el mandato popular para armar gobierno (en ningún momento hace un llamado a prepararse para enfrentar las medidas de ajuste que Nueva Democracia desencadenará sobre las masas, ver conferencia de prensa de balance electoral de Syriza, http://www.syn.gr/gr/keimeno.php?id=27409&PHPSESSID=763655eb25ef68c8d387f17a102c1e5c). 

También la dirección de Syriza discutió una reforma al interior de la coalición, con vistas a darle peso a los sectores oportunistas y burgueses que se están acercando a Syriza (dado su actual peso electoral). Así lo aseveró en una entrevista el vocero de la coalición, Panos Skourletis, al plantear que: “Syriza fue una alianza compuesta de grupos y partidos de izquierda. Hoy en día existe una realidad adicional. Un gran segmento de la sociedad, de diferentes orígenes, principalmente del Pasok, pero no exclusivamente - se reunió detrás de Syriza. Debemos ser capaces de expresar esta nueva combinación política. Debemos encontrar las estructuras y procedimientos para darles voz y voto en las decisiones del partido. Por eso queremos una evolución del frente electoral en una nueva formación política que tendrá nuevos miembros, nuevos órganos, incluso, posiblemente, un nuevo nombre. Vamos a discutir esto de forma metódica y democráticamente. Vamos a pedir a nuestros votantes convertirse en ciudadanos más activos. Puede que tenga lugar una convención en el otoño” (Athens News, 25/6). Estos sectores provenientes del Pasok (Partido Socialista griego, II Internacional, en Argentina representado por el PS y la UCR)… son del partido que resultó más castigado por las masas en la elección, y que fue, justamente, el mayor responsable del ajuste contra las masas. A las escorias de este partido se propone rescatar Syriza dándoles lugar en el seno de su coalición.

Muchos podrán decir, no obstante, que como si esto fuera poco, Tsipras, el líder de Syriza, no perdió el tiempo y en cierto punto clave, salió a plantarse rápidamente como una oposición clara frente al gobierno de Samaras. Pero lo ha hecho en términos totalmente pro-imperialistas. Así fue como Tsipras criticó a Samaras por dejar a Grecia afuera de decisiones “inicialmente positivas” tomadas en la última cumbre de la Unión Europea. Con esto se refería especialmente a lo relacionado con la recapitalización directa de los bancos a través de fondos europeos. Según él, Grecia debería pedir estos mismos recursos obtenidos por España en la negociación con la UE. O sea que Syriza llama a Samaras… a imitar las políticas de salvataje a la banca practicadas por Rajoy y del neo-franquista Partido Popular español. Desde la TPR nos preguntamos, y sobre todo, le preguntamos a Altamira, al XXI Congreso del PO y al Secretariado Internacional de la CRCI… ¿Puede representar una política así, como la planteada por Tsipras y Syriza, un “ascenso de la izquierda”? Nosotros respondemos de forma terminante: NO. Se trata del ascenso del frente popular, contra el cual la CRCI siempre ha combatido consecuentemente. Syriza busca estrangular el ascenso de la movilización de las masas vivido en Grecia desde el inicio de la crisis capitalista mundial, para que la situación pre-revolucionaria no se transforme en revolucionaria. Es el “último recurso” del capital antes del fascismo, ya presente en Grecia a través de variantes como Amanecer Dorado. Por algo Syriza planteaba que su eventual gobierno buscaría la “cohesión social”, es decir, el ahogo de la lucha de la clase obrera por medio de la confianza que ésta ha depositado en ella.

FRENTE DE IZQUIERDA FRANCÉS: CON LA BUROCRACIA SINDICAL Y EL PS DE LA INVASIÓN A SIRIA

El Front de Gauche, conformado por el Partí de Gauche (desprendimiento del PS) de Jean-Luc Mélenchon, y por el Partido Comunista Francés (PCF) –la fuerza mayoritaria del frente- es parte de la burocracia sindical que asfixió la lucha por las jubilaciones de 2010, negándose a luchar por el retiro del proyecto de Sarkozy.

La coalición frente-populista francesa, luego de votar por Hollande en segunda vuelta, tampoco buscó transformarse en una alternativa por izquierda al PS y contraponer un programa de lucha de clases en su contra (lo cual demuestra que su voto ‘crítico’ poco tuvo de ‘crítico’, dado que la única crítica real es aquella que se expresa a través de la lucha contra el Estado), sin importarle que mientras tanto Hollande llama a la OTAN a organizarse para invadir Siria.

Muy por el contrario, el Front de Gauche, busca todas las vías posibles para integrarse al PS. Basta ver las siguientes declaraciones de Pierre Laurent, Secretario General del PCF y co-presidente del FG junto a Mélenchon, planteando que “nosotros hemos reafirmado muchas veces que la toma en cuenta de nuestras posiciones era, evidentemente, un criterio esencial. Esos llamados son letra muerta, el presidente repitió numerosas ocasiones que la única brújula gubernamental sería su programa de primera vuelta”, reclamando porque, según sus estimaciones, Hollande fue electo “notablemente gracias a 4 millones de votos del Front de Gauche”. Igualmente, Pierre Laurent precisó que “nosotros permanecemos disponibles si estas condiciones evolucionan”, o sea, el Front de Gauche se coloca claramente como un satélite del PS (www.pcf.fr, 25/6)… mientras el PS lo hostiga y se derechiza aún más. 

El Front de Gauche, después de personificar el “ascenso de la izquierda” en la primera ronda de las presidenciales según Altamira, se subordinó a la socialdemocracia francesa en el ballotage, y entró en una crisis total producto de su orientación abiertamente reformista. Así lo atestiguan las legislativas: Mélenchon, el candidato a Presidente, planteó que “hubo una falta de liderazgo político”, y entonces “ocurrió que se perdieron 2 millones de votos” (¡la mitad!) porque “el programa y la orientación tenían que ser defendidas, y no sólo ensayar salvar cada uno su pellejo en cada esquina” (L’Express, 25/6). O sea, denunció que el FG es una cooperativa electoral. Pierre Laurent entendió esto como un ataque claro al PCF (no podía ser de otra manera, pues concentra el peso regional del FG), y salió a responder que Mélenchon debe “tener cuidado con las reacciones caricaturescas” (Le Monde, 26/6). El Partí de Gauche plantea ‘ni con la mayoría ni con la oposición, con la autonomía conquistada’, mientras André Chassaigne, miembro del PCF y futuro presidente del grupo parlamentario en torno al FG y de los cinco elegidos de ultramar, se considera "más como parte de una mayoría de izquierdas, incluso bajo una forma de solidaridad parlamentaria" (Mediapart, 20/6)). O sea que, por lo tanto, ninguna de las dos variantes más nítidas dentro del FG plantea ser una oposición de izquierda (y basada en la lucha de clases) al gobierno de Hollande, sino variantes de su pata izquierda.

El FG se transformó de este modo en la mediatización y en el trampolín para un partido aún más esclerotizado y desligado del movimiento de masas, esto es, el propio Hollande. Detrás de un discurso de mayor progresividad impositiva sobre ‘los ricos’ y menos ‘dureza’ de Merkel con los países de la UE, es decir, un voto contra la alianza “Merkozy” y la política derechista de la UMP, el verdadero contenido del voto al PS fue revelado por su jefe de campaña aseguraría: “el tiempo de una derecha rígida y una izquierda laxa ha terminado. Seremos responsables y creíbles. Cualquiera sean las dificultades, reduciremos el déficit y la deuda, no gastaremos de más” (Financial Times, 7/1).

En conclusión: como TPR, nos vemos obligados a señalar que

1)      “El ascenso de la izquierda” que retratan Altamira y el PO, en ambos casos, tanto Grecia como Francia, son en realidad muestras del ascenso del frente-popular. No ascienden para impulsar la lucha de las masas, sino en contra de ellas.
2)      Es incorrecta la homologación de Syriza o el Front de Gauche (reformismo frente-populista) con el Frente de Izquierda (FIT) argentino, que por el contrario, es una formación centrista que sí jugó y juega un rol progresivo en la lucha política de nuestro país.

DIE LINKE: CONTRA EL MATRIMONIO IGUALITARIO, A FAVOR DEL ESTADO SIONISTA DE ISRAEL

Sin embargo, todo esto no es casual. Como venimos desarrollando más arriba, Altamira y el PO viran desde el anti-capitalismo del XVIII Congreso (2009 –pocos meses después de la fundación del NPA francés-) al seguidismo al frente-populismo en 2012 sobre la base del estallido del centrismo anti-capitalista europeo frente a la crisis. Para eso Altamira y el PO deciden, en vez de defender el programa histórico de la CRCI, tomar por referencia la caracterización absolutamente revisionista hecha en 2010. Esto es fundamental: Die Linke (“La Izquierda”, de Alemania), es la formación con mayor cantidad de euro-diputados del ‘Partido de la Izquierda Europea’, bloque que incluye a Syriza, al Front de Gauche, y también al Partito di Rifondazione Comunista (PRC) de Italia y a Izquierda Unida (IU) de España, entre otros. O sea que una expectativa de este tipo en Die Linke por parte de la CRCI, debía tener (¡y tuvo!) como consecuencia expectativas equiparables sobre el resto de las formaciones hermanas. El PO es el que lo confirma. El resto de la CRCI debe sacar las conclusiones de esto y rechazar dicha caracterización por completamente errónea.

¿Al fin y al cabo, qué es Die Linke? Tiene aproximadamente 70.000 miembros (Syriza tiene 16.000). Es el resultado de la fusión del PDS (Linkspartei), el partido stalinista que gobernaba la RDA (partido sucesor del Partido Socialista Unificado de Alemania) y la  WASG (Alternativa Electoral por el Trabajo y la Justicia Social), una ruptura del  SPD, en 2005. De estos miembros, 11.000 vienen de la WASG y 59.000 del PDS (en su mayoría simpatizantes de mayor edad y no verdaderos militantes). Mientras el Linkspartei estaba representado principalmente en el este del país, la WASG fue un partido mayormente occidental. Según Stefan Bornost, miembro de Die Linke y editor de la revista marx21 (perteneciente al cliffismo alemán que integra Die Linke), “la parte más dinámica de Die Linke es el antiguo WASG (…) Su objetivo estratégico principal es forzar al SPD a reformarse (…) Oskar Lafontaine, la principal figura de Die Linke dice frecuentemente que él no se ha radicalizado mucho en los últimos 20 años, que simplemente está repitiendo las cosas que dijo en la campaña electoral de 1998 contra Kohl. Dice: ‘nosotros no abandonamos el SPD, ellos nos abandonaron a nosotros’” (www.enlucha.org, 3/08).

Es decir que Die Linke se basa y se recuesta en un reciclaje del stalinismo de la RDA, cuya orientación estratégica, en el caso más derechista, es el co-gobierno sistemático con el SPD (y los Verdes), como ocurre en varias alcaldías, y cuándo no, una política de presión para reformar a la podrida socialdemocracia (mediante métodos parlamentarios).  O sea que aún en su versión más izquierdista Die Linke es también un apéndice del SPD. Así se demostró, como lo relata el propio Secretariado Unificado (que dicho sea de paso está disuelto en Die Linke), “en Renania, donde el SPD y los Verdes no tenían la mayoría propia antes de las últimas elecciones -acaban de ganarla- pero tenían necesidad de los votos de Die Linke o de la derecha, el partido aparecía como un voto complementario, sin  distinguirse sobre el fondo de los asuntos” (Viento Sur, 27/5). El carácter reaccionario de Die Linke es evidente. Tiene incluso su cuota de responsabilidad en el rechazo del Bundestag al matrimonio igualitario, dado que, al discutirse el punto, sus cinco parlamentarios se ¡abstuvieron!, en tanto que su dirección propugna “el mandato de no violencia de la Carta de la ONU”… mientras “vela por el derecho a existir de Israel” (www.gara.net, 21/10/11). Es decir, es una organización totalmente integrada al régimen capitalista.

EN ITALIA, EL PCL (SECCIÓN ITALIANA DE LA CRCI), YA AGOTÓ LA EXPERIENCIA CON EL ‘PARTIDO DE LA IZQUIERDA EUROPEA’ LUEGO DE 15 AÑOS DE MILITAR EN EL PRC

En Italia la formación de la CRCI y el Partito Comunista dei Lavoratori (PCL) tiene sus raíces en una historia de lucha totalmente contraria a que pretende dibujar Altamira con sus ’nuevas tesis’ que emparentan el asenso del frente popular con el de la izquierda. La teoría de que habría una evolución a la izquierda del euro-comunismo se ve completamente negada por la historia misma de los compañeros italianos, que han surgido justamente de atravesar una experiencia con la centro-izquierda europea: el PRC, sección italiana del Partido de la Izquierda Europea. Los mismos que hoy protagonizarían el ‘ascenso de la izquierda’ de JA son los que hace 6 años proscribieron a Marco Ferrando, actual dirigente del PCL, por posicionarse en contra de la invasión imperialista en Afganistán.

El hecho en cuestión sucedió durante el 2006, cuando el PCL (que era el ala izquierda del PRC) rompe frente a la integración del PRC al gobierno de Romano Prodi, quien se suma a la invasión militar imperialista. Esto lo ponían de relieve las propias páginas de Prensa Obrera cuando afirmaban que “en los últimos quince años, Progetto Comunista constituyó la principal oposición de izquierda dentro del PRC (Partito Della Rifondazione Comunista). En enero pasado, la Conferencia Nacional de la AMR votó la ruptura, señalando que el ingreso del PRC al gobierno imperialista que formaría Prodi, significaba liquidar al PRC como un partido que englobaba a una parte de la vanguardia obrera italiana”  (PO Nº 947, 24/5/2006). Ya desde 2002, Progetto Comunista en el MRCI (Movimiento por la Reconstrucción de la IV internacional impulsado por el PO, embrión de la CRCI) planteó, en oposición a la mayoría encabezada por el reformista Fausto Bertinotti, un “congreso extraordinario del Partido de la Refundación Comunista (PRC) contra la perspectiva de un gobierno PRC-Olivo que registra una adhesión creciente en las filas de nuestro partido”. “La resolución aprobada en la Conferencia llamaba a luchar ‘hasta el último momento posible’ contra el ingreso del PRC al gobierno y establecía que, en el caso de que el PRC ingresara al gobierno, Progetto Comunista rompería con el PRC para llamar a construir un nuevo partido comunista” (PO Nº 837, 12/2/2004, Carta a los firmantes del llamamiento contra un acuerdo de un gobierno PRC-Olivo).

Sin embargo, el paso que precedió a la integración en 2006 del PRC a Prodi fue la decisión, de parte de la sección italiana del Partido de Izquierda Europea, de anular la candidatura de Marco Ferrando como cara visible del partido. “Su candidatura fue anulada por Bertinotti como consecuencia de una campaña política de la burguesía italiana, desde la derecha (Fini) a la izquierda (D’Alemma), pasando por Prodi y los principales diarios italianos. Se lo acusaba por defender el derecho del pueblo iraquí a rebelarse contra sus ocupantes (entre ellos, el ejército italiano) y por denunciar a los intereses imperialistas italianos en Irak” (PO Nº 947, 24/5/2006). Fue sobre la base de este aplastamiento y censura al ala izquierda que denunciaba la guerra imperialista, que el PCL comenzó su formación luego de romper con el PRC, el que luego se integró al gobierno imperialista con una orientación abiertamente hostil a los trabajadores.

La formación del PCL se procesó a través de una serie de crisis que culminaron con el desprendimiento de determinados grupos oportunistas que pertenecían a Progetto Comunista. Dentro de estos grupos, en primer lugar, se ubica la corriente encabezada por Francesco Ricci, actualmente dirigente del PdAC, grupo independiente del PRC y que hoy forma parte de la LIT. La diferenciación con este grupo es central, ya que son justamente ellos los que traicionaron a sus compañeros votando la anulación de la candidatura de Ferrando en las elecciones del 2006. Sobre este punto, Prensa Obrera explicaba que “a esta campaña burguesa e imperialista contra la candidatura de Ferrando se sumó el pequeño grupo que había roto con Progetto Comunista en la Conferencia de noviembre, acusándolo de disimular, con la campaña de apoyo a la resistencia iraquí, una intención de votar a favor de la asunción de Prodi (¡!)” (PO Nº 947, 24/5/2006). A su vez, el mandelismo (SU) -en Italia, Sinistra Crítica- también merece un balance, ya que rompen con el PRC mucho más tarde que el PCL, sin sacar un balance de que ellos mismos fueron parte de… haber avalado los créditos de guerra y  la invasión a Afganistán por parte del gobierno Prodi.

Las restantes corrientes que ameritan algunas palabras son la corriente encabezada por Marco Veruggio -afiliada a la organización internacional de Peter Taäffe y también proveniente de Progetto Comunista-, como así también el grupo Falce Martello, de Alan Woods. Ambos grupos (Controcorrente de Veruggio, y Falce Martello), al día de hoy permanecen en el PRC, partido probadamente capitulador y frentepopulista que no representa ningún tipo de evolución a izquierda de la vanguardia obrera (hoy el PRC hegemoniza una alianza más general llamada Federazione della Sinistra, FDS).

EL PRC SE DERRUMBÓ POR SU INTEGRACIÓN AL GOBIERNO PRO-IMPERIALISTA DE PRODI

Sin ir más lejos, hoy, el PRC, luego de haberse integrado a Prodi, sucumbió fruto de su seguidismo a la política imperialista del antiguo gobierno. Desde ese momento no se han podido remontar, y lo demuestran los resultados en estas administrativas de 2012. Sólo para ejemplificarlo, en la ciudad de Génova, mientras en el 2007 habían obtenido (a través de sus múltiples frentes) alrededor de 21.500 votos, este año cayeron a 5.300 votos. Vale aclarar que este partido, que posee una real base militante más allá de su ligazón con sectores de la burocracia sindical, ha sido promovido por los otros Partidos de la Izquierda Europea como el Front de Gauche y Syriza, que pretenden levantarlo con autoridad política importada desde afuera de Italia. En esta línea se encuentra el SEL, los ecologistas de centroizquierda, que antaño habían obtenido alrededor del 3% y el 4% en las elecciones locales de 2010 y que este año también cayeron estrepitosamente.

En las últimas elecciones administrativas, el PD (principal heredero del aparato del PC Italiano), ha subido en los guarismos notablemente, pasando de 8 alcaldías a 14. Así lo explicaba el secretario del PD, Pierluigi Bersani: “’De los 177 municipios que fueron al voto, el centroizquierda ganó en 92. Estos son los hechos: el centroizquierda ha ganado las elecciones municipales de 2012’, dijo, manifestando por otra parte su esperanza de que las dificultades que está pasando el centroderecha no afecten la estabilidad del gobierno de Mario Monti” (Página 12, 22/05). El PD se coloca como una variante de asistencia para la gobernabilidad del gobierno Monti, ya que son ellos los que garantizan la entrega de los sindicatos como la FIOM. El PCL lo explica correctamente en un comunicado del 14 de junio: “(la FIOM) no puede criticar al CGIL sin romper con el PD y la centroizquierda. No se puede ser oposición a Monti sin ser oposición al PD que lo sostiene”. Estos agrupamientos, como PRC-FDS y el SEL, son ruedas auxiliares del PD; al retomar esto su protagonismo como frente popular excluyente, ambos quedan relegados. La tumba se la cavó el propio el PRC con su seguidismo al PD y en algún punto esto ya le está ocurriendo al Front de Gauche en Francia con Hollande. 

En conclusión, estas mismas corrientes que en Italia ayer cristalizaron en oposición a la CRCI y en defensa de la adaptación a Prodi (Taaffe y Woods) hoy mantienen su adaptación detrás del bloque del PRC en el Partido de Izquierda del Parlamento europeo. Y a su vez el PRC se ubican junto su izquierda hermanada, como Die Linke (Alemania), Syriza (Grecia), y el Front de Gauche (Francia).

Es en esta lucha política que la CRCI se ha fundado, en oposición a todas estas tendencias entreguistas, en un combate revolucionario. Es por esto que, en contra del resto del trotskismo italiano y mundial, podemos afirmar que la CRCI fue la única que batalló contra la disolución detrás de la izquierda europea pro-imperialista. El proceso de formación del PCL y la CRCI pone en pie un baluarte de lucha política socialista contra la izquierda en bancarrota. Altamira le está dando la espalda a esta gran conquista cuando niega toda esta experiencia y embellece a la izquierda europea frentepopulista.

CONTRARREVOLUCIÓN DEMOCRÁTICA EN EL MUNDO ÁRABE, GOLPES, FASCISMO Y REBELIÓN POPULAR:
LA CRISIS NO SE PROCESA POR VÍAS ELECTORALES

EL FRENTE POPULAR EN EUROPA EMPALMA CON LA CONTRARREVOLUCIÓN DEMOCRÁTICA EN EL MUNDO ÁRABE

El ascenso del frente popular que tiene como objetivo bloquear el desarrollo de una posición revolucionaria entre las masas, empalma con el proceso de contrarrevolución democrática que se está desarrollando en el mundo árabe. El planteo del “ascenso de la izquierda” desconoce por completo esta situación. Por el contrario, buscando encontrar este “ascenso” disuelve la intervención de la CRCI en la revolución árabe y embellece a candidatos y organizaciones tributarias del proceso de clausura de la situación revolucionaria en el mundo árabe.

En Egipto, las elecciones organizadas bajo la batuta del Consejo Superior de las Fuerzas Armadas dieron como ganador a Mohammed Morsi, de la Hermandad Musulmana (HM), que asume en un pacto con el aparato militar. La corte suprema egipcia disolvió el parlamento, por lo que la victoria de la Hermandad Musulmana está inmensamente condicionada y subordinada a la regimentación impuesta por los militares. De hecho Morsi “dimitió de sus cargos (NdR: en la Hermandad Musulmana) para convertirse en ´el presidente de todos los egipcios´” (La Nación, 1/07). En su asunción, “estaban presentes las principales personalidades del país: Hussein Tantawi, presidente de la Junta Militar; Kamal Ganzuri, el primer ministro saliente, así como líderes políticos y religiosos” (ibídem). Claramente la asunción de la Hermandad Musulmana viene a continuar y ratificar la contrarrevolución democrática.

Libia, por su parte, está en medio de una guerra civil y tribal entre las diferentes etnias y ciudades del país, mientras el Consejo Nacional de Transición (CNT) intenta imponer su poder en todas las regiones. El CNT acaba de crear las “Fuerzas Protectoras de la Revolución” a la que intenta cooptar las diferentes milicias. Muchas son mandadas a Turquía y Jordania a recibir capacitación policial (marcha.org, 21/03). Es decir que el CNT, luego de expropiar la caída de Kadafi, intenta regimentar las milicias y a las tribus con el aval del imperialismo. Por otro lado, las tribus del este libio (la zona más rica en petróleo) declararon la “independencia administrativa” e hicieron elecciones comunales en Bengasi. “´Se trata de la primera etapa en la transición de una revolución hacia la construcción de un Estado´, declaró Suleiman Zoubi, jefe de la comisión electoral local” (El Mundo, 19/05). Como se ve, una contrarrevolución democrática en toda la línea, que, además, intenta separarse del CNT para negociar ellos mismos los términos de entrega de Libia al imperialismo.

En Siria, con la movilización de tropas inglesas ingresando a territorio sirio, el bombardeo de Turquía en la frontera y el bombardeo israelí en la Franja de Gaza, está preparándose la invasión imperialista. Al mismo tiempo, siguen desarrollándose los intentos de transición política… con Al-Assad incluido. En ese sentido van las negociaciones que un grupo de países (incluyendo el Consejo de Seguridad de la ONU) lideradas por Obama y Putin está impulsando para llevar a la oposición siria a un acuerdo. El Ejército Sirio Libre, la formación militar impulsada por el imperialismo, también presiona a favor de una transición “democrática” bajo la batuta del imperialismo.

Todo este proceso político de contrarrevolución democrática (e incluso de invasión imperialista) se da en paralelo al ascenso del frente popular en Europa. El viraje contrarrevolucionario y democratizante en la situación política del mundo árabe no puede ser ignorado de conjunto por la caracterización del “ascenso de la izquierda”. No sólo eso sino que Altamira, buscando encontrar acá también a “la izquierda”, embellece a organizaciones y candidatos tributarios de la Hermandad Musulmana.

ALTAMIRA EMBELLECE A LOS CANDIDATOS TRIBUTARIOS DE LA CONTRARREVOLUCIÓN DEMOCRÁTICA EN EL MUNDO ÁRABE

En Prensa Obrera del 31/5/2012, bajo el subtítulo de “La izquierda y las elecciones”, se pasa a caracterizar los candidatos Sabahi y Khaled Alí, que según el PO formarían parte del ascenso de la izquierda. El artículo dice que la “candidatura ‘nasserista’ de Hadmin Sabahi canalizó una gran cantidad de votos de los activistas de la revolución. Sabahi pasó al 20 por ciento de los votos y casi ingresa en la segunda vuelta. Sabahi carga con la hipoteca de haber llegado a un acuerdo con el islamismo en las elecciones legislativas precedentes”. A su vez, sobre el segundo candidato dice que “A la izquierda de Sabahi, Khaled Alí, un militante revolucionario con una trayectoria combativa a nivel popular, fue ninguneado por los medios y obtuvo apenas el 2 por ciento de los sufragios, que Le Monde (25/5) atribuye en parte al faccionalismo que reina en la izquierda revolucionaria de Egipto, una parte de la cual llamó a votar a Sabahi, otra a un islamista independiente (Abdel Moneim Aboul Foutouh) y otros a la abstención”.  De este modo, presentan a las pasadas elecciones egipcias travistiendo de “izquierda” a candidatos que no lo son.

En primer lugar, en medio de una elección polarizada, Hadmin Sabahi “quién dijo que votar a Shafiq [el candidato de Mubarak] es un ´crimen moral´, dijo que no va a decirle a la gente a quién votar” (Ahram Online, 15/06). Es decir, una clara capitulación ante la Hermandad Musulmana. O sea que no pagó la “hipoteca” que menciona Altamira sino que la acrecentó. Por su parte, Khaled Ali (el “revolucionario” según Altamira), publicó en su twitter que “derrotar a Ahmed Shafiq es una derrota  del régimen de Mubarak… la revolución continúa” y después, más claro: “La victoria de Morsi es una victoria de la revolución” (Ahram Online, 24/06). La “izquierda” que bombea Altamira es democratizante y tributaria de la Hermandad Musulmana.

EL “ASCENSO DE LA IZQUIERDA” DE ALTAMIRA ES UNA IMPOSTURA: NIEGA LAS TENDENCIAS AL FASCISMO, LOS GOLPES Y LA DERECHIZACIÓN

La caracterización de Altamira en relación al supuesto cuadro de “ascenso de la izquierda”, niega también las tendencias al fascismo y la derechización que se procesan en la situación política a nivel mundial.

En el caso de Grecia, el ascenso del frente popular se desarrolla en paralelo con un crecimiento extraordinario de la derecha fascista organizada en el agrupamiento “Amanecer Dorado” que se ha constituido en la quinta fuerza electoral. Amanecer Dorado es una organización declaradamente fascista que organiza bandas parapoliciales que hacen razias en los barrios contra los inmigrantes. En una nota publicada en el diario ABC de España el 7 de julio, el presidente de la comunidad paquistaní en Grecia, denuncia que “en los últimos tres meses, unos 300 inmigrantes han resultado heridos en agresiones racistas”.

El crecimiento electoral de los fascistas es realmente enorme. Pasaron del 0,3% en las elecciones del 2009 al 7% en las de mayo de 2012 (un crecimiento más del 2000%). Este resultado les permitió obtener 21 diputados, sacando además el 11% de los votos entre los votantes de entre 18 y 24 años y el 12% entre los votantes de 25 a 34 años. El resultado electoral se volvió a repetir luego en las elecciones de junio, incluso luego de que el candidato de Amanecer Dorado atacara en un programa de televisión a candidatas del KKE y Syriza.

En relación a la situación de Francia, Altamira, en Prensa Obrera del 12/04/2012  destaca de forma unilateral el supuesto “ascenso de la izquierda” frentepopulista de Mélenchon. Sin embargo, lo que omite políticamente Altamira en su caracterización es que el propio Mélenchon fue aplastado en términos electorales por la candidata ultra-derechista Marine Le Pen que salió tercera sacando el 17,90% de los votos en las elecciones presidenciales con un discurso abiertamente xenófobo y antiinmigrantes. Luego, en las elecciones legislativas, se produjo la entrada en la Asamblea Nacional francesa de la nieta de Jean-Marie Le Pen, Marion Maréchal-Le Pen, en la circunscripción de Vaucluse (sureste), donde se presentaba contra candidatos de la conservadora Unión por un Movimiento Popular (UMP) y del Partido Socialista (PS). En Hénin Beaumont, Mélenchon directamente decidió bajarse para no sufrir una derrota aplastante ante Marine Le Pen.

A su vez, en Italia, ha crecido electoralmente la figura mediática de Beppe Grillo con el apoyo de los tradicionales partidos fascistas y de varios sectores ligados a la Liga Norte. Es así que en una nota de ilgiornale.it se denuncia que “los fascistas cortejan a Grillo” y en el mismo sentido Casapound (organización fascista responsable del asesinato de dos senegaleses en Florencia el año pasado) dice sobre Grillo que él "lanza mensajes políticos que compartimos". A todo esto, Grillo, lejos de delimitarse del fascismo, se separa de la izquierda, proclamándose como “un milagro, un movimiento formado por personas honestas, en muchos de ellos se inscribe incluso policías. Nuestros candidatos no tienen antecedentes penales, no hay extremistas entre nosotros". El crecimiento electoral de Beppe Grillo derivó en la victoria de su movimiento en la alcaldía de Parma.

La negación de las tendencias a la derechización por parte de Altamira lleva al absurdo de no integrar dentro de su caracterización sobre el supuesto “ascenso de la izquierda”, el golpe de Estado pro-imperialista en Paraguay. Este golpe pone de relieve el viraje derechista del régimen político, sumándose a la derechización del conjunto de los gobiernos nacionalistas. El propio Lugo fue quien preparó políticamente las condiciones atacando a los campesinos, manteniendo la base militar yanqui de Mariscal Estigarribia e integrando a los elementos derechistas del Partido Colorado a su gobierno. Esto, sin tener en cuenta que las elecciones europeas estuvieron precedidas por golpes del capital financiero que impusieron gobiernos “técnicos” para aplicar el ajuste.

La bancarrota del centrismo anticapitalista y su integración al frente popular, se desarrolla en paralelo con las tendencias al fascismo y la derechización. Esto requiere un importante llamado de atención para los revolucionarios: fue la traición de los PCs con su orientación frentepopulista la que le abrió el camino al fascismo en Europa en la primera posguerra. Unilateralizar los resultados electorales de la izquierda frentepopulista encubriendo las tendencias a la derechización juega, por lo tanto, un rol confusionista e impide el desarrollo de una orientación revolucionaria para hacerle frente.

PARA QUE HAYA UN ASCENSO DE LA IZQUIERDA LA CRCI TIENE QUE COLOCARSE COMO LA VANGUARDIA DE LA LUCHA DE LA CLASE OBRERA IMPULSANDO UNA SALIDA SOCIALISTA

“El problema central es que frente a este cuadro, el PO y la CRCI no tienen que militar por disolverse detrás de estas variantes hostiles a la revolución, sino todo lo contrario: deben orientarse de cara a las masivas y multitudinarias movilizaciones, huelgas, piquetes y luchas obreras y populares que recorren el mundo. La CRCI y el PO tienen que apoyarse en esta tendencia a la rebelión popular para desarrollar la estructuración política independiente del proletariado y los explotados, y de esa forma impulsar un ascenso político a izquierda de las masas en oposición a los capitalistas y por un gobierno de los trabajadores.

En este cuadro de luchas populares se enmarca la huelga de los trabajadores mineros del carbón de Colombia, en la mina “La Jagua”; la de las enfermeras de Tegucigalpa, Honduras, que enfrentan al gobierno golpista de Lobo y profundizan las medidas de lucha en defensa de su salario. Lo mismo vale para la lucha de los trabajadores de empresa estatal de agua de Panamá, que iniciarán la huelga el próxima semana; la huelga en la aduana brasileña, llevada a cabo por los fiscales de la “Receita Federal” que en la ciudad de Foz de Yguazú, con cerca de 2.000 camiones, tiene paralizado el transporte de cargas. Las luchas se profundizan también con la nueva movilización en la semana próxima de la Asociación de Profesores de Segunda Enseñanza (APSE) en San José de Costa Rica, para echar al ministro de Educación, y a Liberman, el segundo vicepresidente de la República, así como con la huelga del Sindicato de los Funcionarios de la de aerolínea Pluna en Uruguay. Se inscriben en este marco de rebelión contra el capital, las masivas movilizaciones indígenas en Bolivia que están siendo violentamente reprimidas por la policía de Evo Morales y la nueva movilización anunciada por el movimiento Yo Soy 132, que se realizará en sucesivas marchas simultáneas en varias ciudades contra Enrique Peña Nieto, el presidente de México recientemente electo de forma fraudulenta. A esto se le suma la huelga de enfermeras de siete hospitales en California, en el área de la Bahía de San Francisco. En Italia se discute la convocatoria a una huelga general contra el recorte en la salud y el despido del 10% de los trabajadores del sector público en manos de Monti, y en Francia se desarrolla la huelga del sector técnico de la prensa, que enfrenta casi 2000 despidos el país. España merece un párrafo aparte: además de la lucha de los farmacéuticos castellonenses, que discuten la huelga indefinida, se encuentra la lucha de los mineros que pone de relieve una fuerte iniciativa de la clase obrera española.

Los compañeros mineros se encuentran en huelga general desde el 23 de mayo contra el cierre de la industria minera del carbón en toda España producto de la política de ajuste del gobierno de Rajoy. La lucha de los mineros ha arrastrado detrás de sí a vastos sectores de la población en las comunidades carboníferas. La radicalidad de las medidas se pone de manifiesto en los enfrentamientos con la policía española y en la radicalidad de sus consignas (“Si nuestros hijos pasan hambre, los vuestro verterán sangre”). Es necesario, entonces, desarrollar un planteo que de una salida a la lucha contra el cierre de los puestos de trabajo: apertura de los libros contables de las empresas mineras y nacionalización de la industria minera bajo control obrero y popular.

Todo esto refuta la tesis de que la crisis se procesa por medios electorales, y demuestra que la bancarrota capitalista se desarrolla a través de una virulenta lucha de clases. Sin ir más lejos, Altamira omite decir, cuando embellece la elección de Syriza, que en las últimas elecciones griegas se produjo la abstención electoral más alta de la historia: “La participación electoral fue del 62,47%, la más baja de la historia luego de ya haber alcanzado la más baja (65%) en mayo. Una vez más, la crisis económica no sólo ha trabajado en beneficio de los partidos de ‘terceras partes’ y de nuevos actores políticos, sino que también ha aumentado significativamente el número de no votantes en un país donde la participación electoral siempre superaba el 70% en el pasado. Las instituciones políticas, los partidos y los políticos perdieron gran legitimidad y confianza con el advenimiento de la crisis económica” (World Elections, 20/6). Son las movilizaciones de masas de la clase obrera para enfrentar a la crisis capitalista sobre las que se tiene que apoyar la CRCI para impulsar una salida socialista frente a la crisis capitalista. La posibilidad de que se desarrolle un “ascenso de la izquierda” está mediada por la capacidad de la CRCI de conquistar la dirección de la clase obrera y constituirse como una alternativa de poder en la lucha por la dictadura del proletariado.

LA BANCARROTA DE LA IZQUIERDA ANTICAPITALISTA EN EL MARCO DEL ASCENSO DEL FRENTE POPULAR

FRENTE A LA BANCARROTA DEL ANTICAPITALISMO, ALTAMIRA DECIDE PROFUNDIZAR SU VIRAJE ADAPTÁNDOSE A LA IZQUIERDA FRENTEPOPULISTA

Es en todo este cuadro histórico que se procesa la bancarrota de la izquierda anticapitalista. Acá compañeros, no podemos mirar al costado sobre este punto. Altamira “descubrió” la “progresividad” del reformismo, del frente popular, o en sus propias palabras “el ascenso de la izquierda”, como producto del fracaso de la política anticapitalista frente a la crisis mundial. El PO, a partir del Congreso de 2009, bregó por alentar una tendencia anticapitalista (diferente de la socialista), para luchar solamente “por las reivindicaciones mínimas” como pre-condición para la lucha por el poder, tergiversando y bastardeando el Programa de Transición. Es necesario sacar el balance de este viraje, dado que los últimos 3 años se han caracterizado por una completa bancarrota de la izquierda anticapitalista. Frente al fracaso del anticapitalismo, Altamira no saca un balance crítico de su política de disolución detrás del anticapitalismo, sino que decide profundizar su giro derechista y comenzar a halagar al reformismo. Compañeros, en 2009 era la “amplia coalición anticapitalista”; en 2011 y 2012 es “el ascenso de la izquierda”. En el medio, tenemos el derrumbe del anticapitalismo como tendencia política a nivel mundial.

NPA (NUEVO PARTIDO ANTICAPITALISTA) Y LUTTE OUVRIERE (LUCHA OBRERA): EL CENTRISMO ANTICAPITALISTA RETROCEDE Y SE QUIEBRA ANTE EL FRENTE POPULAR

Las últimas elecciones francesas (tanto las presidenciales de primera y segunda vuelta como las legislativas) pusieron de relieve y profundizaron el derrumbe del centrismo anticapitalista y su adaptación a la izquierda frente populista (Front de Gauche) y al propio Hollande. Este derrumbe se expresa, tanto en el enorme retroceso electoral del NPA y Lutte Ouvriere como en la enorme crisis que atraviesa el NPA.

Su retroceso electoral ha sido brutal. El NPA y Lutte Ouvriere perdieron el 70% de los votos en relación a las elecciones presidenciales de 2007, pasando del 5,48% en 2007 al 1,71% en 2012. Sin embargo, el derrumbe no se detuvo allí. Semanas después, en las elecciones legislativas, el NPA y Lutte Ouvriere sacaron tan sólo el 0,98% de los votos. Como parte de este retroceso, el NPA vio reducida su cantidad de militantes en más de la mitad.

El desbarranco electoral del NPA y Lutte Ouvriere empalma de lleno con la enorme crisis política que está atravesando el NPA producto de la presión del Front de Gauche (Frente de Izquierda) de Mélenchon y el PC. Besancenot se bajó de las presidenciales al verse venir el retroceso en las elecciones, siendo él la máxima figura pública del partido y en torno a cuya imagen se construyó el NPA (para ser reemplazado por un obrero que en un principio era casi desconocido, el ex LO Philippe Poutou). A esto se le suma la fractura abierta del NPA, dado que una fracción pretende integrarse al Frente de Izquierda de Mélenchon (la llamada Gauche Anticapitaliste, GA –Izquierda Anticapitalista).

GA (el ala más derechista del mandelismo en Francia), ha salido directamente a responsabilizar a las masas y a la crisis mundial por el retroceso del NPA. Un acto de completa impotencia política. En boca de uno de sus máximos dirigentes, Samy Johsua:el temor de la crisis paraliza las conciencias (…) los odios estallan equivocándose a veces de dirección (…) en todas partes se está a la búsqueda de salidas creíbles y coherentes” (El resultado de Philippe Poutou y el porvenir del anticapitalismo, 23/4). Con este planteo GA asocia de forma lineal el desarrollo de la crisis capitalista con el retroceso de la izquierda y el avance de corrientes “creíbles y coherentes”.

El balance de GA apunta a justificar políticamente su orientación de integración al frentepopulismo de Mélenchon. Previo a las elecciones, GA y otras organizaciones del NPA han defendido una política de alianza electoral con Mélenchon en el Congreso del partido, para pasar directamente a dar libertad de voto en la primera vuelta, lo que implicaba prácticamente un llamado al voto por Mélenchon. Frente a la imposibilidad de terminar de imponer esa orientación al interior del NPA, GA ha salido a declarar públicamente su intención de consumar la ruptura. El medio francés Mediapart del 2 de abril reproduce las palabras de Samy Johsua: “En cinco semanas habrá que decidir si el NPA permanece en su aislacionismo o si se alía con las fuerzas, incluso en el Frente de Izquierdas, que no irán a un gobierno con el PS. Es una decisión capital.... Las discusiones sobre la forma serán quizá largas pero hay que firmar el principio. Para mí, son 15 años de batalla. Si no se pone en práctica, no es ya mi partido”. En esa misma línea, Myriam Martin, de GA renunció a su cargo de portavoz del NPA diciendo que “estamos en la hora de las decisiones” (Mediapart, 2/4). Para Samy Johsua, la integración al Frente de Izquierda estaría determinada porque “Mélenchon ha llevado a cabo una campaña con una dinámica de masas importante” y “la campaña de Mélenchon ha dado fuerza a la voluntad de que se reagrupe una ‘verdadera izquierda’, las multitudes que se agolpaban masivamente en los mítines esperan que esta esperanza tenga prolongación” (ibídem).

GA cuenta entre sus figuras más importantes a cuadros históricos del Secretariado Unificado como Michael Löwy, lo cual demuestra que estamos ante una profunda crisis del mandelismo. GA impulsó en Grecia el voto por Syriza y en línea con esto, de cara a la Conferencia Nacional del NPA a realizarse este mes, ya planteó una cláusula gatillo, o mejor dicho, un ultimátum: se vote lo que se vote, ellos van a integrar el Front de Gauche. Esto plantea un doble cuadro de crisis, porque lo que no tienen resuelto es si abandonarán o no el NPA. Y por otro lado, porque aún si no lo abandonan, coexistiendo en su seno con militantes del Front de Gauche, el resto del NPA se vería amenazado seriamente por un cáncer derechista. Si las corrientes que rechazan el acuerdo con el FG no expulsan a GA estarían transformando su supuesta oposición a integrarse al FG en una cáscara vacía. ¿Hasta dónde le dará el estómago a los opositores a la GA que militan dentro del NPA?

Con la fuga de GA hacia Mélenchon, se propagaría un fenómeno que ya se había iniciado en su momento en marzo de 2009 (¡a tan sólo un mes de la fundación del partido!) cuando el antiguo dirigente del SU y líder de la antigua minoría de la ex LCR llamada “Unir”, Christian Picquet, rompió y se fue al Front de Gauche formando parte de esa coalición con su propia organización, la Gauche Unitaire (Izquierda Unitaria). En ese momento, la moción de Unir-Picquet había sacado un 3,7% de los 9123 miembros acreditados en el Congreso de fundación. Sin embargo, ni siquiera todos los que apoyaron la moción pro-FG se fueron con Picquet y formaron la GU dentro del FG. Otros miembros de la ex corriente Unir acataron la decisión de la mayoría y permanecieron militando sus posiciones por una “candidatura única a la izquierda del PS” dentro del NPA. Esta fue la corriente “Convergencias y Alternativas” de Leonce Aguirre (fallecido en septiembre de 2011) y que hoy es dirigida por Yann Cochin. En junio de 2011, se unieron al Front de Gauche, luego de romper con el NPA en el Congreso de febrero de ese año.

De cara a la Conferencia Nacional del NPA, que evidenciará de forma clara la explosión del anticapitalismo frente al ascenso del frente popular, lo más importante es poner de relieve el rol de las alas izquierdas del centrismo. Como parte de esta crisis política al interior del NPA y del viraje de gran parte de éste hacia el frentepopulismo, François Sabado, uno de los máximos dirigentes del Secretariado Unificado, ha declarado que “tras la campaña, no se producirá un repliegue sectario. Algunos piensan que se ha cometido el error del siglo. Se ha hecho lo que se ha podido. Pero tras las presidenciales, se reunirán las condiciones para desplegar una orientación anticapitalista de reagrupamiento. El NPA tendrá una política de unidad y de diálogo con el Frente de Izquierdas si no participa en el gobierno y no apoya una mayoría parlamentaria. Pero en un polo anticapitalista independiente” (ibídem). Sabado forma parte del ala izquierda de la vieja dirección del SU, junto Alain Krivine, y los propios Besancenot y Poutou (el último candidato a Presidente) que rechazan integrarse al FG y que defendían la candidatura de Poutou contra GA. Sin embargo, en la defensa de la candidatura de Poutou el ala izquierda de la dirección del SU no veía ninguna diferencia estratégica fundamental con la GA, y por lo tanto, no entiende la lucha contra la GA como una lucha necesaria contra el frentepopulismo. Esto se confirma en todo el desarrollo de las presidenciales.

La amplísima mayoría de los dirigentes del NPA (tanto los mandelistas de GA y como los del bloque de Sabado-Krivine), así como también Lutte Ouvriere (Lucha Obrera), han llegado a proponer el voto al pro-imperialista Hollande: Philippe Poutou, ex candidato a presidente del NPA ha llamado en la segunda vuelta a votar a Hollande para “impedir a Nicolás Sarkozy hacer un segundo mandato” (Declaración de Phillipe Poutou, 23/4). Al mismo tiempo, Lutte Ouvriere ha dado libertad de voto entre la abstención y el voto a Hollande planteando a través de su candidata a presidente, Nathalie Arthaud que “ningún trabajador consciente puede evidentemente votar por Nicolás Sarkozy (…) Algunos de mis electores, enfrentado a la elección tramposa entre un enemigo abierto de los trabajadores y un falso amigo, se abstendrán o votarán en blanco. Otros, para deshacerse de Sarkozy, votarán por François Hollande” (Comunicado de Nathalie Arthaud la noche de la primera vuelta, 22/4). La izquierda de la izquierda vuelve a demostrar su seguidismo al imperialismo. Así como en 2007 Lutte Ouvriere votó por Segolene Royal (PS) contra Nicolas Sarkozy (UMP), la ex LCR –organización mandelista predecesora del NPA- votó por Jacques Chirac (UMP) contra Jean-Marie Le Pen (FN).

El colapso electoral del NPA, producto de su política de subordinación a la burocracia (que oportunamente hemos denunciado en relación a la lucha contra el recorte de las pensiones), está llevando a una parte del centrismo anticapitalista a la integración y subordinación al frente popular. El centrismo anticapitalista argumenta este proceso de integración por el peso electoral del frente popular que habría que utilizar para ir a la “búsqueda de las masas”, mientras responsabiliza a éstas por el retroceso propio en las elecciones. A las masas les cabría la responsabilidad de “haberle dado (NdR: a Mélenchon) la fuerza para un agrupamiento de la verdadera izquierda” (Samy Johsua). La alusión a la expectativa de las masas se transforma entonces en un argumento para integrarse al Frente de Izquierda que, a su turno, llamó a votar a Hollande en las últimas elecciones. No es casualidad que GA e incluso el propio Poutou, candidato a presidente del NPA, hayan llamado a votar a Hollande.

La vieja dirección del Secretariado Unificado se ha quebrado por completo: así lo expresa la crisis de su principal proyecto político. Una militante del NPA relató muy crudamente esta situación. En un pasado campamento de verano de la organización, François Sabado balanceaba: “Rebajamos el programa y disolvimos la Liga para ampliar el número de militantes, y nos quedamos sin programa y sin la Liga... y perdimos los militantes”. De los aproximadamente 9000 miembros fundadores, hoy quedan menos de un tercio.

La izquierda de la izquierda del NPA, para poder superar esta crisis, no puede pretender solamente atacar a GA y delimitarse del FG. En última instancia, eso sólo refleja sus expectativas en una reforma de Sabado-Krivine (y Besancenot-Poutou, que forman parte de su bloque). La Conferencia Nacional del NPA que se desarrollará en los próximos días, a pesar de que el Partido Obrero desde 2009 insistió férreamente con la importancia de esta organización política, no contará con ningún documento de la CRCI de cara a la cuestión. Entretanto, las dos corrientes que conforman la llamada Plataforma 4, Courant Communiste Revolutionaire (CCR) –organización hermana del PTS argentino, miembro de la FT-CI- y la Tendance Claire –ex grupo CRI-, en su “Llamado a la izquierda del partido por una plataforma común” (20/6), denuncia a quienes en el NPA quieren ir al FG, porque el FG va detrás de Hollande… pero omite que el resto de la vieja dirección del SU también votó por Hollande (incluyendo el candidato a Presidente). Un verdadero balance para defender los aspectos progresivos del anti-capitalismo contra el avance del frente popular no puede negar que quienes dicen combatir al FG votaron por el PS también. El límite teórico fundamental del anti-capitalismo mandelista es su ruptura con la dictadura del proletariado y Sabado y Krivine son tan responsables de esto como Lowy o Johsua. Por eso, así como llamamos a la OKDE-Spartakus a romper con el Secretariado Unificado, llamamos a los militantes del NPA afiliados individualmente al SU que se oponen a la GA y al voto por Hollande en segunda vuelta a romper su carnet mandelista. Esa es la única política que creemos que les puede proponer la CRCI.

SINISTRA CRITICA: DE UNA RUPTURA OPORTUNISTA CON EL PRC A DEBATIRSE ENTRE LA DESAPARICIÓN Y LA INTEGRACIÓN A UNA FUTURA “SYRIZA A LA ITALIANA”

Como señala Savas-Matsas en una crónica sobre la fundación del PCL italiano, “el gobierno Prodi tomó una continua serie de medidas antipopulares y votó mantener las tropas imperialistas italianas en Afganistán y luego enviarlas al Líbano. Otros grupos ‘de izquierda’ dentro del gubernamental Partido de la Refundación Comunista, incluyendo Sinistra Critica (Izquierda Crítica), que es animada por la sección italiana del Secretariado Unificado, continuaron durante un año y medio dando un voto de confianza al gobierno imperialista y anti-obrero. Sólo recientemente, en la última parte de 2007, después de que el creciente aislamiento político del gobierno respecto de las masas se hiciera obvio, a partir de las manifestaciones contra la guerra de junio de 2007, Sinistra Critica tomó sus distancias organizativas respecto de Refundación, rompiendo finalmente con ella, pero no para iniciar un nuevo partido sino un tipo de amplio movimiento social con los activistas ‘no globales’ y otros” (Prensa Obrera Nº 1024, 17/01/2008). Sinistra Critica se constituye como una especie de proto-NPA a la italiana.

En las administrativas de mayo de 2011 Sinistra Critica, la organización en la cual militan individualmente los italianos pertenecientes al Secretariado Unificado en Italia, propone una línea de "Unidad de la izquierda alternativa al PD" (Erre, 09/05/11). Este planteo en concreto dio lugar a presentar una alianza con la FDS -Federazione della Sinistra-, una coalición dirigida por el PRC, en Torino, una alianza llamada "Napoli no se quiebra" (junto a la Sinistra Popolare y la Rete del Comunisti), y con la fórmula de la "Sinistra Unita" en Casoria. Sólo en Rimini fueron sólos, mientras que en Milán y Bologna no se presentaron.

Sin embargo, la política de “izquierda alternativa al PD” demostró ser una farsa, pues, en ocasión de un ballotage dejaron en claro su voto “contra la derecha” (ibídem), es decir que su ruptura del PRC se confirmó como totalmente oportunista, en la línea de lo denunciado sistemáticamente por la CRCI y el PCL.

En 2012, en medio del reciente proceso electoral, SC presentó esta vez en las administrativas solamente una única lista en una pequeña ciudad de Romaña. Cabe señalar que entre las organizaciones anti-capitalistas relacionadas con el SU, Sinistra Critica es de la más derechistas, porque no sólo votó a favor de un gobierno pro-imperialista (como la mayoría del NPA), sino que formó parte de una organización que le dio apoyo político sistemático durante meses, en el medio… ¡de una guerra contra un país oprimido! El hecho de que SC surja de este proceso político la caracteriza particularmente. Un dato significativo es que ningún dirigente de SC firmó la declaración impulsada por la OKDE-Spartakus de Grecia, la sección del Secretariado Unificado que se opuso a la dirección de la internacional mandelista en defensa del voto a Antarsya y en contra de votar a Syriza, mientras que por el contrario, esa carta titulada “Miembros de la IV Internacional: Por un programa de confrontación con el capitalismo, por un partido revolucionario anticapitalista independiente” (15/6), sí fue apoyada por dirigentes del SU de Francia, España, Alemania, Bélgica, Inglaterra, Irlanda, Dinamarca y Estados Unidos.

Según señala el dirigente del PCL Marco Ferrando en la nota “Por un programa de revolución para la lucha y para las elecciones”, “una parte de Sinistra Critica” estaría discutiendo "Hacer Syriza en Italia" al igual que “los amantes decepcionados del gobierno de Monti (Marco Revelli), pasando por la FDS, e incluso para el SEL” (http://pclvenezia.blogspot.it/2012/07/per-un-programma-di-rivoluzione-nelle.html, 06/07).

Sinistra Critica se debate, entonces, entre la desaparición y una “marcha atrás”, es decir, un repliegue sobre el Partido de la Izquierda Europea.

ANTARSYA SE PARTIÓ FRENTE A LAS ELECCIONES GRIEGAS. SU BALANCE DE LAS ELECCIONES: SEGUIR MARCANDO EL PASO EN EL MISMO LUGAR Y NO LUCHAR CONTRA LAS EXPECTATIVAS EN EL FRENTE POPULAR

Antarsya, el Frente de la Izquierda Anticapitalista de Grecia, se derrumbó en las últimas elecciones. Este frente, que había sido formado en 2009, debutó en esas elecciones obteniendo un 0,43% para el Parlamento Europeo y un 0,36% para el Parlamento griego. El punto más alto del desarrollo electoral de Antarsya fue en las regionales del 2010, donde sacó 1,8% en total, con picos en algunas ciudades: en la región del Ática Antarsya ganó 22.000 votos más que en las elecciones nacionales de 2009, en Atenas subieron del 0,55% al 2,84%, en el municipio de El Pireo de 0,45 a 2,41%, en el Municipio de Salónica de 0,42% a 1,71% y en el Municipio de Patras de 0,52% a 4,48%. En las elecciones generales de 2012 obtuvieron 1,19% en mayo (cuando no se pudo formar gobierno), para luego caer al ¡0,33%! en junio. O sea que el derrumbe fue acelerado, brutal y directamente relacionado con el ascenso de Syriza, es decir del frente popular.

Sin embargo, tras la derrota, el balance de la dirección de Antarsya no desarrolla una correcta delimitación de Syriza ni mucho menos las tareas frente a esta formación frentepopulista. En la declaración del Comité de Coordinación Central de Antarsya se dice que “en este proceso de las dos contiendas electorales se ha registrado un giro masivo hacia la izquierda del que se ha beneficiado principalmente Syriza. El hecho de que tantos votantes le diesen la espalda al «frente negro del memorando» y a la extorsión de la clase dominante y de que escogiesen a partidos de izquierda, generando los porcentajes más altos en la historia posterior a la Guerra Civil, señala un camino de esperanza. Muestra, aunque con contradicciones, la voluntad de grandes sectores de la sociedad de deshacerse de los planes de austeridad y de la conflagración de los rescates económicos, especialmente si tenemos en cuenta que las fuerzas de izquierda han sido las más votadas en las clases trabajadoras, entre las edades productivas y en los centros urbanos” (enlucha.org, Julio 2012). La delimitación con Syriza consiste en que al no desarrollar una política de ruptura con la UE, “no responde a la sed de lucha radical de una gran parte de sus votantes”, pero el masivo voto a Syriza es presentado como un hecho positivo de forma unilateral. Esto es un grave error, porque justamente el frente popular es el camino para la cooptación, la desorganización y la desmoralización de los luchadores en Grecia. Por lo tanto si en algo ha fracasado Antarsya, es en su capacidad para separar a las masas de la confianza en Syriza y construirse como una alternativa contra el frentepopulismo.

En el balance de la OKDE-Spartakus (sección del SU que participa de Antarsya), también podemos leer otra caracterización tributaria de la parálisis anticapitalista: el resultado de las elecciones refleja los límites de la movilización de las masas. “La lucha no fue suficientemente fuerte como para derrotar las políticas del memorando [de ajuste]. Por lo tanto, no es accidental que la fuerza o debilidad de toda la izquierda en las elecciones refleje el balance real de poder entre las clases griegas” (A contribution to the debate on Greece, Andreas Kloke, 11/06) Nosotros nos preguntamos, ¿la cuestión fue la “falta de fuerza”, o el rol carnero y amortiguador de la burocracia sindical griega enrolada en el Pasok y… ¡Syriza!? Echarle la culpa a las masas del bloqueo que generan la burocracia y el reformismo en vez de enfrentarlo es un rasgo común de los anticapitalistas, tanto griegos como franceses.

Es decir, el centrismo anticapitalista, sigue marcando el paso en el mismo lugar, negándose a luchar abiertamente contra las expectativas en el frente popular, lo que le está generando un retroceso enorme. Mientras, la inmensa mayoría de sus votantes (y varios de sus militantes, que como describimos en la “Carta Abierta al EEK y la CRCI”, vitorearon votar a Syriza en el acto de cierre de campaña) se pasan, justamente, al campo del frente popular. La inmensa presión del frentepopulismo, si no es enfrentada con una intervención política audaz para solidificar, armar y reclutar a una organización revolucionaria que se prepare como alternativa, va a romper y disolver, como lo está haciendo, al anticapitalismo griego.

Altamira camina la senda marcada por el fracaso del anticapitalismo, que como vemos, desemboca en el embellecimiento del frente popular y el rechazo a luchar por separar a las masas y a la vanguardia de la confianza en este.

LA CRCI ESTÁ DISUELTA PRODUCTO DEL VIRAJE OPORTUNISTA DE ALTAMIRA

EL PARTIDO OBRERO YA ARRANCÓ A DISOLVER LA CORDINADORA POR LA REFUNDACIÓN DE LA CUARTA INTERNACIONAL. DESDE LA TPR VENIMOS BATALLANDO CONTRA ELLO DESDE 2010

Compañeros, hace 2 años, de cara al XIX Congreso del Partido Obrero, alertábamos las nefastas consecuencias a nivel internacional que iba a traer el giro anticapitalista del CC del PO, lo cual fue agravado por el status de “programa mundial para la clase obrera” que se le adjudicó al FIT en 2011. El debate era tal como lo poníamos en uno de los subtítulos de la carta al XIX Congreso: “O la CRCI lucha contra el anti-capitalismo del PO... o el PO llevará a la CRCI hacia el anti-capitalismo”.

Decíamos en ese momento: “La CRCI se fundó como Partido Mundial de la Revolución Socialista, como modo de restaurar la continuidad con el legado de la IV Internacional, por lo cual en la base de la CRCI se encuentra la delimitación con el Secretariado Unificado [mandelista], y con su planteo teórico fundamental, el anti-capitalismo. Por eso, la tentativa de transformar al PO en un Partido Anti-capitalista no puede ser leída únicamente sobre líneas nacionales, dado que está en contradicción flagrante con la orientación que la CRCI defiende públicamente, puesto que la CRCI no es anti-capitalista. De hecho, como se encarga de destacar todo el tiempo Savas [Matsas], la CRCI nació en oposición directa a los “directa a los ‘frente amplios anti-capitalistas que desdibujan la línea entre reforma y revolución’” (Carta al XIX Congreso del PO, 2010).

Esto se agudizó con la política del PO de iniciar un camino de disolución en el morenismo a través del Frente de Izquierda. Citamos lo que dijimos sobre este punto en nuestra Carta al XX Congreso del PO en 2011: “Por eso, que Altamira haya dicho que el programa del frente ‘es una definición política y una delimitación en el mundo, una delimitación y observación para toda la clase obrera mundial’ no tiene nada de inocente. Esta insinuando lo que nosotros venimos denunciando hace más de un año: Altamira quiere transformar a la CRCI en la Internacional del anti-capitalismo consecuente. Las conclusiones del Frente de Izquierda llevadas a escala planetaria, como se puede ver, plantean objetivamente la disolución de la CRCI y el colapso terminal de esta inapreciable conquista de la clase obrera mundial. Probablemente, la mayoría de los compañeros del resto de los partidos de la CRCI crea improbable que les suceda lo mismo en sus propios países. Es un juego de palabras irónico, pero es difícil pensar que no sea así (…) EL IMPASSE POLÍTICO DE LA CRCI PUEDE TERMINAR EN UN RETROCESO PROGRAMÁTICO HACIA EL ANTI-CAPITALISMO  DE CONSECUENCIAS DISOLVENTES. Esto es muy importante, porque si las secciones nacionales de la CRCI y todas las organizaciones simpatizantes no reaccionan a tiempo frente a la adaptación del PO al morenismo, el impasse que ya está atravesando a la CRCI por el viraje anti-capitalista del PO, se puede transformar en un retroceso programático, que puede tener consecuencias disolventes detrás de las corrientes del trotskismo morenista y democratizante a nivel mundial.

“Y, desde la TPR, queremos repetir: este impasse político es producto del viraje anti-capitalista del PO. Porque mientras el PCL y el EEK luchan por desarrollar la intervención revolucionaria de la clase obrera en sus propios países, el CC del PO se sumerge en la adaptación al morenismo a través del Frente de Izquierda.

“Mientras el PCL y el EEK batallan a través de su agitación socialista para estructurar a la vanguardia obrera detrás de un planteo de poder, el CC del PO teoriza y practica la oposición a la lucha por el poder y la reducción de la actividad de la clase obrera a la pelea por ‘reivindicaciones mínimas’, en vez de asociar la lucha por reivindicaciones y la lucha por el poder a través de un auténtico Programa de Transición.

“¿Cuánto tiempo más pueden convivir estas tendencias divergentes en el seno de la CRCI? La indefinición de la CRCI en su conjunto frente a esta disyuntiva es lo que la está llevando a la parálisis. Pero, como decía Lenin, ‘lo que no avanza, retrocede’.

“Si las secciones nacionales de la CRCI que defienden el combate contra el anticapitalismo no avanzan contra el viraje de 180° que está adoptando el PO, el CC del PO va a avanzar sobre la CRCI y le va a imponer un viraje mundial hacia el anti-capitalismo y, por lo tanto, generar que el impasse se transforme en disolución política (…)” (Carta al XX Congreso del Partido Obrero, 2011).

Sin palabras. Como se ve, la actual disolución de la CRCI es producto directo del giro anticapitalista de la dirección del PO y de la disolución en el morenismo a través del FIT. Esto es gravísimo por el hecho de que la bancarrota capitalista se desarrolla con virulencia y requiere una enérgica intervención de los revolucionarios a nivel mundial. Los principales acontecimientos de la lucha política a nivel internacional ponen de relieve que el riesgo que advertimos como TPR desde 2010 se convierte en una realidad cada vez con mayor velocidad.

MEDIA DÉCADA SIN “EL OBRERO INTERNACIONAL”. 2 AÑOS SIN NINGÚN MATERIAL COMÚN DE LA CRCI. NINGUNA INTERVENCIÓN CENTRAL EN LA REVOLUCIÓN ÁRABE. POSICIONES CONTRADICTORIAS FRENTE A LAS ELECCIONES GRIEGAS. ASÍ SE EXPRESA LA DISOLUCIÓN DE LA CRCI

Las consecuencias de la disolución de la actividad de la CRCI son nefastas. Frente a la Revolución Árabe, no ha sacado ninguna declaración ni impulsado ninguna iniciativa internacional. Los posicionamientos políticos de las secciones nacionales son correctos, pero contando con secciones en países cercanos a la propia Revolución Árabe (Italia, Grecia) o incluso lindantes con ella (Turquía, país cuyo gobierno está involucrado directamente en la ofensiva imperialista contra Siria), la CRCI tendría que haber desarrollado una lucha política de conjunto en apoyo a la Revolución Árabe, por la expulsión de todos los gobiernos reaccionarios y por la organización independiente de los explotados contra cualquier invasión imperialista y desvío contrarrevolucionario. La CRCI se postula como el embrión del partido revolucionario mundial… pero no interviene frente a una situación revolucionaria continental.

¿Cómo puede ser que no se intervenga de conjunto, que no se desarrolle una iniciativa, que no haya habido un secretariado internacional para discutir y sacar resoluciones, declaraciones, campañas? Nosotros, por el contrario, sacamos como TPR varias declaraciones frente a la Revolución Árabe, una en particular sobre Siria y hemos formado parte de una movilización a la embajada siria (frente a la cual el PO no fijó posición).

Todo este cuadro de heterogeneidad, parálisis y disolución de la CRCI está determinado por el hecho de que el viraje de Altamira se opone al norte común que estructuró a la CRCI desde sus orígenes. Desde la TPR ya lo dijimos y lo queremos repetir: el viraje de Altamira es incompatible con el desarrollo de la CRCI en términos revolucionarios. ¿Y si no cómo se explica que estemos a punto de cumplir 5 años sin que se publique El Obrero Internacional, periódico de la CRCI? Es evidente para cualquier leninista que el periódico es el primer militante, el estructurador, la columna vertebral de la organización. Sin periódico no hay ni programa, ni partido, ni militancia. La no publicación del periódico internacional es el más fiel reflejo del cuadro de disolución que atraviesa a la CRCI.

Esto es muy importante porque es justamente la falta de un periódico la que profundiza la heterogeneidad y atomización en las filas de la CRCI. Sin periódico, no se sacan balances de la intervención política de la Coordinadora, no se fija una orientación general para intervenir a nivel mundial, no se discute la orientación a desarrollar en cada país en particular; es decir que está vedada la posibilidad de homogeneizar a todas las secciones nacionales detrás de un mismo horizonte político. Y queremos insistir sobre un punto: la no publicación de El Obrero Internacional y la disolución de la CRCI no son un problema organizativo sino político. Ya vimos como Guillermo Lora degeneró en una secta nacionalista luego de abandonar por completo la defensa de la Tendencia Cuarta Internacionalista por una supuesta incapacidad para atender simultáneamente el trabajo nacional e internacional. No defender la lucha por la refundación de la IV Internacional lleva, necesariamente, a la más completa degeneración política. Justamente, es la degeneración política que promueve Altamira en las filas de la CRCI la que profundiza la disolución de la Coordinadora e impone retrocesos cada vez mayores a sus secciones nacionales.

LA LUCHA EN DEFENSA DE LA CRCI, PAÍS POR PAÍS

GRECIA: EN LAS ELECCIONES MÁS IMPORTANTES DE EUROPA, LA CRCI NO SE PUDO PRESENTAR

Frente al ascenso del frente popular griego (Syriza), el EEK debería haber formado parte de Antarsya y luchado por dirigir al ala izquierda del anticapitalismo a una separación del centrismo. Sin embargo, el EEK decidió no integrar la lista de Antarsya y, finalmente, la CRCI NO PUDO PRESENTARSE A ELECCIONES. ¿La explicación? El EEK no pudo juntar los 60.000 euros necesarios para presentarse. Esto es una derrota de toda la Internacional, que con una campaña financiera y el esfuerzo de sus secciones en Italia y Argentina (más grandes que la griega), claramente hubieran podido cumplir el objetivo. El hecho de que el EEK no se haya podido presentar tiene su precedente en las legislativas de mayo, donde el EEK sufrió un importante revés electoral que lo llevó a perder el Concejal que había conquistado en las elecciones de 2007 en Drafni/Ymittos, una zona obrera cerca de Atenas, y que logró defender en las parlamentarias de 2009. El problema no es organizativo ni financiero, sino político: el PO, siguiendo la línea de disolución anticapitalista que viene ratificando en los últimos congresos, sostiene, como explicamos más arriba, que había que votar a Syriza. Es decir, que la CRCI NO TIENE HOMOGENEIDAD POLÍTICA sobre cómo intervenir en Grecia, la situación pre-revolucionaria más importante de Europa, fundamentalmente por imposición del Partido Obrero.

Frente a esta situación no se desarrolla un debate político entre sus secciones y militantes de forma pública, sino que se sigue el camino de la disolución: no presentación a elecciones, balances contradictorios yuxtapuestos (Altamira por un lado, Savas Matsas por otro), parálisis política. ¿Qué hace la CRCI en Grecia? Su sección nacional votó a Antarsya, su sección más importante coqueteó con Syriza y ahora dice de forma oportunista que habría que haber llamado a votarla. La CRCI se ha partido bajo la presión del reformismo democratizante, la crisis mundial y su giro anticapitalista.

Desde la TPR ya hemos publicado una carta abierta al EEK y a la CRCI planteando una salida política para superar esta situación, donde planteamos que “en conclusión, nuestra posición es que tenían que haber aceptado el frente con Antarsya aunque no pudieran firmar como organización independiente o en igualdad de condiciones. Esto porque el EEK es bastante más pequeño y la última elección demostró que Antarsya conseguía un caudal de votos bastante mayor proporcionalmente. Nosotros haríamos lo mismo acá respecto al Frente de Izquierda, privilegiando el programa que habían logrado originalmente. Según Uds., incluía el punto de un gobierno de los trabajadores, por ejemplo. Lograr que Antarsya milite una campaña electoral por el gobierno de los trabajadores implica una impugnación práctica del anti-capitalismo porque, como se sabe, el único programa real es el que se milita y no el que está escrito. Si la campaña electoral incluía ese punto constituía una valiosa conquista política del EEK contra el centrismo y una herramienta para separar a las masas trabajadoras de Syriza, es decir, del frente popular.

“De todos modos, si efectivamente el EEK llama a votar por Antarsya, como queremos nosotros, el Comité Central del EEK deberá sacar un balance negativo de su propia actividad como dirección política de la organización por no haber realizado el frente con Antarsya. Básicamente, porque estará llamando a la militancia del EEK a votar por Antarsya con un programa rebajado y sin incluir ningún candidato del EEK, cuando podría estar votando por Antarsya por un programa mucho mejor e incluyendo candidatos propios.

“En este punto también corresponde a la militancia del EEK y de toda la CRCI, exigir que se abra un debate en la sección griega y a nivel internacional, para realizar un balance sobre lo actuado por la dirección del EEK, que desperdició la oportunidad del frente con Antarsya, y por supuesto, para discutir públicamente con Jorge Altamira y la dirección del PO sus posicionamientos políticos a favor de Syriza. No puede pasar desapercibido que la CRCI no tenga posición frente a la venidera elección en Grecia. Eventualmente, el EEK y el PO, como cualquier otro partido de la CRCI, pueden tener posiciones distintas. Pero la CRCI tiene el deber de darse un debate y enfrentar posiciones públicamente, fijando posición como tal. De lo contrario, se disolverá.

“Desde la Tendencia Piquetera Revolucionaria (TPR), en las condiciones actuales, donde el frente no se ha hecho, y sólo es posible elegir entre las tres posibles que marcamos al principio, llamamos al EEK a votar por Antarsya, haciendo una campaña independiente, delimitada, con sus propios materiales.

“Votar por Syriza no es una opción para los revolucionarios, dado que el carácter frentepopulista de Syriza se demuestra en que el EEK ni nada a la izquierda de Syriza nunca fue convocado (mientras Nueva Democracia convoca hasta los grupos más pequeños de la derecha). Demuestra que Syriza tiene bien en claro con quién quiere estar (KKE) y con quién no quiere tener nada que ver.

“No votar a Syriza y votar a Antarsya abre la perspectiva de que el EEK se desarrolle yendo a buscar a la base de Antarsya que no quiere votar a Syriza. Hay que evitar que los anticapitalistas de Antarsya sigan un curso de disolución y derechismo como aquellos militantes del NPA que terminaron votando a Mélenchon y luego a Hollande.

“Al mismo tiempo, no votar significaría negar que frente a la cooptación descomunal que opera y operará Syriza en el movimiento de masas, Antarsya expresa el anticapitalismo anti-UE, que está a la izquierda del eurocomunismo pro-UE. Votar a Syriza es para desmoralizar a los trabajadores y abrirle el camino a la derecha e incluso al fascismo. Votar y darse una política para delimitar a Antarsya es disputar la dirección de una formación centrista para llevar un sector al campo de la revolución.

“La conclusión es sencilla: si el EEK y Savas Matsas no se plantean la tarea o no logran dirigir a Antarsya entonces lo va a terminar dirigiendo Syriza y Tsipras” (Carta de la TPR al EEK y la CRCI, 10/6/2012, http://tpr-internet.blogspot.com.ar/2012/06/elecciones-griegas-carta-abierta-de-la.html).

MÉXICO: EL GAR SE SEPARÓ DE LA CRCI Y SE JUNTÓ CON EL MANDELISMO Y LOS MORENISTAS

Las elecciones en México, realizadas pocos días atrás, han puesto al descubierto el viraje que se ha procesado en la sección simpatizante de la CRCI de este país. Hemos pasado de un 2010 donde el GAR escribía, en una nota homenaje al compañero Oviedo, “No necesitamos un ‘Nuevo Partido Anticapitalista”, a un 2012  en que plantean, de cara al Frente de Izquierda con el mandelismo de la LUS y el morenismo del POS, que “la perspectiva no es solo electoral” agregando que “es necesario unirnos, ser un referente de lucha, que sea independiente de los partidos políticos” (Audio de una entrevista a los dirigentes de los partidos del FIS publicada en el facebook oficial del FIS). Definitivamente esto requiere un balance del conjunto de la actividad de la CRCI. Este punto es importante, porque el GAR surge como sección simpatizante de la CRCI luego de que en marzo de 2005 se desprendiera por izquierda del PRT, sección oficial del mandelismo mexicano. Es decir que la experiencia del GAR es central porque hace a la cuestión de si la CRCI es capaz o no de explotar las crisis en las filas del Secretariado Unificado y ganar sectores a su programa revolucionario.

El hecho de que el GAR retroceda sobre sus propios pasos es un hecho negativo. Al compás de este rabioso viraje anticapitalista se da, de hecho, la separación -carente de balances- del GAR y la CRCI. De reivindicar a Luis Oviedo y discutir contra la posible formación de un nuevo partido anticapitalista, sin ningún balance y en 2 años, forman el FIS con grupos mandelistas y morenistas, y no se delimitan del planteo de la LUS de formar un partido común basado en el FIS (planteo realizado públicamente por el mandelismo nuevamente, en la misma entrevista citada previamente).

El articulo de los compañeros, innecesariamente recortado por la redacción de Prensa Obrera que solo atinó a publicarlo en internet el 20 mayo de 2010, se titulaba: “No necesitamos un ‘Nuevo Partido Anticapitalista’” (http://po.org.ar/blog/2010/05/20/mexico-no-necesitamos-un-nuevo-partido-anticapitalista/). Allí, se afirmaba que “para nosotros fue una sorpresa muy desagradable que el vocero de una de estas organizaciones, la LUS, nos invitara a sumarnos a un nuevo partido, denominado ‘anticapitalista’ (...) El término ‘anticapitalista’ es un término deliberadamente ambiguo. ‘Amplio’, dirían sus apologistas. Un espacio en el que caben desde los marxistas consecuentes hasta los anarquistas, altermundistas, zapatistas, ecologistas radicales o simplemente los defensores de la ‘buena onda’. En defensa de los voceros de la LUS, tenemos que reconocer que el error no fue de ellos, fue de la Liga Comunista Revolucionaria (LCR) de Francia, la que en el 29 de junio de 2008 decidió abandonar ese nombre y transformarse en el ‘Nuevo Partido Anticapitalista’ (...) Pero lo que la Liga de Unidad Socialista ve con miopía, nosotros lo podemos ver claramente, así que está de nuestra parte el explicarlo. La LCR se transformó en el NPA en medio de un poderoso movimiento social en contra de la globalización, el llamado ‘altermundismo’. Eso, y la bancarrota del Partido Comunista Francés, permitieron el rápido crecimiento de los anticapitalistas franceses. Pero tanto el ‘crecimiento’ del NPA como su perspectiva política no van hacia una revolución social en Francia, y mucho menos hacia la toma de poder. Desde hace años, la mirada de la LCR está en las urnas y en el campo de la democracia electoral, y para ello hace falta ‘no asustar’ a los votantes. Abandonaron el uso de la hoz y el martillo, y ahora el nombre de ‘comunista’. Al imitar a la LCR francesa, los militantes de la LUS no verán crecer sus filas al triple, al doble, pero sí verán disolverse su programa político y con él, su legado histórico”.

Este es un posicionamiento claro que permite abordar correctamente el debate sobre la puesta en pie de un partido revolucionario en México. No es, sin embargo, el método que han planteado los compañeros del GAR a lo largo de la campaña electoral.

En ese sentido, es necesario abordar el debate sobre cuál es el programa y las características del FIS y con qué política ingresan al mismo las distintas corrientes. El FIS ni siquiera fijó una posición homogénea frente a las elecciones. Mientras el GAR llamaba a impugnar, las otras fuerzas llamaban a no votar. Sin embargo, el acuerdo de todas esas fuerzas era la necesidad de construir una “perspectiva no sólo electoral” de los partidos del FIS, en un marco en el que la LUS llama a la “formación de un partido independiente, una estructura a nivel nacional. Fundirnos en una sola organización” (entrevista radial). Es decir que los mandelistas vuelven a tomar la iniciativa para crear un partido anticapitalista como ya lo habían planteado hace 2 años. Frente a esto, los compañeros del GAR no se delimitaron nítidamente (como sí lo hicieron en 2010) y, en la propia entrevista de radio se limitaron a plantear la necesidad de construir una “alternativa de lucha” frente al planteo del mandelismo.

Esto tiene su correlato en la evolución programática del FIS. Mientras que en su declaración de presentación el FIS afirma que “nuestra posición es que ante el próximo proceso electoral, es fundamental tener una política de independencia de clase, que ponga en primer plano, la resolución de los principales problemas que aquejan a las masas explotadas y oprimidas, cuestión que no se están planteando ninguno de los partidos en contienda” y plantea “que la crisis la paguen los capitalistas” (http://fismx.blogspot.mx/2012/06/entrada.html), la LUS desde un principio comenzó a difundir declaraciones planteando que el FIS tiene que luchar para “convocar a una Asamblea Constituyente, libre y soberana, que redacte una nueva Constitución realmente democrática. El pueblo trabajador podrá expresar ahí sus demandas más sentidas, a través de la elección de representantes a dicha Asamblea, como sucediera en 1914” (http://www.aporrea.org/internacionales/a145655.html). O sea que ellos militan conscientemente para que el FIS pase de un planteo independiente a un planteo democratizante con una clara impronta mandelista.

Desde la TPR queremos llamarles la atención a los compañeros del GAR: en la medida en que construyeron su organización con una clara referencia en la CRCI y delimitados del anticapitalismo, pudieron abordar correctamente la lucha política contra las corrientes revisionistas del trotskismo rechazando su presión disolvente. Ahora, en la medida en que se sigan alejando de la lucha política internacional en defensa de la CRCI, corren el riesgo de diluir esa delimitación y ceder frente a la presión política de la izquierda democratizante. Como decimos desde la TPR: lo que no avanza, retrocede. O el GAR avanza sobre el morenismo y el mandelismo e impone sus posiciones a través de una lucha política pública, o el morenismo y el mandelismo van a avanzar sobre el GAR como ya está sucediendo con el propio Altamira.

BRASIL: DEL FRENTE DE IZQUIERDA BASADO EN LA DELIBERACION E INDEPENDENCIA DE LOS SINDICATOS EN 2010, ALTAMIRA PASA EN 2012 A PROPONER LA DISOLUCIÓN DETRÁS DEL PARLAMENTARISMO DEMOCRATIZANTE

Mientras durante las elecciones de 2010, el Partido Obrero defendió para Brasil la conformación de un frente de izquierda como parte de dar una lucha política por la unidad basada en la deliberación de los sindicatos con instancias “plenarias clasistas, obreras, campesinas y juveniles, abiertas, para definir un curso de lucha y una intervención político-electoral independiente” (en una nota de Coggiola titulada “El PSOL explota, se plantea un frente de izquierda”, 25/5/2010), ahora Altamira viajó a Brasil para plantear  la “unidad de la izquierda” entre el PSOL, PCB y PSTU sobre bases completamente distintas, es decir, mediante la amalgama oportunista “dejando de lado las diferencias” para ir detrás del parlamentarismo democratizante y contra el derecho al aborto.

Así es que, en marzo de este año, en la localidad de Rio Grande, Jorge Altamira habló en una Conferencia en la que llamó a que “la izquierda revolucionaria, en todo el mundo, caracterice la crisis mundial, discuta un programa para, sobre esta base, no atomizarse, sino unificar fuerzas” (Prensa Obrera Nº 1227, 12/04), revisando todo el planteo anterior. Conociendo el carácter democratizante del PSOL, PCB y PSTU (destacado severamente por  Coggiola en la nota citada más arriba) se los embellece calificándolos ligeramente de revolucionarios, cuando en su momento el PO ya había señalado que: “La izquierda se presenta dividida en sus tres expresiones (PSOL, PCB, PSTU) y no critica al gobierno de Lula en su propaganda electoral televisada. Ninguna de las tres llega al 1% de las intenciones de voto. La izquierda ha intentado crecer durante largos años en el seno del PT, a la sombra de Lula y de su política de Frente Popular. Ahora, excusa su impotencia con el argumento de que ‘la crisis no ha llegado a Brasil’” (Prensa Obrera, 30/9/10).

En la última elección, un sector del PSOL, encabezado por Heloísa Helena “declaró su apoyo a la candidatura ecológico-burguesa (Partido Verde) de la ex ministra Marina Silva, una línea de apoyo externa de la candidatura oficialista de Dilma Roussef” (como señala la propia Prensa Obrera este mismo año, en su edición del 12/04/2012), precipitando una crisis en su interior. Por su parte el PSTU, adherido a la LIT morenista (y a la cual también pertenece el PSTU argentino) que venía haciendo campaña por un frente electoral democratizante entre el PSOL-PSTU-PCB, fue criticado por Coggiola en su nota sobre la crisis del PSOL referida más arriba: “Sin referirse al programa, caracterizó que la crisis (en verdad, explosión) del PSOL se debe a su ‘modelo de partido’ (de tendencias permanentes) al que contrapone el ‘centralismo democrático’ (del PSTU), una fórmula que, al margen del programa, es una cáscara vacía, o un burocratismo disfrazado, en cualquier hipótesis incapaz de abrir un curso para la crisis de la izquierda”.

Sin embargo, para superar esta crisis, a través de la “vocación de unidad”, en 2012 Altamira propone la subordinación política al programa democratizante y parlamentario del PSOL, sin delimitarse en esta ocasión de la versión más ‘izquierdista’ del PSTU  y sin proponer una posición revolucionaria para que la CRCI busque siquiera debatir sobre cómo debería ser el programa del frente.

PARA ALTAMIRA, CON TAL DE CAPITULAR ANTE EL PSOL Y FIRMAR UN FRENTE DEMOCRATIZANTE, EL DERECHO AL ABORTO “ES DE CUARTA O QUINTA IMPORTANCIA”

Esta línea de capitulación ante la cúpula evangélica del PSOL llega a su máximo exponente cuando el propio Altamira alega el que el derecho al aborto “se ubica en un orden de cuarta o quinta importancia” para el frente de izquierda, es decir que no debería ser una “excusa” para “bloquear la unidad de la izquierda”. De esta forma, Altamira permite que la presión del lobby religioso del Estado brasileño imponga las condiciones de la formación de un frente de izquierda, sólo con tal de disolverse atrás del PSOL.

Particularmente esto saca a la luz que la exclusión de este reclamo de las mujeres trabajadoras en el ‘programa de urgencia’ del FIT en Argentina (firmado junto a los morenistas del PTS e Izquierda Socialista, estos últimos integrantes del PSOL a través de su corriente hermana llamada CST) no fue un olvido, lo cual fue oportunamente denunciado por la TPR en la “Carta al XX Congreso del PO. Frente de Izquierda: Así no”. Ya en su momento, el MST de Argentina se había bajado del reclamo por el derecho al aborto para armar un frente con el clerical peronista Mario Cafiero.

ANTE LA RUPTURA DE CAUSA OPERARIA CON LA CRCI, ALTAMIRA PRETENDE LANZAR UNA NUEVA ORGANIZACIÓN SIN NINGÚN BALANCE POLÍTICO

La propia CRCI cesó de existir en Brasil desde que en el 2004 el Partido Causa Operaria (PCO) dejó de ser su sección nacional. Este partido, que incluso entre sus fundadores contó a algunos de los actuales dirigentes del PO, rompió sus lazos con la CRCI, sin que mediare ningún debate político público y que se clarifique el motivo de la ruptura.

Para peor, sin ninguna delimitación pública, el PO formó la “CRQI Brasil”, un autodenominado “Colectivo de Militantes” recientemente organizado, cuya estructuración no se da, inicialmente, en base a un debate de conjunto sobre la situación mundial, latinoamericana y brasileña, sino tan sólo a la adscripción a las tesis de la CRCI. Pero esto no es suficiente, por ejemplo, porque no permite explicar el cuadro que lleva a que el PCO y la CRQI Brasil tengan que ser organizaciones diferenciadas.

Más concretamente, ¿sobre qué balance surge la CRQI Brasil respecto de la organización que anteriormente representaba a la CRCI allí? Altamira termina preso de las propias reglas que él dice conocer muy bien, que pasamos a reproducir: “Gran parte de la militancia milita en función de los intereses de su propia organización, y está bien, pero el problema es que las organizaciones no tienen una visión histórica del proceso, sino que simplemente ellas también trabajan para su organización. Una divergencia es un chiste, pone a dos trotskistas enfrentados, eso es insostenible. ¿A qué se debe? A un retroceso, una atomización, un fracaso, a que el terreno fue copado por el enemigo” (Presentación del libro "El ascenso de la izquierda", charla de Jorge Altamira en Neuquén, publicada el 21/3/2012 en www.po.org.ar).

Desde la TPR entendemos que cualesquiera que sean los motivos de ruptura de PCO (quizás no haya sido “un chiste” como llama Altamira a las divergencias surgidas entre los trotskistas, sino un verdadero debate político, eso no lo sabemos), si la CRCI (y también el PCO) se quieren desarrollar en Brasil, tienen que explicitar un balance político de la escisión.

ITALIA: EL MORENISMO ATACA SISTEMÁTICAMENTE A LA CRCI

La situación de Italia es importante para discutir la viabilidad del planteo de Altamira de desarrollar la “unidad de la izquierda” por fuera de un trabajo de delimitación política contra la izquierda democratizante. En las últimas elecciones administrativas, realizadas en mayo de este año, el PCL presentó lista propia en las localidades donde se encuentran presentes, algunas de ellas por primera vez. Los compañeros obtuvieron el 1% en Pistoia y en otras ciudades cercanas, y el 10% en Castiglion Fiorentino (cerca de 14.000 habitantes), donde “por cerca de 30 votos no obtuvieron un concejal” (periódico Piena Voce, nro4). A su vez, estas elecciones plantean un debate interesante acerca de cómo un partido revolucionario debe delimitarse frente a las corrientes centristas, en el marco del llamado a votarlos en determinas circunstancias.

Esto se da frente a la definición de llamar a votar por el candidato del partido morenista de la LIT, PdAC, de la región de Veneto. Particularmente en esta región, el llamado al voto por Ibrahima Barry se fundamentaba en su condición como representante de los trabajadores migrantes y nativos, en contraposición con la postulación de Flavio Tosi, que contaba con el apoyo de la derecha liberal, ligada al fascismo y, con una plataforma de defensa de las empresas, los bancos y el Vaticano. Explican los compañeros del PCL que "en Verona el compañero Ibrahima Barry es la única alternativa de trabajo frente a los distintos candidatos el derecho burgués, centro-derecha y centro. El apoyo a la candidatura del compañero Ibrahima Barry no significa que se escondan o subestimen las profundas diferencias que distinguen al PdAC de nuestro partido, un grupo lleno de sectarismo político y organizativo. Un sectarismo político que se ha demostrado en varias ocasiones con el ataque obsesivo y difamatorio a nuestro partido y sus dirigentes". Entendemos que es importante la delimitación política con el PdAC, en el marco de una correcta posición de llamarlos a votar en esa región. Por ello, la delimitación tendría que basarse en clarificar quien es el PdAC: el grupo responsable de haber votado la expulsión de Ferrando del PRC con un posicionamiento directamente imperialista, contra la política del PCL de denunciar la invasión imperialista italiana en Afganistán.

Los compañeros del PCL, se limitan tan solo a una delimitación llamándolos “sectarios”. El PCL no clarifica políticamente acerca de la cuestión central, esto es, la cuestión del poder y la dictadura del proletariado; consigna que desde el PCL se propagandiza de forma sistemática en sus materiales con el planteo de la lucha por un gobierno de los trabajadores. El PdAC y los demás grupos morenistas democratizantes jamás introducen este debate por su carácter capitulador y democratizante. Vale la pena aclarar que el carácter sectario y faccional del PdAC es manifiesto, y se puede ver en su artículo del balance sobre las elecciones, en donde en vez de saludar a los que los llamaron a votar, han optado por dedicarle al PCL una serie de agravios facciosos y despolitizados. Es así que la delimitación con los compañeros la resumen en la siguiente afirmación: "(el PCL) que anunció hace algunos meses su participación en las elecciones para probar un enraizamiento nacional del partido, se encuentra con un puñado de resultados (absolutos y porcentuales) en promedio (o inferiores) con el resto de las fuerzas -nuestra incluso- que se colocan a la izquierda de Refundación" (http://www.litci.org/inicio/newspaises/italia/3140-grecia-francia-italia-solo-las-luchas-pueden-parar-el-ataque-burgues).

Toda la lucha política en Italia, por lo tanto, pone de relieve que la única forma de viabilizar un desarrollo político enérgico es a través de una firme delimitación con la izquierda pro-imperialista y la izquierda anticapitalista. El camino inverso al que propone Altamira.

VENEZUELA: OPCIÓN OBRERA LANZA LA CONVOCATORIA A UN FRENTE DE IZQUIERDA PARA HACER FRENTE AL CHAVISMO

En Venezuela, de cara a las elecciones de octubre de 2012, la sección venezolana de la CRCI, Opción Obrera, lanzó desde su periódico la convocatoria a un frente de izquierda para conformar “Una alternativa para los trabajadores, independiente de los partidos burgueses y sus substitutos” (Prensa Opción Obrera, 22/05). Desde la TPR, saludamos esta iniciativa, que podría permitir colaborar a construir una oposición de izquierda al chavismo.

PARA CONSTRUIR UNA OPOSICIÓN DE IZQUIERDA HAY QUE RECHAZAR Y DENUNCIAR EL OPORTUNISMO Y EL SECTARISMO MORENISTA DE LA UIT-CI

La izquierda venezolana no ha fijado hasta el momento una posición pública frente a este llamado. La expresión más nítida de esta situación ha sido la candidatura de Chirino (del PSL, perteneciente a la UIT-CI al igual que los morenistas de Izquierda Socialista de Argentina), quien pretende una campaña personalista y auto-centrada, que ponga al frente su figura en vez de impulsar la unidad en pos de las reivindicaciones populares.

Chirino sale en los medios “retando” a Chávez a “debatir conmigo para comparar nuestros programas y que el país saque la conclusión de qué tan lejos o qué tan cerca están ellos de mí” (Noticias 24, 18/6), pero no usa su exposición mediática para erigirse como un canal de organización y reagrupamiento de la izquierda y los trabajadores clasistas. El rechazo al frente no es sólo mezquindad electoral,  es el reflejo de la orientación sectaria y oportunista del morenismo, que rechaza el frente único obrero con el resto de las corrientes clasistas y los obreros chavistas. En este sentido, Chirino no solo no responde al llamado de Opción Obrera, sino que tampoco hace su propio llamamiento para constituirse como un punto de reagrupamiento de la izquierda y los luchadores. Chirino no propone que el resto de los partidos integren candidatos a su lista. Tampoco impulsa un congreso de la izquierda y los trabajadores que luchan, en el cual se voten los candidatos y por lo tanto las candidaturas sean el reflejo de la correlación de fuerzas entre los integrantes del frente.

Desde la TPR, entendemos que la candidatura de Chirino podría colocarse en el terreno del llamado de los compañeros de Opción Obrera, ya que la conformación de un Frente de Izquierda y de Trabajadores uniría a la izquierda contra Chávez sobre una base enormemente progresiva. Por eso creemos que los compañeros de Opción Obrera deben denunciar el sectarismo morenista de Chirino, el PSL y la UIT.

LA CRCI Y SU SECCIÓN NACIONAL, OPCIÓN OBRERA, TIENEN QUE LUCHAR POR LA CONSTRUCCIÓN DE UNA ALTERNATIVA DE IZQUIERDA AL CHAVISMO

Por otra parte desde la TPR consideramos que no se puede oponer la lucha por un Frente de Izquierda con la lucha por la liberación nacional. Toda la lucha política de la CRCI en Latinoamérica, y en Venezuela especialmente, se ha construido sobre esta base desde sus inicios.

Por ello, el único Frente de Izquierda que merece tal nombre es aquel que busque la fusión de la clase obrera con el movimiento político socialista, para construir un partido obrero independiente que acaudille la nación y se coloque a la cabeza de un Frente Único Anti-imperialista.

La lucha por un Frente de Izquierda tiene que ser la lucha por la conformación de un frente militante que intervenga en la situación política como una oposición de izquierda a Chávez y coloque las reivindicaciones obreras, populares y de liberación nacional al frente. Ése es el método para conquistar que los sectores chavistas clasistas y honestos vayan al pie de esta alternativa. Llamamos a Opción Obrera a luchar por la construcción de un polo de reagrupamiento clasista para encabezar un frente anti-imperialista que desafíe y supere al nacionalismo burgués.

BOLIVIA: ¿EL IPT ES UN INSTRUMENTO POLÍTICO DE LOS TRABAJADORES O UN INSTRUMENTO DE LA BUROCRACIA DE LA COB PARA CONTENER Y REGIMENTAR LA MOVILIZACIÓN POPULAR?

En Bolivia, en medio de un proceso de ruptura de varias organizaciones campesinas con el gobierno de Morales, y tras la lucha contra el gasolinazo, el XV Congreso de la COB votó formar un “Instrumento Político de los Trabajadores” (IPT). En esa ocasión, como Tendencia Piquetera Revolucionaria (TPR) fuimos a desarrollar una actividad sobre el Congreso para presentar la elaboración de nuestra organización a los delegados. La CRCI, y particularmente el PO, a pesar de ser una organización muchísimo más grande, no estuvo presente.

Asimismo, en el mes de mayo, en el marco de la lucha de los trabajadores de la salud, se reunió en Oruro el amplio ordinario de la COB, donde el burócrata Juan Carlos Trujillo, máximo líder de la Central, “declaró que ‘la lucha de los trabajadores es a través del IPT (el Instrumento Político de los Trabajadores)” y que “el verdadero proceso de cambio es de nosotros los trabajadores” (www.eju.tv - La COB creará su partido político, “Instrumento Político de los Trabajadores” 18/5).

Mientras los dirigentes de la Central Obrera Boliviana ponen de relieve su pretensión de organizar el IPT, como denunciamos desde “El Piquetero” N°2 (Junio 2012), hoy “la burocracia de la COB boicotea su propio paro y aísla a los pueblos originarios en lucha”, en vez de solidarizarse (por lo menos formalmente, como hacía en su momento, con el TIPNIS). Así es que, “el paro de 72 hs había sido lanzado en oposición a la decisión de Evo Morales de cerrar la pari­taria nacional por decreto, por un miserable aumento del ¡8%!”. A su vez, “la FSTMB, a través de su secretario de Con­flictos Edgar Mejía Quispe, pidió a la COB que no se apoye IX marcha del TIPNIS. ¿Sus argumentos? (…) Para redondear, hizo uso del eterno la­tiguillo de la burocracia planteando que ‘sus planteamientos [los del TIPNIS] atentan el aparato produc­tivo de este país’ (ibídem), lo que en realidad traduce una defensa de los negocios de la patronal, espe­cíficamente de ‘los contratos mi­neros en Mallku Qhota (explotada por una la transnacional Glencore) y del proyecto hidrometalúrgico de Corocoro (capitales Coreanos)’”.

LA CRCI TIENEN QUE SALIR DE LA INACCIÓN Y LUCHAR PARA PONER A LA COB AL SERVICIO DE LA LUCHA DE LOS TRABAJADORES Y EL PUEBLO

Desde la TPR queremos ser claros: si los sindicatos dan la espalda a los trabajadores, la pretensión de la burocracia de formar un IPT sólo traduce su intención de ser un corset para la lucha. Por eso Trujillo aclara que “la lucha de los trabajadores tiene que ser a través del IPT”.

En este sentido, es alarmante que en el mes de febrero el grupo “La Protesta” (vinculado a la UIT-CI e Izquierda Socialista de Argentina) haya convocado un encuentro con la formación del IPT como temario, ¡con el mismísimo Jaime Solares! Es decir que se colocan como variante de adaptación a la política de la burocracia. En vez de buscar que el IPT tenga un programa alternativo, aceptan la iniciativa del IPT en los términos de Solares.

El proceso de formación del IPT ya está condicionado por el rol que cumplió la COB en las últimas luchas de los trabajadores y, por lo tanto, no podemos subordinar la evolución política de la clase obrera a un IPT de la burocracia de la COB.

Nosotros estamos a favor de discutir un IPT en la medida que la COB evolucione y dirija a la clase obrera a un choque con el gobierno de Evo. La constitución de un partido obrero en base a los sindicatos siempre tiende a ser potencialmente progresivo si se da sobre esa base y en defensa de los reclamos populares. Pero de ninguna manera eso nos puede transformar en apologistas de un IPT que les da la espalda a los campesinos o carnerea los propios paros de la COB. Sería hacernos ilusiones en la capacidad política de la burocracia para desarrollar una política obrera independiente, como hacía Moreno con Vandor en Argentina. No es casualidad el seguidismo de la UIT-CI a Solares.

LA CRCI Y EL PO DEBEN REPLANTEARSE UN TRABAJO INTERNACIONALISTA SERIO SOBRE BOLIVIA: CON USCAMAYTA Y LA AMR, O A PESAR DE ELLA. ES NECESARIA UNA SECCIÓN BOLIVIANA DE LA CRCI

La CRCI (y el Partido Obrero en primer lugar, por una cuestión inclusive de cercanía regional) en este cuadro tiene planteada la tarea de intervenir fuertemente en la lucha de clases boliviana para evitar que la burocracia de la COB logre desvirtuar el proceso de ruptura de las masas con Evo. En ese sentido, la intervención del trotskismo debe ser para colocar a la COB en el terreno de la lucha y no del carnereaje: sólo sobre esa base se puede discutir un IPT. Como escribimos en las páginas de “El Piquetero”, se plantea llamar a los trabajadores a luchar porque en un “Congreso de Bases de la COB se revean las resoluciones tomadas contra el TIPNIS y se lance un plan de lucha de conjunto por el sala­rio igual a la canasta familiar, por la derogación definitiva del decre­to 1126 y contra la Ley Financial”, o sea, peleando por un plan de lucha de la COB y, en esa medida, condicionar nuestra posición sobre el IPT, a diferencia de la izquierda, que en este punto saca a relucir su total dependencia frente a la burocracia.

La CRCI y el PO poseen la posibilidad de desarrollar esa lucha ya que en Bolivia tienen una agrupación simpatizante, la Agrupación Marxista Revolucionaria (AMR), por lo tanto desde la TPR llamamos a salir de la inacción para desarrollar esta estrategia inde­pendiente.

Esta organización, que antes se llamaba Oposición Trotskista (OT) y fuera fundada por Juan Pablo Bacherer, rompió con la CRCI en 2006, cuando la CRCI llamó a votar por Evo Morales y el MAS. Desde la TPR defendemos a rajatabla la posición de la CRCI y el PO, pero entendemos que el error del PO (y de la CRCI) vino luego, cuando no se valió de su política revolucionaria para las elecciones de 2006 con el fin de desarrollar una sección boliviana de la CRCI y enraizar a partir de ello, política y organizativamente, en la vanguardia boliviana. La relación con la AMR (cuyo dirigente es César Uscamayta) continuó, pero en carácter de aparente simpatizante, sin ninguna organicidad real. La CRCI no puede permanecer sin ninguna intervención concreta sobre un país cuya situación política es tan determinante sobre el continente. Desde la TPR pensamos que es necesario discutir un plan para poner en marcha la lucha política por una sección de la CRCI. Con Uscamayta y la AMR, o a pesar de ella. La existencia de una sección simpatizante no puede ser una excusa para no poner en pie una sección nacional oficial.

CHILE: EN 2010, LA CRCI ORGANIZÓ UNA CONFERENCIA LATINOAMERICANA CON LA PARTICIPACIÓN DE SU SECCIÓN CHILENA, EL POR

El Partido Obrero Revolucionario (POR), antigua sección chilena de la CRCI, según los compañeros del PCL italiano, en su documento “Crisis capitalista y perspectivas revolucionarias” (el documento internacional del Congreso fundacional de su organización, año 2008) “nace del reagrupamiento sobre bases trotskistas consecuentes de militantes que provienen, salvo los más jóvenes, de la experiencia de la extrema izquierda centrista tradicional de las décadas pasadas, en particular del famoso Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR)” .

El último registro de su participación en una actividad de la CRCI que hay públicamente es su participación en la Conferencia Latinoamericana de la misma, en 2010, cuando PO señala que “entre el 26 y 28 de noviembre se realizó la Conferencia Latinoamericana de la Coordinadora por la Refundación de la Cuarta Internacional, con la participación de un centenar y medio de delegados del Partido Obrero, el PT de Uruguay, el POR de Chile y Opción Obrera de Venezuela” (Prensa Obrera, 02/12/10). Luego de ello, en 2011, cuando estalló la enorme rebelión estudiantil chilena, nada se supo sobre el POR chileno. Ni sobre su posible intervención en los acontecimientos en curso, ni sobre la continuidad (o no) de su ligazón con la CRCI, y peor aún, ni siquiera se sabe si el POR chileno en realidad se disolvió.

EN 2011, ESTALLA LA ENORME REBELIÓN ESTUDIANTIL Y NADA SE SABE SOBRE EL POR NI SOBRE QUÉ HARÁ LA CRCI PARA INTERVENIR EN CHILE

Un año antes, en 2009, simultáneamente con el XVIII Congreso del PO, se realizó otra Conferencia Latinoamericana de la CRCI, de la cual además del POR chileno, participaron otras organizaciones invitadas. Según una crónica del XVIII Congreso, “los representantes de las cuatro organizaciones chilenas presentes, Partido Obrero Revolucionario, Organización Socialista Revolucionaria, Estudiantes Rebeldes y Movimiento Provisorio por la Convergencia Revolucionaria, decidieron, en un acta, ‘iniciar un proceso de discusión política con el objetivo de realizar un congreso constituyente para la formación de un partido revolucionario en Chile’” (Prensa Obrera N° 1079, 16/4/2009). Fiel a su actual pragmatismo y empirismo anti-marxista, el Comité Central del PO, en la crónica sobre la Conferencia Latinoamericana de 2010 nada dice sobre qué ocurrió con las discusiones del POR chileno, y las otras tres organizaciones que debían formar en común un partido revolucionario unificado. Según deducimos, ese partido unificado no se formó (de la Conferencia Latinoamericana de 2010 sólo participó el POR chileno), pero el PO y la propia CRCI no sacaron ningún balance político de los motivos que lo impidieron.

Es en estas condiciones que, desde la última aparición del POR chileno en la Prensa Obrera es en 2010, y luego, como decíamos en 2011, cuando se inicia el Estudiantazo chileno, deja de aparecer mencionado o de enviar notas (agreguemos también que su página web ha dejado de funcionar desde hace tiempo).

Mientras tanto, fundamentalmente Cristian Henkel, actual miembro de la Comisión Internacional del Partido Obrero, se dedicó a describir el proceso chileno durante 2011-2012. Sin embargo, esto no aligera sino que agrava el problema, dado que implica que la Comisión Internacional vio la importancia de dar un mínimo panorama de los sucesos chilenos pero decidió omitir un balance sobre su propia sección en ese país. Y cuando esbozó una caracterización y una línea de intervención, no hizo nada serio para que la CRCI pueda operar políticamente sobre los acontecimientos.

El método descriptivo de Henkel y la Comisión Internacional del PO no sirve para poner en pie una organización revolucionaria (ni para orientar a nadie). Lo que sí refleja es incapacidad política para contraponerse programáticamente a las diferentes direcciones del movimiento.

Es en estas condiciones es que desde la última aparición del POR chileno en la Prensa Obrera es en 2010, y luego, como decíamos en 2011, cuando se inicia el Estudiantazo chileno, deja de aparecer mencionada o de enviar notas (agreguemos también que su página web ha dejado de funcionar desde hace tiempo).Por ejemplo, en la primera etapa, Henkel se dedicó varias veces a citar sin delimitarse a Camila Vallejos, la ex Presidente de la Confech y miembro del Partido Comunista de Chile (que busca utilizar su autoridad política para cerrar un frente con el PS de Bachelet y que en Argentina vino a marchar el 24 de marzo con el kirchnerismo): “Camila Vallejo, presidenta de la Federación de Estudiantes de Chile (FECh), señaló que los estudiantes se sumaron a la marcha ‘porque sabemos que la propuesta de un nuevo modelo educacional requiere recursos y esos recursos se van a obtener cuando Chile tenga una real soberanía con sus recursos naturales’” (Prensa Obrera, 14/7/11), aún a sabiendas de que esta orientación es reformista, tomada del fracasado gobierno de Allende, y que no implica ni expropiación sin pago ni control obrero.

Luego, el movimiento estudiantil hace pagar la cuenta de su orientación derechista a Camila Vallejo y el PC votando por los autonomistas de “Creando Izquierda” y en las elecciones de Confech se hace con la Presidencia Gabriel Boric. La juventud chilena sacó un balance contra el PC, porque los stalinistas de Vallejo habían sido cómplices, por ejemplo, de que se excluya a los secundarios de las negociaciones (la política de Piñera). Sin embargo, este proceso es contradictorio, porque los estudiantes no sacaron la conclusión de luchar por ¡el Fuera Piñera!, dado que no hubo una organización que lo planteara. Los autonomistas fueron vacilantes frente al reformismo del PC. Los anarquistas, que entraron terceros a la Mesa Directiva de la FeCh, tampoco fueron una opción, porque no quieren resolver el problema del poder. Pero Henkel y el PO nunca señalaron la necesidad de luchar por el ¡Fuera Piñera!, y no señalaron los límites políticos de la izquierda autonomista y anarquista, y por lo tanto, su balance no sirvió para abrir un panorama para el desarrollo de una corriente trotskista consecuente. Así se ve en su nota sobre el punto, titulada, a secas… “El movimiento estudiantil vota a la izquierda” (Prensa Obrera, 22/12/11).

El caso de Chile confirma con fuerza la escasa voluntad del PO para desarrollar la CRCI. A Altamira y a su compañero Henkel ya ni siquiera se les ocurre algo tan sencillo como cruzar la Cordillera.

EL FIT DE ARGENTINA:
UNA EXCUSA DE ALTAMIRA PARA DISOLVER AL PO Y A LA CRCI

COMO EL FIT Y EL ANTICAPITALISMO NO LE ALCANZARON PARA DISOLVER AL PO, AHORA ALTAMIRA PEGA UN NUEVO BANDAZO A DERECHA

La disolución de la CRCI y la crisis que atraviesa al Frente de Izquierda en Argentina no son hechos aislados uno del otro, precisamente porque la formación del FIT estuvo signada por el mismo viraje político que ha llevado a la CRCI a la parálisis actual. En la editorial de Prensa Obrera Nº 1229, Altamira afirma que “el Frente de Izquierda se ha convertido, en los últimos meses, en una coalición electoral. No lo era durante la campaña electoral, cuando la intervención cotidiana lo obligaba a tomar posición sobre todos los problemas principales que se colocaban en la agenda. Ahora, en cambio, el lazo de unidad se limita a la expectativa de presentar listas comunes en los comicios próximos. Como se ve, no es una campaña electoral lo que convierte a un partido en electoralista, sino el electoralismo lo que condena a un frente de izquierda a la inacción”. Ya en su momento, el PO había admitido la crisis del FIT: "La parálisis del Frente de Izquierda desde las elecciones constituye un ataque al desarrollo político de los sectores combativos de la clase y, en última instancia, a un plazo medio previsible, a la unión del socialismo revolucionario con el movimiento obrero. Esa parálisis es sinónimo de liquidacionismo sectario; para ir hacia adelante es necesario combatir el sectarismo y el faccionalismo" (Cómo defendemos al Frente de Izquierda, "Comisión Ejecutiva" del PO, 19/3/2012).

Desde un primer momento, desde la TPR señalamos que el Frente de Izquierda no era un frente sino un pacto contra el Partido Obrero, determinado por la voluntad del Comité Central del PO de desarrollar una política disolvente en oposición a toda su tradición histórica. La parálisis actual no es contradictoria con el primer período del FIT, como lo presenta Altamira, sino que es su consecuencia política lógica: desde un primer momento, el FIT no emergió como un instrumento político para desarrollar la lucha de los trabajadores contra el gobierno de Cristina y postular una alternativa basada en la lucha de clases. Muy por el contrario, el propio FIT nació adaptándose a la reforma proscriptiva del kirchnerismo y la oposición patronal y dándole la espalda a los levantamientos populares que se venían desarrollando en Argentina. Nació, a su vez, como un pacto entre cuatro paredes protagonizado por las direcciones de los 3 partidos que lo integran, a espaldas del conjunto de la vanguardia obrera y popular. Por ese motivo, el FIT quedó reducido a constituirse como una formación electoral que se postuló como una alternativa a izquierda del gobierno de Cristina luego de las internas abiertas – lo que, de todos modos, lo coloca como un factor progresivo en la situación política dado que insinúa la puesta en pie de una oposición de izquierda a nivel nacional.

Todo esto ocurrió producto de la política del CC del PO que desde que comenzó a desarrollar su viraje anticapitalista está promoviendo la disolución política del propio programa y tradición del PO. Precisamente por eso, inmediatamente después de las elecciones Altamira se embarcó en una campaña por la formación de un partido común con el resto de los partidos del FIT, borrando cualquier tipo de delimitación histórica con el morenismo centrista del PTS e Izquierda Socialista al igualarlos con el PO calificándolos como parte de la izquierda revolucionaria. Esto fue explicitado por Jorge Altamira en los medios de comunicación: “sería absurdo que la existencia de un partido revolucionario común se encuentre vedada por las diferencias sobre Libia o la caracterización de los obreros desocupados en las dos décadas pasadas (esto simplemente refleja la ausencia de algunos partidos del Frente en la lucha piquetera)” (Entrevista de Página 12 a Jorge Altamira, 13/2/2012). El FIT, por lo tanto, se colocó como una excusa del PO para justificar su autodisolución. Por eso, Altamira se ocupó de decir que “hemos sido pedagógicos, y entre nosotros ha perdido terreno el discurso doctrinarista” (Nota de Jorge Altamira publicada por La Verdad Obrera, 11/8/2011). Lo opuesto al doctrinarismo, para Altamira, es la “amplitud no sectaria”, o sea, la adaptación política.

De hecho, en esa misma entrevista Altamira coloca a los partidos socialdemócratas europeos de principios de siglo para justificar la formación de una organización heterogénea fundada en oposición a una clarificación política, con el argumento de la necesidad de construir una organización masiva (en el cierre de la campaña electoral del FIT, Clarín del 10/8/2011 retrata cómo Altamira plantea construir una “fuerza mayoritaria”, lo que para él supone construir una fuerza adaptada): “Suponer que un partido no conozca divergencias en su seno en su proceso de desarrollo, está reñido con la realidad y sería la receta perfecta para la división permanente y haría imposible la simple existencia de partidos revolucionarios. Los partidos históricamente más relevantes en la historia del socialismo y del movimiento obrero -me refiero a la socialdemocracia alemana hasta la Primera Guerra Mundial y el partido bolchevique hasta su usurpación por el stalinismo- albergaban una miríada de divergencias y tendencias internas holgadamente mayor que todas las disputas sumadas de los pequeños partidos actuales -simplemente porque tenían un desarrollo histórico superior y, por eso, un arco iris intelectual considerablemente más rico”. Precisamente por ese motivo, la propuesta del PO era formar un partido ANTES de discutir un programa en común y ANTES de clarificar las diferencias: "El debate que está proponiendo el Partido Obrero, interno y abierto, tiene como condición previa que se procese en el cuadro de la convocatoria a un Congreso que concrete un partido común” ("Desarrollemos el Frente de Izquierda y la unidad revolucionaria", "Comisión Ejecutiva" del PO, 27/2/2012).

SI ALTAMIRA ESTÁ DISOLVIENDO AL PARTIDO OBRERO, ¿POR QUÉ NO VA A QUERER DISOLVER A LA CRCI?

Pero esta pretensión naufragó por varios motivos. En primer lugar, porque tanto el PTS como IS rechazaron la formación del partido común – el primero con el argumento de que antes tanto el PO como IS tenían que estar de acuerdo con el programa del propio PTS, el segundo con el argumento de que el PO injuriaba al morenismo y por lo tanto no había condiciones para formar un partido unificado. En segundo lugar, porque la propia corriente histórica de la izquierda a nivel mundial con la que empalman estos grupos – el anticapitalismo – está atravesando una bancarrota absoluta. La dirección del PO visualiza este último elemento, y por ese motivo ya se está planteando la posibilidad de disolver el FIT en aras de empalmar con una tendencia delimitada a derecha de las propias corrientes que expresan el FIT: la izquierda frentepopulista que en Europa se propone desarrollar una gestión izquierdista del propio capital.  Y como esa izquierda tiene su epicentro en Europa, se hace necesario desarrollar con más fuerza la presión disolvente sobre la propia CRCI.

Sin embargo, también tienen su expresión en Argentina. ¿Quiénes son los fanáticos de Syriza en Argentina? El MST y el PCR, ambos parte de Proyecto Sur y de la burocracia sindical de Pablo Micheli. El MST, que está buscando incorporarse al SU de forma desesperada, viajó a Grecia para saludar la elección de Tsipras. El PCR es la organización hermana del KOE, el partido mao-stalinista griego que se bajó del planteo de la ruptura con la UE y el euro para permanecer disuelto dentro de Syriza (http://www.pcr.org.ar/nota/pol%C3%ADtica-internacional/por-otra-grecia-en-otra-europa). No por nada, Bodart y el MST comenzaron a coquetear con el propio Frente de Izquierda en Argentina: “Eso sí, queremos una herramienta grande y poderosa, pero para provocar cambios de fondo, por eso es importante ponernos de acuerdo en el programa. Tampoco se trata de juntar por juntar, eso no sirve. Es juntar alrededor de una estrategia común. Muchos compañeros que hoy están en otras organizaciones piensan parecido, al interior de la CTA y del Frente de Izquierda. Y tenemos que llamarlos a que rompan unos con el sectarismo y otros que sean vanguardia en plantear este debate.” (Discurso de Alejandro Bodart, Alternativa Socialista del MST, 21/6/2012). Tan clara tiene esta situación el MST que, un mes después de que Altamira tituló un artículo sobre las elecciones de Francia caracterizándolas como “el ascenso de la izquierda”, ellos mismos titularon un artículo sobre Grecia de la siguiente forma: “El ascenso de la izquierda conmueve a Europa” (Alternativa Socialista, 23/5/2012).

Esto último es muy importante porque el viraje histórico que está procesando la dirección del PO lo lleva a sepultar el factor positivo del Frente de Izquierda que es que constituyó un agrupamiento político que no se subordinó a las distintas variantes patronales a nivel nacional, y sobre todo a la CRCI que constituye una conquista de la clase obrera mundial.  Toda esta política disolvente está precedida por un planteo de conjunto que Altamira ya ha expresado públicamente, y que pasamos a citar a riesgo de ser extensos, entendiendo que este es el debate que tiene que desarrollar la CRCI y el PO para impedir que el viraje de Altamira los lleve a la bancarrota. Las siguientes son las afirmaciones de Altamira en una charla de presentación del libro “El ascenso de la izquierda”:

A 60 AÑOS DE LA RUPTURA DE LA IV INTERNACIONAL, ALTAMIRA RENIEGA DE LA LUCHA PRINCIPISTA CONTRA EL PABLISMO Y LLAMA A LA UNIDAD DE TODOS LOS TROTSKISTAS

Las siguientes son las afirmaciones de Altamira en una charla de presentación del libro “El ascenso de la izquierda”: “El retroceso de la izquierda mundial es de terror, y ese retroceso ha provocado una atomización, que son las aguas estancadas del sectarismo. Gran parte de la militancia milita en función de los intereses de su propia organización, y está bien, pero el problema es que las organizaciones no tienen una visión histórica del proceso, sino que simplemente ellas también trabajan para su organización. Una divergencia es un chiste, pone a dos trotskistas enfrentados, eso es insostenible. ¿A qué se debe? A un retroceso, una atomización, un fracaso, a que el terreno fue copado por el enemigo. Desde el comienzo de esta crisis mundial, que para el Partido Obrero arranca en su dimensión actual desde mediados del '90, nosotros dijimos: cambiaron las cartas. Se terminan objetivamente las condiciones que nos han llevado a tanto retroceso a nivel mundial y tenemos que dar una respuesta. Tenemos que plantear la política de la izquierda frente a dos respuestas: qué planteamos frente a la restauración capitalista en tantos países, que ahora está ocurriendo en Cuba, y qué planteamos frente a la crisis mundial. Tenemos que rediscutir. Y lanzamos internacionalmente esta propuesta, de abrir el debate por la actualización del programa. Cuando hicimos el debate sobre la actualización del programa, en un momento determinado nos dijimos a nosotros mismos: dejemos de pedir el debate sobre la necesidad de actualizar el programa, escribamos el programa, para que entonces tengan que discutir y ver lo que estamos proponiendo. Y aprobamos y discutimos internacionalmente un programa. Ese programa tiene que ser reformulado fundamentalmente en la redacción, tiene que tener una ética (se corta el audio) problemas, entenderlos y resolverlos, entonces es medio largo, minucioso, en algunos casos detallista, la clase obrera necesita una cosa breve, concisa y de conjunto. Cuando hablo de reformulación no es volver a escribir otro programa sobre este sino darle a este toda la presentación que necesita como instrumento político de los trabajadores. Hacer esto significa romper con 50 años de atomización. Eso es muy duro. Entonces los compañeros dicen no lo vamos a conseguir, y son realistas porque comprenden la dificultad. Si la cosa hay que personalizarla, el útopico soy yo. Yo entiendo al que no está de acuerdo, yo presento mejor que nadie los argumentos de los que están en contra, pero nosotros tenemos que mostrar las posibilidades de una nueva situación histórica, que si no lo hacemos nosotros lo hará alguien después, pero sólo por esta vía se puede transitar un desarrollo (…) La IV Internacional se rompió en 1952, inauguró este proceso de regresión generalizada, hay que ponerle fin. Hay que unir a las fuerzas revolucionarias sobre la base de un programa que hay que actualizar porque hay una nueva época y nuevas características, hay que introducir un programa defendiendo lo esencial del primer programa y de todos los demás. Y entonces vamos a la refundación de una nueva internacional de los trabajadores, para que la lucha de los trabajadores sea mundial, y no parcializada, atomizada, por país" (Presentación del libro "El ascenso de la izquierda", charla de Jorge Altamira en Neuquén, publicada el 21/3/2012 en www.po.org.ar).

Este punto es vital, porque hace al balance histórico del desarrollo de la IV Internacional durante los últimos 60 años. Ahora, rompiendo con toda la tradición del propio PO y la CRCI, Altamira responsabiliza al “sectarismo” de la atomización y el retroceso de la izquierda trotskista. Altamira, de esta forma, encubre que el principal responsable de ese retroceso es la corriente histórica del mandelismo, que atomizó a la IV Internacional en el apoyo a los distintos partidos comunistas y corrientes nacionalistas burguesas en los distintos países a nivel internacional. La atomización de la IV se debe a que su dirección política le impuso un viraje haciéndole perder el eje en la necesidad de organizar a la clase obrera como clase mundial y trasladándolo a la subordinación política frente a las distintas variantes de la burocracia restauracionista y los nacionalistas burgueses y pequeñoburgueses. No es casual, en función de esto, que Altamira ahora empalme con la dirección del Secretariado Unificado mandelista al votar a Syriza. Si el problema es el “sectarismo” y no el mandelismo, entonces Altamira debería afirmar que la propia CRCI y todos sus componentes son responsables del retroceso de la izquierda porque se han construido batallando contra las corrientes revisionistas que militan en las filas del trotskismo. Con este balance, Altamira anticipa con claridad su ofensiva disolvente contra la CRCI detrás de la izquierda “unitaria” y “amplia” que se “opone a la atomización”.

Para eso, Altamira intentó montar una conferencia europea con los partidos del FIT: "“En este pic-nic, los compañeros en la mesa redonda en la que se encontraban Ramal, el compañero José Castillo, de Izquierda Socialista,  y Christian Castillo, del PTS, hicieron un debate muy profundo sobre esta enorme crisis europea y en las intervenciones surgió una propuesta: es necesario luchar en defensa de la clase trabajadora mundial por la quiebra de la Unión Europea imperialista, por la ruptura de ese bloque de opresión de los griegos, de los irlandeses, de los portugueses, incluso de los españoles, ese instrumento de la banca internacional, y como cada una de nuestras organizaciones tiene vinculaciones internacionales, en la mesa se propuso que organicemos, llamemos, convoquemos para abril una conferencia internacional de la vanguardia obrera, de los luchadores en Europa, para plantear la ruptura de la Unión Europea y la construcción de los Estados Unidos Socialistas de Europa, incluida Rusia. Avanzar en la homogeinización, discutir para sacar las conclusiones verificadas en la práctica, corregidas de acuerdo con la experiencia, avanzar: éste es el método de los que creemos que la crisis mundial del capitalismo debe parir la revolución socialista internacional” (Discurso de Jorge Altamira en el pic-nic del PO de 2011, PO Nº 1206). Como esto también naufragó, Altamira decidió pegar un nuevo bandazo a derecha.

Para desarrollar este bandazo, Altamira ha recurrido a la tesis de que la corriente histórica del Partido de la Izquierda Europea constituye un ascenso de la izquierda y las masas, que incluso plantea la perspectiva de “gobierno de izquierda”, y que por lo tanto los revolucionarios se tienen que colocar en este campo para desde allí impulsar a fondo el ascenso de la “izquierda” a nivel mundial.

EL “GOBIERNO DE TODA LA IZQUIERDA” SEGÚN SYRIZA:
¿UN FRENTE POPULAR, UN GOBIERNO OBRERO
O LA DICTADURA DEL PROLETARIADO?

Otro aspecto estratégico que plantea el resultado de las elecciones griegas es qué posibilidades prácticas hubiese abierto un gobierno de Syriza y los desafíos teóricos y políticos que esto implicaría para la izquierda revolucionaria y los trabajadores griegos. En primera instancia, debido a los mecanismos parlamentarios, el “gobierno de toda la izquierda” debería haber reunificado a Syriza, el KKE y la Izquierda Democrática. Surge por lo tanto la pregunta: ¿Cómo caracterizar la naturaleza social y política de ese tipo de gobierno? ¿Qué actitud tomar ante un hipotético gobierno que se reivindica “de izquierda” y “contra el ajuste” pero también es pro-euro y pro-Unión Europea? ¿Cómo definirlo y cuál es debería ser la táctica frente al mismo?

A riesgo de ser demasiado sumarios, podríamos definir a los gobiernos donde participan, hegemonizan o monopolizan los partidos obreros dentro de los tres tipos señalados anteriormente: frente popular, gobierno obrero, o dictadura del proletariado. La diferencia categórica que podríamos establecer entre los mismos son que el frente popular se caracteriza por paralizar la lucha obrera por sus reclamos y el poder obrero en defensa del aparato del Estado capitalista mientras que, por el contrario, la dictadura del proletariado se trata del propio poder obrero que, para llevar adelante la realización material de su programa de reivindicaciones transitorias, se ve en la necesidad de aplastar la maquinaria capitalista y establece su propia dictadura transitoria a través de la organización de los obreros en armas, los soviets, con el partido obrero a la cabeza.

Como se ve, el núcleo del problema pasa por la lucha por el poder obrero y qué actitud se toma ante el aparato represivo de la clase capitalista. Esto no es un dato menor sino que es cualitativamente distinta una corriente que está dispuesta a llevar la lucha popular hasta las últimas consecuencias de aplastar el instrumento de opresión clasista por medio del armamento popular y aquellos que quieren encausar la lucha en los marcos del Estado capitalista, sea en una democracia o una dictadura militar. La contrarrevolución democrática del frente popular se basa justamente en eso.

Para los marxistas no es indistinto la naturaleza del régimen político sino que entendemos que entre un régimen y otro median las libertades democráticas conquistadas por la clase obrera en su lucha contra el Estado. Conquistas que no son para nada “democratizantes” sino que, por el contrario, constituyen valiosísimos puntos de apoyo para desarrollar los elementos de democracia obrera que ya existen (prensa obrera, sindicatos, partidos obreros, etc…) y fueron conquistados por medio de la lucha subversiva de los trabajadores contra el Estado y la propia democracia burguesa. En este sentido, el rasgo característico del planteo democratizante de un frente popular es que “en defensa de la democracia” decide sacrificar la propia democracia y reventar la lucha obrera para evitar la destrucción del aparato represivo. No se trata de un gobierno de los partidos burgueses, sino de un co-gobierno de los partidos obreros con los partidos burgueses o de los partidos obreros con “la sombra de la burguesía” para la gestión izquierdista del Estado contra la lucha obrera y en defensa del capital. Se trata de un gobierno burgués de los partidos obreros. Por eso Trotsky lo denominó “el último recurso del imperialismo contra la revolución” y finalmente el resultado del frente popular es el surgimiento del fascismo o el golpe militar. Incapaz de respaldarse en otra cosa que el aparato represivo del Estado, cuando las masas superan al frente popular la burguesía apela al aplastamiento físico de las organizaciones populares por medio de métodos de guerra civil.

Por eso, en oposición a cualquier tesis reformista sobre el cambio en la naturaleza de clase del estado a partir de un gobierno u otro, nosotros como marxistas planteamos que el único tránsito posible de la democracia burguesa hacia la democracia obrera es la destrucción violenta del aparato represivo del Estado y la instauración de la dictadura del proletariado. Por eso, la única forma real y completa de gobierno obrero pasa por la destrucción del Estado, la expropiación de la clase capitalista y la organización armada de la clase obrera.

LAS TESIS DEL GOBIERNO OBRERO SEGÚN EL IV CONGRESO DE LA III INTERNACIONAL (1922)

Una vez que partimos de distinguir el blanco del negro corresponde precisar los grises. En esa gama heterogénea de tácticas y formas transitorias de poder se encuentra lo que la III Internacional denominó “gobiernos obreros”. Utilizada popularmente como sinónimo de la dictadura del proletariado, el término tiene su propia historia y hace referencia a una consigna transicional para luchar por la puesta en pie del frente único obrero, los soviets y el gobierno del Estado burgués por parte de las organizaciones obreras contra la burguesía como preludio inevitable de la guerra civil. El presidente de la Internacional Comunista, Gregory Zinoviev, así como las fuerzas de ultra-izquierda de Alemania (lideradas por Ruth Fischer), Italia (lideradas por Amadeo Bordiga) y otros países, sostenía el término “gobierno de los trabajadores” solamente en referencia a un régimen del tipo del establecido por la revolución Rusa de Octubre de 1917, es decir, una dictadura del proletariado apoyada en consejos revolucionarios de obreros. Este fue el abordaje que tuvo la cuestión en los primeros dos borradores de las resoluciones del IV Congreso. Sin embargo, los delegados de la mayoría del partido alemán convencieron al congreso de abandonar esta perspectiva a medio camino a través de sus actuaciones, por lo que no aparece en el tercer borrador.

Concretamente, su origen está vinculado a una huelga general insurrecional de los trabajadores alemanes contra el golpe derechista de marzo de 1920. En ese momento el dirigente de los sindicatos socialdemócratas, Carl Legien, propuso resolver la crisis a través de la creación de un gobierno de los sindicatos y los partidos obreros. Ante esto, el Partido Comunista de Alemania le respondió que apoyarían tal gobierno si tomaba medidas efectivas para desarmar a la contrarrevolución y defendía al pueblo trabajador. Esta propuesta, que provocó gran controversia en el movimiento revolucionario mundial, finalmente fue apoyada por la Internacional Comunista en Diciembre de 1921 – a pocos meses de realizarse el IV Congreso de la III IC (1922).

Por eso las resoluciones sobre el gobierno obrero planteaban: “El programa más elemental de un gobierno obrero debe consistir en armar al proletariado, en desarmar a las organizaciones burguesas contrarrevolucionarias, en instaurar el control obrero de la producción, en hacer recaer sobre los ricos el mayor peso de los impuestos y en destruir la resistencia de la burguesía contrarrevolucionaria. Un gobierno de ese tipo sólo es posible si surge de la lucha de masas, si se apoya en organismos obreros aptos para el combate y creados por los más vastos sectores de las masas obreras oprimidas. Un gobierno obrero surgido de una combinación parlamentaria también puede proporcionar la ocasión de contribuir a avivar el movimiento obrero revolucionario. Pero es evidente que el surgimiento de un gobierno verdaderamente obrero y la existencia de un gobierno que realice una política revolucionaria debe conducir a la lucha más encarnizada y, eventualmente, a la guerra civil contra la burguesía. La sola tentativa del proletariado de formar un gobierno obrero se enfrentará desde un comienzo con la resistencia más violenta de la burguesía. Por lo tanto, la consigna del gobierno obrero es susceptible de concentrar y desencadenar luchas revolucionarias. En ciertas circunstancias, los comunistas deben declararse dispuestos a formar un gobierno con partidos y organizaciones obreras no comunistas. Pero sólo pueden hacerlo si cuentan con las suficientes garantías de que esos gobiernos obreros llevarán a cabo realmente la lucha contra la burguesía en el sentido indicado hace un momento”.

Y a su vez el congreso de la Internacional Comunista, en una muestra de realismo revolucionario, hasta se encargó de enumerar empíricamente los distintos “tipos de gobiernos obreros” que su propia experiencia militante les había presentado:

“La Internacional Comunista debe considerar las siguientes posibilidades:

I-  Gobiernos obreros ilusorios
1. Un gobierno de los trabajadores liberal, como existió en Australia y puede que exista en Inglaterra en el futuro previsible
2. Un gobierno de los trabajadores socialdemócrata (Alemania)

II- Gobiernos de los trabajadores genuinos
3. Gobiernos de los trabajadores y de los campesinos más pobres. Como una posibilidad existe en los   Balcanes, Checoslovaquia, etc.
4. Un gobierno de los trabajadores con participación comunista.

5. Un Gobierno de los trabajadores genuinamente proletario, que, en su forma pura, puede ser encarnado sólo en el Partido Comunista” (ibídem).

EL GOBIERNO OBRERO “ILUSORIO” Y EL DESARROLLO POLÍTICO DE LA EXPERIENCIA DE LAS MASAS

Como se puede ver, la III Internacional dividía en dos grupos los gobiernos obreros: los genuinos y los ilusorios. La diferencia entre ellos radicaba en si se basaban en un método de lucha de clases y, en esa medida, si tenían participación comunista o si, por el contrario, eran liberales o socialdemócratas.

Este último concepto, adelantado fundamentalmente por Zinoviev, se refería a gobiernos basados en el parlamento y formados por partidos obreros pero llevando adelante una agenda básicamente capitalista. Zinoviev predijo que semejante “gobierno obrero liberal” sería probablemente formado por el Partido Laborista en Gran Bretaña. (El Partido Laborista fue efectivamente electo para ocupar cargos en 1924). Semejante régimen, Zinoviev dijo al Congreso, “podría ser un punto de apoyo para revolucionar el país”, podría tomar varios pasos “objetivamente dirigidos contra el Estado burgués”, y “puede terminar en las manos de la izquierda”.

A su vez se ha utilizado como consigna transitoria. Este concepto, defendido por Karl Radek, líder de la mayoría del Partido Comunista Alemán y de la Komintern, veía la demanda “gobierno de los trabajadores” como un componente de un programa de transición, esto es, una serie de demandas que “socavan el poder de la burguesía, organizan al proletariado, y marcan las etapas en la lucha por su dictadura” (Resolución del III Congreso “Sobre la táctica”, Komintern 1921, pp. 475-6). Semejante gobierno, mientras que posiblemente se constituiría por medios parlamentarios, se apoyaría en el movimiento de las masas trabajadoras y tomaría medidas para desmantelar el Estado burgués. Este concepto transicional es presentado en el tercer borrador de la resolución del IV Congreso.

Por lo tanto, la diferencia entre los gobiernos obreros genuinos e ilusorios es capital. La diferencia radica en que los primeros toman medidas efectivas contra los capitalistas mientras que los segundos gobiernan directamente para la clase capitalista. Por eso los segundos buscan conscientemente no concentrar en sus manos la totalidad del poder político sino que son propensos a una coalición con la burguesía y limitarse a tomar para sí una serie de ministerios. La lucha política en relación a estos gobiernos tiene que incorporar el hecho de que no son partidos burgueses quienes están en el gobierno sino los partidos que los obreros consideran como propios. Es decir, la táctica debe dar cuenta de esta situación particular y por lo tanto la ruptura con la burguesía debe ser planteada en los términos de una mayor autonomía para la fracción obrera y la realización inmediata de los reclamos populares. Con esta táctica se golpea el carácter frentepopulista de la coalición gubernamental y se precipita la crisis política descargando toda la expectativa popular sobre el partido obrero en cuestión.

De esta forma, las tesis del gobierno obrero concluyen planteando: “Los comunistas estamos listos para marchar con los trabajadores que aún no han reconocido la necesidad de una dictadura del proletariado.

“Los comunistas estamos también listos, bajo ciertas condiciones y con ciertas garantías a apoyar un gobierno de los trabajadores que no sea puramente comunista, de hecho, incluso un gobierno obrero ilusorio- solo en la medida, claro, de que defienda los intereses de los trabajadores. Sin embargo, los comunistas plantean claramente a la clase obrera que sin una lucha revolucionaria contra la burguesía, un verdadero gobierno de los trabajadores nunca podrá ser logrado ni mantenido. El único tipo de gobierno que puede ser considerado genuinamente como tal es el cual está determinado a llevar adelante una lucha resuelta para lograr, como mínimo, las demandas inmediatas más importantes de los trabajadores contra burguesía. Ese es el único tipo de gobierno obrero en el cual los comunistas pueden participar.

“Los primeros dos tipos, los gobiernos obreros ilusorios (liberal y socialdemócrata), no son gobiernos revolucionarios pero pueden, bajo determinadas circunstancias, acelerar la descomposición del poder burgués. Los siguientes dos tipos de gobiernos obreros (gobierno obrero y campesino; gobierno comunista-socialdemócrata) no significan todavía la dictadura del proletariado y ni siquiera son una etapa transicional históricamente inevitable hacia esa dictadura. Más bien, dondequiera que se formen, son un importante punto de inicio para una lucha por esta dictadura. Sólo el genuino gobierno obrero compuesto por comunistas (#5), representa la dictadura del proletariado plenamente conquistada”.

LOS GOBIERNOS DE LOS PARTIDOS OBREROS Y LA EXPERIENCIA HISTÓRICA CONCRETA

Luego de la revolución alemana, tal vez la revolución española sea una de las grandes experiencias históricas donde se aplica esta táctica comunista.

Por ejemplo, en el texto "Por la ruptura de la coalición con la burguesía. ¡Abajo Zamora y Maura!" de 1931, Trotsky planteaba que: “La participación de los comunistas en estas luchas, y sobre todo su participación en la dirección de estas luchas, exigen de ellos, no solamente una comprensión clara del desarrollo de la revolución en su conjunto, sino también capacidad para dar consignas particulares ardorosas y de combate que no se desprendan directamente del programa, sino que estén inspiradas en las contingencias de la lucha diaria e impulsen las masas hacia adelante.

“Todo el mundo sabe qué enorme papel desempeñó en 1917, durante la coalición rusa de los socialistas conciliadores y de los liberales, la consigna bolchevique: «¡Abajo los diez ministros capitalistas!». Las masas tenían todavía confianza en los socialistas conciliadores; pero las masas, aun las más confiadas, sienten siempre una instintiva desconfianza hacia los burgueses, los explotadores, los capitalistas. En esto se basó la táctica bolchevique durante un período determinado.

“No decíamos: «¡abajo los ministros socialistas!», ni siquiera «¡abajo el gobierno provisional!». Incansablemente remachábamos el mismo clavo: «¡Abajo los diez ministros capitalistas!». Tal consigna desempeñó un papel importantísimo, ya que permitió a las masas convencerse que los socialistas conciliadores tiraban mucho más hacia los ministros capitalistas que hacia las masas obreras. Consignas de este género corresponden a más no poder con el estado actual de la revolución española. La vanguardia proletaria está completamente interesada en empujar a los socialistas españoles para que tomen el poder en sus manos. Por esta razón es necesario romper la coalición.

“La tarea actual consiste en luchar para excluir a los ministros burgueses de la coalición. No es posible otra solución si no surgen acontecimientos políticos importantes, bajo la presión de nuevos movimientos de masas, etc... Las elecciones a las Cortes revelarán, a mi juicio, una extraordinaria debilidad de los republicanos de derecha, género Zamora-Maura. Estas elecciones darán una ventaja preponderante a los conciliadores pequeño burgueses de los distintos matices: radicales, radicales socialistas y «socialistas». A pesar de esto, se puede predecir con certidumbre que los socialistas y los radicales-socialistas ayudarán con todas sus fuerzas a sus aliados de derecha.

“La consigna «¡abajo Maura-[Alcalá]Zamora!» es de una oportunidad completa. Sin embargo, es necesario comprender lo siguiente: los comunistas no llevan a cabo una agitación por el ministerio Lerroux, ni asumen la más mínima responsabilidad por un ministerio socialista; pero en cada momento dado encauzan sus ataques contra el enemigo de clase más determinado y consecuente, y con ello debilitan a los conciliadores y despejan el terreno al proletariado.

“Los comunistas dicen a los obreros socialistas: «Si tenéis confianza en vuestros jefes socialistas, obligadles a tomar el poder. Nosotros os ayudaremos parcialmente, aunque no tenemos la menor confianza en ellos. Y cuando estén en el poder, les someteremos a la prueba y veremos quién tiene razón: nosotros o vosotros.»

“Esta idea ha sido apuntada anteriormente, al hablar de la composición de las Cortes. Pero otros acontecimientos, como, por ejemplo, las represalias contra las masas, pueden dar una agudeza excepcional a la consigna: «¡Abajo Maura-[Alcalá]Zamora!». La victoria en este dominio, es decir, la dimisión de Maura-[Alcalá]Zamora, podría tener, en esta etapa, casi la misma significación, para el desarrollo ulterior de la revolución, que la dimisión de Alfonso en abril. Para dar tales consignas hay que conducirse no con arreglo a abstracciones doctrinales, sino según el estado de conciencia de las masas, según la reacción que inspire a las masas cada éxito parcial.”

“El oponer pura y simplemente la consigna «dictadura del proletariado» o «gobierno obrero y campesino» en el régimen actual, es de todo punto insuficiente, porque tales consignas no llegan al corazón de las masas. A propósito de lo que queda dicho, surge de nuevo la cuestión del «socialfascismo». Esta estúpida invención de la burocracia, terriblemente «izquierdista», es hoy en España el mayor obstáculo en el desarrollo de la revolución.

“Todo esto era más que motivo suficiente para calificarlos de «socialfascistas». Pero entonces, en 1917, esta palabreja no había sido puesta en circulación, lo que no impidió, como se sabe, la toma del poder por los bolcheviques. A pesar de las terribles persecuciones contra los bolcheviques en julio-agosto, los bolcheviques participaron con los «socialfascistas» en las organizaciones de lucha contra Kornilov. A principios de septiembre, Lenin propuso a los «socialfascistas», desde su escondite ilegal, el compromiso siguiente: «Romped con la burguesía, tomad el poder y nosotros, los bolcheviques, lucharemos en el seno de los soviets por el poder con procedimientos normales (pacíficos).» (…)

“La naturaleza de la democracia pequeño burguesa consiste precisamente en su carácter oscilante entre el comunismo y el fascismo. Durante la revolución, estas oscilaciones son particularmente acentuadas. Considerar a los socialistas españoles como una especie de fascismo significa renunciar a utilizar sus oscilaciones inevitables a izquierda; significa obstruirse a sí mismo el camino hacia los obreros socialistas y sindicalistas. (…) La labor fundamental de los comunistas a este respecto debe ser la misma que hacia los socialistas: oponer la base a la dirección.



Y, en esta misma línea de romper la coalición gubenamental para que haya un gobierno social-demócrata sin burgueses, en este texto de Trotsky se da una combinación poco común de todos estos conceptos.

“Todo depende de cómo se defina el -kerenskismo- como el último gobierno burgués, tras el que la burguesía debe perecer, o como el último gobierno de izquierda, lo más a la izquierda que puede poner en defensa del régimen, y que puede salvarla – puede no perecer del todo- o dejar paso a un gobierno fascista. Todo depende de la relación de fuerzas y ante todo de la existencia de un partido revolucionario sólido, que no existe en España.



“En España hay un gobierno de coalición liberal-socialista. En mi texto se dice que es el último o el penúltimo ‘gobierno de la izquierda’, es decir, que abre una la posibilidad de un gobierno más a la izquierda, ‘socialista’, que no tiene por qué marcar infaliblemente el fin de la burguesía. Recordemos que en Alemania el gobierno socialdemócrata ‘soviético’ -esto es lo más a la izquierda que puede existir- salvó a la burguesía.



*(Nota al pie de página): Nin había escrito a Trotsky el 7 de diciembre de 1931, afirmando: “Dice usted que el régimen actual de España puede compararse con el ‘kerenskismo’. No me parece adecuado. El ‘kerenskismo’ era la última carta de la burguesía, y anunciaba Octubre. Azaña prepara el camino a Lerroux, es decir, a Miliukov, a la gran burguesía” (“Los Errores de la Oposición Española”, Carta de Trotsky a Nin, 16 de diciembre de 1931).

Integrando la experiencia Alemana y Española, Trotsky plantea que ante el gobierno de coalición socialista-liberal que surgió en la Segunda República Española el 14 de abril de 1931 tras la caída de la dictadura de Primo de Rivera, los trabajadores tenían que conquistar primero un gobierno obrero sin burgueses, segundo un gobierno que se subordinase al frente único obrero y los soviets y, sobre la base de contrastar las expectativas populares con el gobierno, avanzar en el desarrollo de los organismos de doble poder para asegurar su proyección como poder estadual, para que se constituya como una alternativa basada en los órganos de frente único de los partidos obreros y los obreros sin partido. Se trata, por lo tanto, de la necesaria unidad de la clase obrera para plantear la cuestión del poder. Sólo así se puede plantear de manera marxista la lucha por la dictadura del proletariado. Por lo tanto nos preguntamos, ¿tiene algo que ver Syriza con todo esto? ¿Cómo podría pensarse entonces que va a ser un gobierno obrero?

¿SYRIZA ES UN LABOR PARTY?

Por otra parte, si bien un partido es una totalidad histórica concreta, el primer rasgo distintivo y predominante para definir su carácter pasa por su programa. Como dijera el propio Lenin sobre el Labor Party: “antes que nada, quisiera señalar una pequeña inexactitud cometida por el camarada McLaine con lo que es imposible estar de acuerdo. El califica al Partido Laborista de organización política del movimiento tradeunionista. Después ha repetido lo mismo una vez más: el Partido Laborista ‘es la expresión política del movimiento sindical’ (…) Eso no es exacto y suscita en parte la oposición, en cierto grado completamente justa, de los obreros revolucionarios ingleses. En efecto, los conceptos ‘organización política del movimiento tradeunionista’ o ‘expresión política’ de este movimiento es equivocado. Cierto que el Partido Laborista está compuesto de obreros, en su mayor parte. Ahora bien, el que un partido sea o no verdaderamente un partido político obrero no depende sólo de que esté integrado por obreros, sino también de quien lo dirige y de cuál es el contenido de sus acciones y de su táctica política. Únicamente esto último es lo que determina si nos encontramos ante un verdadero partido político del proletariado. Desde este punto de vista, el único correcto, el Partido Laborista es un partido burgués hasta la médula, pues aunque está compuesto de obreros, lo dirigen reaccionarios, los peores reaccionarios, que actúan por entero en el espíritu de la burguesía; es una organización de la burguesía, que existe para engañar sistemáticamente a los obreros con ayuda de los Noske y los Scheidemann ingleses”  (Discurso acerca del ingreso en el partido laborista británico, 6 de agosto de 1920).
 
Esto no es un dato menor porque todos los oportunistas que capitulan ante Syriza se escudan sistemáticamente en el voto de Lenin por el Labor Party propuesto en su libro “El Izquierdismo, enfermedad infantil del comunismo” (abril-mayo 1920). Se olvidan que de la excepcionalidad de ese partido ya que “son miembros todos los afiliados a los sindicatos. Es una estructura muy original, que no encontramos en ningún otro país. Esta organización abarca a cuatro millones de obreros de los seis o siete millones de miembros de los sindicatos. No se les pregunta cuáles son sus convicciones políticas” (Discurso sobre el papel del Partido Comunista, 23 de julio de 1920). Se olvidan, a su vez, que también es definido por la misma persona como “un partido burgués hasta la médula”. La contradicción evidente, por lo tanto, no es de Lenin sino del propio desarrollo político del proletariado británico. Como dijera Trotsky, tanto el ultraizquierdismo como el oportunismo se basan en aislar un rasgo de la situación (por más importante que sea) y sustituir un análisis concreto de la realidad por ese sólo rasgo que de tan “concreto” termina obnubilando el resto y siendo abstracto.
 
Preguntamos, por lo tanto, a todos aquellos partidos de izquierda que comparan a Syriza con el Labor Party: si lo votan siguiendo el consejo de Lenin, ¿por qué no son consecuentes y también lo integran? En el caso de Woods y Taäffe eso no representa ningún problema dado que, de hecho, ya lo hacen. Sin embargo, cuando le hacemos la pregunta a la CRCI la contradicción es evidente. El voto por Syriza, por lo tanto, no es gratuito sino que implica un compromiso político y “abre un camino” que los militantes más lúcidos tienen que reconocer. Votar a Syriza abre el camino de la disolución de la CRCI en el eurocomunismo.
 
Tan duro era Lenin con su “táctica derechista” (como el mismo la consideraba) que incluso planteaba que “que me demuestre el camarada Serrati que se nos impide utilizar allí el derecho de crítica. Cuando lo demostréis, sólo entonces demostraréis que el camarada McLaine se equivoca. El Partido Socialista Británico puede decir con toda libertad que Henderson es un traidor y, sin embargo, sigue dentro del Partido Laborista. También aquí se hace efectiva la colaboración de la vanguardia de la clase obrera con los obreros atrasados, con la retaguardia. Esta colaboración reviste una importancia tan grande para todo el movimiento, que insistimos categóricamente en que los comunistas ingleses sean el eslabón de enlace entre el partido, es decir, entre la minoría de la clase obrera, y toda la masa restante de los obreros. Si la minoría no sabe dirigir a las masas y vincularse estrechamente con ellas, no es un partido y, en general, no tiene ningún valor, aunque se denomine partido o Comité Nacional de consejos de delegados de fábrica; por lo que yo conozco los consejos de delegados de fábrica en Inglaterra tienen su Comité Nacional, su dirección central, y esto ya es un paso para la constitución de un partido. Por consiguiente, si no se desmiente que el Partido Laborista Inglés está compuesto de proletarios, esto es una colaboración de la vanguardia de la clase obrera con los obreros atrasados y si esta colaboración no se hace efectiva de modo sistemático, entonces el Partido Comunista no ofrece ningún valor, y entonces no se puede hablar de dictadura del proletariado. Y si nuestros camaradas italianos carecen de argumentos más convincentes, tendremos que decidir aquí más tarde y de modo definitivo la cuestión sobre la base de lo que sabemos, y llegaremos a la conclusión de que la adhesión al Partido Laborista es una táctica atinada” (ibídem).
 
Sin estructurar a la mayoría de la clase obrera en un partido obrero independiente no se puede hablar ni de partido comunista ni de dictadura del proletariado, plantea Lenin. Si tenemos un partido de cuatro millones de obreros tenemos que buscar los medios políticos y organizativos para orientar a esa vanguardia. Desconocer la existencia de esa vanguardia obrera debido a que milita en un “partido burgués hasta la médula” es un error fatal porque no coloca al partido revolucionario como un instrumento para orientar y estructurar a la vanguardia sino que simplemente se reduce a un autoaislamiento sectario funcional a la burocracia que dirige el partido laborista. Ese es el pensamiento Lenin.
 
¿Es entonces un paso históricamente necesario la construcción de un Labor Party para construir un Partido Comunista? No, es solamente uno de los posibles pasos. Por ejemplo, en la inmensa mayoría de los casos se dio la situación inversa: fue la socialdemocracia la que construyó los sindicatos y fue del ala izquierda de la socialdemocracia que surgieron los partidos comunistas. Como plantea Trotsky, “hoy, los sindicatos y las organizaciones obreras en Rusia están bajo la influencia del Partido Comunista que, lejos de haber tenido su origen en los sindicatos, los creó y entrenó. ¿Afirmará el camarada Louzon que Rusia evolucionó de forma contradictoria con el marxismo? (…) Todo el resto de los países de Europa, incluida Francia, se coloca entre Gran Bretaña y Rusia en esta cuestión. En algunos países los sindicatos son más antiguos que los partidos, en otros ha sido lo contrario; pero en ningún lugar, a excepción de Gran Bretaña, y parcialmente Bélgica, tiene un partido del proletariado emergido de los sindicatos. En cualquier caso, ningún partido comunista ha surgido de los sindicatos. ¿Estuvo mal acaso fundar la Internacional Socialista? (…) Pero el camarada Louzon quizás recuerde que también fue Marx quién fundó la I Internacional, cuyo objetivo era guiar al movimiento obrero en todos los países, en todos los aspectos y hacerlo de manera fructífera. Esto fue en 1864, y la Internacional creada por Marx era un partido. Marx se negó a esperar que el partido internacional de la clase obrera se forme solo desde los sindicatos. Él hizo su mayor esfuerzo para fortalecer la influencia del socialismo científico en los sindicatos – como quedó establecido por primera vez en el Manifiesto Comunista. Cuando Marx le demandaba completa independencia a las organizaciones sindicales de los partidos de la burguesía y de la pequeño burguesía, lo hacía en función de facilitar que el socialismo científico gane influencia en los sindicatos. Marx nunca vio en el partido del socialismo científico un partido político tradicional, democrático y parlamentarista. Para Marx, la Internacional era la conciencia de la clase obrera, representada a su vez por una verdadera y pequeña vanguardia”.  
 
VOTAR A SYRIZA ES VOTAR CONTRA EL EEK Y LA CRCI
 
Le preguntamos a Altamira por lo tanto: ¿es el EEK y su programa una excusa para aislar a la minoritaria vanguardia revolucionaria de los decenas de miles de obreros que apoyan a Syriza? En pocas palabras: ¿las elecciones demuestran que fue prematuro e inútil la fundación del EEK y que, por lo tanto, sólo le resta “disolverse en las organizaciones de masas” como Syriza? ¿1.655.053 votos justifican la destrucción del EEK y la CRCI?
 
La pregunta que se tienen que hacer los militantes de la CRCI es si con la votación de las últimas elecciones Syriza cumplió el rol históricamente progresivo de acabar con la dispersión de los trabajadores y puso en pie el partido de la clase obrera griega conquistando el monopolio de su representación política. ¿Es así o no? En caso contrario, esa tarea sigue pendiente y el EEK constituye el destacamento de vanguardia en la lucha por ponerlo en pie.

Tengamos la precisión también de aclarar que un partido obrero no es necesariamente un partido trotskista, comunista o siquiera revolucionario. Nos referimos, en el sentido de Lenin con el Labor Party, a un partido de una fracción mayoritaria y representativa de la clase obrera cuyo programa y orientación política evolucionan hacia izquierda sin ser todavía un partido revolucionario. Es una tarea que involucra a todas las fracciones del movimiento obrero y que todas aspiran a reclamar para sí la plena representación política de su clase. En este sentido, la pregunta concreta es si Altamira considera que Syriza se ha constituido en el partido del proletariado griego y que, por lo tanto, la existencia independiente del EEK se ha tornado dañina para el desarrollo político tanto de la amplia mayoría de los trabajadores como de los propios militantes del EEK que pretenden “decretar la independencia de clase” mientras la clase obrera está construyendo su propio partido con otro programa y otros dirigentes, pero su propio partido al fin y al cabo.

¿Cómo se mide entonces el desarrollo de la conciencia política de los trabajadores griegos? ¿Por los votos y los militantes del EEK o por los votos y los militantes de Syriza?

DESARROLLAR LA “CONCIENCIA DE LAS MASAS” ES DEFENDER UN PROGRAMA, CONSTRUIR UNA DIRECCIÓN, RECLUTAR, GANAR POSICIONES EN LOS ORGANISMOS DE MASAS, GANAR ALIADOS, IMPONER EL FRENTE ÚNICO OBRERO EN NUESTROS TÉRMINOS Y AMPLIAR EL RADIO HISTÓRICO DE INTERVENCIÓN POLÍTICA DEL PARTIDO REVOLUCIONARIO

En este punto, es importante señalar que la expresión más importante del desenvolvimiento revolucionario de la conciencia de la clase obrera es, justamente, el desarrollo de su propio partido político. Trotsky mismo lo señala cuando plantea que “La cuestión de estrategia y táctica revolucionaria no tienen sentido más que a condición de que existe el “factor subjetivo”, es decir, una organización revolucionaria, incluso si al principio es poco numerosa”. (“La revolución española al día”, Cartas dirigidas al Secretariado Internacional y a los camaradas de la sección española, 18 de junio de 1931). En Grecia el “factor subjetivo” existe y está corporizado en una organización revolucionaria poco numerosa llamada EEK.

Es justamente el EEK el que intervino en todo el proceso de la rebelión popular griega defendiendo un programa revolucionario (fuera los gobiernos del ajuste, por la ruptura con la UE, por un gobierno de los trabajadores), postulando una dirección alternativa frente a las distintas variantes de la burocracia sindical. De esta forma, el EEK contribuyó a desarrollar la conciencia de las masas, dado que defendió un programa político que expresa los intereses de esas masas y batalló para organizarlas detrás de ese planteo. El programa de Syriza, por el contrario, es abiertamente pro-imperialista, lo que contribuyó a reforzar el retraso político de la clase obrera. Justamente, cuando Syriza saca un 27% en las elecciones y el EEK ni se puede presentar, estamos entonces a frente a un cuadro de enorme confusión política de las masas, no de viraje a izquierda de su conciencia.

Por lo tanto, todo el problema consiste en entender que la clave pasa por construir el partido a través de la defensa del programa, para lo cual es necesario construir una dirección de las propias masas, reclutando a su vanguardia a las filas del partido, ganando posiciones en las organizaciones que agrupan a las masas, ganando aliados en la lucha obrera contra el imperialismo y el capital e imponiendo el frente único en nuestros términos. Esta es la forma de superar el aislamiento coyuntural que puede atravesar el partido de la clase obrera. Esta es la concepción del propio Trotsky: “La situación revolucionaria en la que debe actuar el partido revolucionario es, en su conjunto, enormemente favorable. Lo esencial es saber cómo se comportará el partido. Desgraciadamente, los comunistas no han interpretado su propia partitura en el concierto de los partidarios del boicot (…). En los períodos de impetuoso reflujo revolucionario, la autoridad del partido crece con rapidez, siempre que ante las situaciones nuevas el partido lance la consigna precisa, cuya justeza puede ser pronto confirmada por los acontecimientos (…) Tenemos pocas fuerzas. Pero la ventaja de una situación revolucionaria consiste precisamente en la posibilidad, aún para un grupo poco numeroso, de llegar a ser una gran fuerza en un corto espacio de tiempo, a condición de dar pronósticos justos y de lanzar a tiempo consignas apropiadas” (ibídem).

Es a través de la intervención política programática en la situación política que los revolucionarios pueden ampliar su propio radio de acción histórica. Insistimos: la conciencia de las masas expresa la correlación de fuerzas entre los partidos políticos que se disputan su dirección. Si el partido se disuelve detrás de otra formación política en aras de “desarrollar la conciencia de las masas”, en realidad lo que está haciendo es ceder frente a la presión de clases sociales ajenas al proletariado que se organizan para imponer su propio programa en las organizaciones de las masas. El factor de clarificación política es el partido, que tiene la responsabilidad, a través de su actividad de agitación, propaganda y organización, de derrotar a las distintas variantes políticas que pretenden llevar a los trabajadores detrás del carro de la burguesía, y de abrir paso a su propia intervención independiente y revolucionaria.

Por eso mismo Trotsky planteaba que “sea como sea, el partido debe ser creado. Dicho partido debe ser único y centralizado. La clase obrera no puede en ningún caso constituir su organización política de acuerdo con el principio federativo. El partido comunista, que no es el prototipo del régimen estatal futuro de España, sino la palanca de acero destinada a derrumbar el régimen existente, no puede ser organizado más que a base de los principios del centralismo democrático. La Junta proletaria será la vasta arena en que cada partido y cada grupo serán sometidos a prueba a la vista de las grandes masas. Los comunistas opondrán la divisa del frente único de los obreros a la práctica de la coalición de los socialistas y parte de los sindicalistas con la burguesía. Sólo el frente único revolucionario hará que el proletariado inspire la confianza necesaria a las masas oprimidas de la ciudad y del campo. La realización del frente único es concebible sólo bajo la bandera del comunismo. La Junta tiene necesidad de un partido dirigente. Sin una firme dirección, se convertiría en una forma vacía de organización y caería indefectiblemente bajo la dependencia de la burguesía” ("La revolución española y las tareas de los comunistas", 1931).

Es el frente único, entonces, el instrumento político del partido político del proletariado para disputar la dirección de las masas y orientarlas en un sentido revolucionario.

LA ÚNICA FORMA DE EXPLOTAR POSITIVAMENTE LAS ILUSIONES DE LAS MASAS EN LOS PARTIDOS OBREROS REFORMISTAS ES POR MEDIO DEL FRENTE ÚNICO OBRERO

“Los socialistas, los republicanos, podrían abandonar sus actuales posiciones a favor del boicot si no son golpeados constantemente desde su izquierda. En el actual estadio de la revolución, la organización comunista puede jugar el papel de un engranaje, modesto pero sólido, que obligue a girar a las ruedas dentadas de los socialistas, de los republicanos e incluso de los partidos de las Cortes Constituyentes… ¡hasta que pueda romperles los dientes!” (ibídem).

Las ilusiones políticas de las masas en los partidos reformistas no plantean necesariamente una evolución hacia la izquierda. Por el contrario, el rol de estos partidos es contener esa evolución. La posibilidad de una evolución hacia la izquierda de las masas está determinada por el desarrollo de una delimitación política consciente y organizada en partido en el marco del frente único. De lo contrario, de las ilusiones se deducen no la evolución a izquierda contra sus dirigentes sino la desmoralización de las masas. La política de exigencias a los partidos obreros reformistas para poner en pie Frente Único Obrero es la herramienta para desarrollar la evolución política de las masas hacia la izquierda golpeando al reformismo hasta “romperles los dientes”. Es a través de un frente único explícito que se puede aprovechar todo lo que tengan de progresivo las ilusiones políticas y no a través de apoyos vergonzantes y sin solución de continuidad.

En este punto, Syriza se opone a la constitución de un frente único de las organizaciones obreras y los trabajadores en general subordinando la posibilidad del desarrollo de un “gobierno de izquierda” a una formación parlamentaria. Contra esta orientación, tenemos que exigirle a Syriza la constitución de un espacio de Frente Único al mismo tiempo que desarrollamos una delimitación política al interior de este frente con un planteo de lucha contra la Troika y el ajuste, por el no pago de la deuda, por la ruptura con la UE y por un gobierno de los trabajadores.

EL FRENTE ÚNICO OBRERO SE TRANSFORMA EN SOVIET CUANDO SE PROYECTA COMO ORGANISMO DE PODER CONTRA EL APARATO DEL ESTADO CAPITALISTA

Respecto a la existencia de los soviets, es necesario despejar la idea de que son organismos de intervención para un cuadro insurreccional. En realidad, son instrumentos que permiten preparar un cuadro insurreccional. El soviet se constituye en base a la puesta en pie de un frente único obrero por las reivindicaciones de los explotados. Él cumple también la función de vertebrar y darle una fisonomía propia a todo el movimiento obrero, en toda la fase preparatoria de la revolución.  La unidad en torno a la lucha funciona como un catalizador para que los obreros organizados y los obreros sin partido propulsen el movimiento revolucionario.

Trotsky mismo lo explica de este modo: “Los epígonos han causado un daño incalculable al movimiento revolucionario en todo el mundo al afirmar en muchas mentes el prejuicio de que los soviets se crean únicamente para las necesidades del levantamiento armado y únicamente en vísperas del mismo. En realidad los soviets se constituyen cuando el movimiento revolucionario de las masas obreras, aunque se halle lejos todavía de la insurrección, engendra la necesidad de una organización amplia y prestigiosa capaz de dirigir los combates políticos y económicos que abarcan simultáneamente establecimientos y profesiones diversas. Sólo a condición de que los soviets, durante el periodo preparatorio de la revolución, penetren en el seno de la clase obrera, resultarán capaces de desempeñar un papel directivo en el momento de la lucha inmediata por el poder. Ciertamente, la palabra soviet ha adquirido ahora, después de 13 años de existencia del régimen soviético, un sentido considerablemente distinto del que tenía en 1905 o a principios de 1917, cuando los soviets surgían no como órganos del poder, sino únicamente como organizaciones combativas de la clase obrera” (“La revolución española y la táctica de los comunistas, 24 de enero de 1931”).

Contra las presiones del resto de las clases que se oponen a la formación de los soviets (aleccionados por la revolución rusa) y distorsionan ideológicamente la conciencia de la clase obrera, los revolucionarios desde los comités de fábrica y sindicatos deben batallar para desarrollar un movimiento político agrupando alas derechas e izquierdas. En este sentido, los soviets surgen cuando  los frentes únicos desde los sindicatos, comités de fábricas, asambleas populares o centros de estudiantes  logran poner en pie este agrupamiento proyectándose como organismo de doble poder contra el aparato del estado capitalista ganándose la autoridad sobre la mayoría de los explotados.

Al referirse a las Juntas, organismos de frente único, Trotsky en ese mismo texto, precisa lo siguiente: “En la situación actual del proletariado, la organización de Juntas presupone la participación en las mismas de los caudillos de la lucha huelguística, comunistas, anarcosindicalistas, social-demócratas y sin-partido. ¿Hasta qué punto se puede contar con la participación de los anarcosindicalistas y socialdemócratas en los soviets? Es imposible predecirlo desde lejos. El empuje del movimiento obligaría indudablemente a muchos sindicalistas y acaso aún a una parte de los socialistas a ir más allá de lo que quisieran si los comunistas saben plantear con la debida energía el problema de las Juntas obreras. Con la presión de las masas, las cuestiones prácticas de la organización de los soviets, de las normas de representación, del momento y los procedimientos de elección, etc., etc., pueden y deben ser objeto de acuerdo no sólo de todas las fracciones comunistas entre sí, sino también con los sindicalistas y socialistas dispuestos a ir a la creación de dichos organismos. Los comunistas, ni que decir tiene, en todas las etapas de la lucha actuarán con sus banderas desplegadas” (ibídem).

Contra todas las corrientes reformistas, el partido revolucionario es una pieza necesaria y excluyente para batallar para que el soviet no se disuelva en el frente popular o sea sometido a la parálisis en colaboración con los gobiernos de la burguesía. Contra cualquier tesis espontaneísta o democratizante no se puede sustituir al partido revolucionario, ni éste ultimo darle la espalda. El soviet y el partido revolucionario se defienden y se retroalimentan dialécticamente. Es necesario ¡el partido y el partido!: “La Junta proletaria será la vasta arena en que cada partido y cada grupo serán sometidos a prueba a la vista de las grandes masas. Los comunistas opondrán la divisa del frente único de los obreros a la práctica de la coalición de los socialistas y parte de los sindicalistas con la burguesía. Sólo el frente único revolucionario hará que el proletariado inspire la confianza necesaria a las masas oprimidas de la ciudad y del campo. La realización del frente único es concebible sólo bajo la bandera del comunismo. La Junta tiene necesidad de un partido dirigente. Sin una firme dirección, se convertiría en una forma vacía de organización y caería indefectiblemente bajo la dependencia de la burguesía” (ibídem).

PARA QUE EL “GOBIERNO DE TODA LA IZQUIERDA” SEA UN GOBIERNO OBRERO, TIENE QUE BASARSE EN LOS ÓRGANOS DE DOBLE PODER Y EL FRENTE ÚNICO OBRERO QUE ACAUDILLE LA LUCHA CONTRA EL AJUSTE, LAS PATOTAS FASCISTAS Y LA UNIÓN EUROPEA

Por todo lo dicho anteriormente, desde la Tendencia Piquetera Revolucionaria queremos dejar claro que la única forma de considerar un voto, un frente electoral, una colaboración parlamentaria, sería si existiera un trabajo de colaboración política en defensa de reivindicaciones obreras, es decir, si esta formación fuera progresiva en la situación política. O sea, que sirva para acercar a las masas a nuestro programa. Si no existe un frente único obrero en función de llevar adelante alguna reivindicación obrera o nacional progresiva, ¿qué sentido tendría la colaboración parlamentaria? Ninguno, pues no tendría ningún contenido. Tampoco tendría sentido considerarlo como posibilidad si no estuviera planteada la puesta en pie de organismos de frente único, vale decir, soviets. ¿Qué sentido tendría una colaboración electoral si eso no sirve para poner en pie organismos obreros de frente único que permitieran la movilización, organización e intervención de vastos sectores de la clase obrera para luchar contra el estado burgués? Ninguno, pues sería disolver al partido y al programa revolucionario, la clave de la transformación revolucionaria de la sociedad, en vez de ampliar y potenciar su campo de acción política e influencia. Sólo en estas condiciones podría considerarse el voto, la colaboración y la participación de los revolucionarios en partidos obreros reformistas o formaciones similares.

Esto, es directamente aplicable a la situación política griega. Hoy Syriza tiene 71 diputados en el parlamento griego. ¿Los eurocomunistas los van a usar para poner en jaque el ajuste, convocar a la movilización popular, boicotear el parlamento cuando vote los recortes? ¿O van a jugar el rol de “oposición responsable” como ya anunciaron? Nosotros les exigimos que los usen para bloquear el ajuste, y denunciamos que no hay que depositar un gramo de confianza en esta formación frente populista. Syriza no plantea ningún tipo de organismo de frente único que pueda promover la lucha obrera contra el ajuste. Es, de hecho, su contrario: la burocracia sindical que hace de bombero en las huelgas generales contra el ajuste. Syriza convocó a Antarsya a que lo vote, pero sin desarrollar ningún tipo de trabajo de frente único sino como una disolución atrás de Tsipras. El ejemplo del KOE (grupo maoísta griego) tiene un inmenso valor: Syriza, para sumarlos a la coalición, lo obligó a cambiar de su programa las definiciones anti-UE. Syriza no permite poner en pie organizaciones de frente único entre los partidos de izquierda anti-ajuste sino que es una aplastadora de partidos atrás del reformismo. La única forma para que el “gobierno de toda la izquierda” sea un gobierno obrero, es constituyendo órganos de frente único obrero que acaudillen la lucha contra el ajuste, las patotas fascistas y la Unión Europea.

PARA CONSTRUIR EL FUA, HAY QUE ESTRUCTURAR EL PARTIDO OBRERO INDEPENDIENTE

EL FIT, EL FAP Y EL FRENTE ÚNICO ANTIIMPERIALISTA: LA LUCHA POR ESCINDIR A LA BASE POPULAR DEL FRENTE POPULAR EN ARGENTINA

Todo este debate teórico y político es central porque es el fundamento sobre la base del cual se desarrolla la intervención de las distintas tendencias políticas en la situación política y en el desenvolvimiento de la relación entre los partidos, las clases y el Estado. Sin ir más lejos, el verano de 2012 fue una prueba tanto para el FIT como para la TPR por el hecho de que las fuerzas políticas frentepopulistas (FAP, Proyecto Sur) e incluso abiertamente patronales (UCR) intervinieron en la lucha contra la Ley Antiterrorista (CTA de Micheli) y la lucha contra la megaminería (UCR, Proyecto Sur, Libres del Sur) para capitalizar el descontento popular con el gobierno en favor de su propio desarrollo. En la izquierda predominaron las aproximaciones adaptadas o sectarias frente a este proceso político, todas las cuales son funcionales a la presión disolvente del frente popular contra la izquierda: por el contrario, desde la TPR desarrollamos una lucha política consciente por escindir a los sectores populares subordinados políticamente a los partidos patronales a través de las distintas variantes de frente popular. Tal fue, por ejemplo, nuestra intervención en la lucha del movimiento piquetero, llamando a Barrios de Pie a romper con Binner cuando Binner se posicionó abiertamente contra los piquetes protagonizados por las distintas organizaciones piqueteras, incluyendo a Barrios de Pie.

Por este mismo motivo, no nos agarró desprevenidos el debate sobre la lucha política en el movimiento universitario a nivel nacional y la situación de Chaco. Mientras que para el resto de las organizaciones la política en esos frentes obedece a especificidades, nosotros dimos muestras de una coherencia programática, que no es otra que la defensa del Frente Único Antiimperialista; es decir, la lucha por subordinar a los partidos pequeñoburgueses que esbozan tareas de liberación nacional al programa y la dirección del partido proletario. Eso es lo que hicimos llamando a construir el frente de los luchadores en el movimiento universitario, durante todo el año y en todas las facultades. Eso es lo que planteamos también para la Asamblea Popular, llamando a desarrollarla ligando la lucha antiimperialista con la lucha obrera y popular. Con esa política, denunciamos a los partidos burgueses, señalamos sus límites y su naturaleza, y llamamos a su base popular a romper con ellos. En este punto, es importante señalar que, si la lucha del verano no concluyó con la ruptura del Frente Amplio Progresista, no sólo se debe a la vocación frentepopulista de Libres del Sur sino que también el Frente de Izquierda no se ha trazado consciente ese objetivo. Por lo tanto, en la misma medida que, las luchas y las conquistas populares no lograron superar al FAP y dotarse de una nueva dirección política, el FAP logró contenerlas y encorsetarlas en meras jornadas reivindicativas, en lugar de desarrollar la lucha a fondo. En este sentido, en Chaco la unión de la Asamblea Popular con las luchas obreras de la provincia desembocó en una ruptura prematura y faccional del FAP-Libres del Sur, quien desertó de la Asamblea por negarse a apoyar las luchas obreras (lo que retrata de cuerpo completo su carácter frentepopulista: contra las bases yanquis sí, con la lucha obrera no). Esto generó una crisis al interior de las filas de Libres del Sur, dada su composición policlasista, y plantea la tarea para los luchadores de masificar la Asamblea Popular y desarrollar una lucha política socialista para arrastrar a Libres del Sur de vuelta a la misma.

Esto es fundamental porque, mal que nos pese, la realidad es que en octubre de 2011 la oposición política a Cristina no pasó a manos de Altamira sino que la segunda fuerza de Argentina es el frentepopular sojero de Hermes Binner del FAP.

LA LIQUIDACIÓN DEL FIT LE ABRE PASO AL FRENTE POPULAR

El Frente de Izquierda se mantuvo paralizado frente a todo este proceso, como admite la propia dirección del PO. Cuando el PO responde a esto señalando que el problema es el carácter sectario y faccional de la política del PTS, está diciendo una verdad a medias: el problema no es obnubilar el debate sino explicar qué carácter tiene su sectarismo y cómo combatirlo. Lo otro es absolutamente liquidacionista. El PO, quiéralo o no, tiene que responder por el PTS (y por Izquierda Socialista), porque junto con ellos se presentó a elecciones y los proyectó a nivel nacional, logrando que miles y miles de trabajadores los voten. Si el FIT es liquidado, esos miles de trabajadores se van a desmoralizar, por lo que el problema es discutir cómo luchar para que evolucione a izquierda todo ese sector. Lo contrario es oportunista: ir juntos a elecciones pero después hacer todo lo contrario.

Como TPR, nosotros señalamos desde un primer momento que para dirigir el Frente Único Antiimperialista se necesita un Partido Obrero Independiente (ver artículo titulado “El día que Altamira quiso unificarse con Nahuel Moreno” publicado en la revista Nº 5 del Frente de Estudiantes en Lucha). En esa línea, planteamos que el FIT tenía ese potencial y, por lo tanto, apoyamos la perspectiva de formar un Partido de Trabajadores sobre la base de discutir las tareas políticas inmediatas que se le planteaban a la clase obrera. Lo hicimos sobre la base de señalar las conquistas del FIT no sólo por las elecciones sino porque expresa una delimitación clasista en el movimiento obrero, apostando por batallar por las posiciones del Partido Obrero dentro de ese partido contra el resto de las variantes centristas y democratizantes (PTS e IS).

Altamira, por el contrario, escamotea esto al calificar al resto de revolucionarios. De esa forma, impide clarificar cuál es la lucha política que tiene que desarrollar el PO para sacar el FIT de la parálisis. Por lo tanto, contribuye a la liquidación y destrucción del FIT. Esto, porque al no partir del método político de apoyarse en la lucha de clases, no pone de relieve que la inconsistencia de las otras corrientes se debe a su carácter centrista. La frustración del PO responde a este problema político. Sin embargo, como en la política no existe el vacío, con su método Altamira no va a sacar como conclusión de todo esto que el problema es relanzar poderosamente la actividad política del Partido Obrero en la situación política sino que va a reforzar el oportunismo que arrancó con el FIT evolucionando aún más hacia derecha: ahora, va a intentar capitalizar el “anticapitalismo amplio” del Frente de Izquierda francés y Syriza, cuyos representantes argentinos son el MST y el PCR. Este es el peligro que encierra la táctica correcta de la universidad (los frentes con el PCR, el MST, la Mella y Libres del Sur): como cualquier táctica, puede devenir en su contrario si no está enmarcada en una estrategia política independiente.

LA IZQUIERDA ANTICAPITALISTA FRENTE A LA CUESTIÓN NACIONAL

El quebranto de la izquierda anticapitalista del Frente de Izquierda también se expresó frente a la cuestión nacional. Desde su propia formación, el Frente de Izquierda se caracterizó como una fuerza centrista y democratizante dado que le daba la espalda a los levantamientos populares. Ese carácter centrista y anticapitalista es el que paralizó y dividió al FIT frente a la cuestión de Malvinas e YPF. Como ya señalamos en la Editorial de “El Piquetero” N° 2, “se planteó un enorme campo de disputa política en la lucha antimperialista en relación a YPF, Malvinas y la base yanqui en Chaco. El corporativismo anti-capitalista le impidió a la izquierda enfrentar este cuadro, que no tomó ningún tipo de iniciativa para desenmascarar la política de negociación con el imperialismo de Cristina y derrotar su ofensiva estatal contra las paritarias. De esta forma, dejan el camino libre a la cooptación estatal. Para triunfar, la lucha por el salario tenía que empalmar con la lucha antimperialista como parte de un movimiento político de conjunto contra el kirchnerismo y la oposición patronal. Con ese planteo, desde la TPR desarrollamos una agitación de conjunto con nuestros afiches, materiales, charlas y actos contra Cristina por YPF, Malvinas, los topes salariales, el tarifazo, la base yanqui en Chaco, la ocupación militar en Haití. Tal como señalamos en la editorial de El Piquetero Nº1, el Frente Único Antimperialista es la táctica que plantea a la clase obrera y sus organizaciones (los sindicatos) como caudillo popular en la lucha por todas las reivindicaciones antimperialistas, obreras, populares y piqueteras. Esa es la pelea que libramos con nuestra actividad política práctica”.

La parálisis se combinó con una división y heterogeneidad al interior de las filas del FIT. Por un lado, frente a la cuestión de Malvinas: mientras Izquierda Socialista marchó subordinado al PCR con un planteo nacionalista adaptado a Cristina, el PO y el PTS se apropiaron del nombre del Frente de Izquierda para hacer un acto que propagandizaba el planteo del socialismo pero que tampoco denunciaba a Cristina. Por otro lado, frente a la cuestión de YPF: mientras el PTS e Izquierda Socialista se adaptaban en mayor o menor medida al planteo de la “estatización 100%”, el Partido Obrero denunció correctamente la medida del gobierno como una reprivatización pero no motorizó una acción política independiente de los trabajadores con ese planteo.

Todo esto se debe a que “el anti-capitalismo en los países atrasados constituye una posición típicamente centrista frente a la lucha anti-imperialista. El carácter ecléctico, inconsistente, subjetivista y pequeño-burgués de una supuesta “revolución socialista pura” los sume en la parálisis o, en todo caso, alternativamente los coloca como ala izquierda o derecha de las diferentes tendencias que intervienen de forma consciente frente a la cuestión nacional. De ahí el fundamento programático de la crisis del FIT ante Malvinas” (Carta abierta de la TPR al Frente de Izquierda por el 30º aniversario de Malvinas, 29/3/2012).

EL RODRIGAZO, LA HUELGA GENERAL Y LAS ELECCIONES: LA SITUACIÓN POLÍTICA EXIGE QUE LA IZQUIERDA SALGA DEL PANTANO DE LA DISOLUCIÓN SINDICALISTA Y DEMOCRATIZANTE

La situación política exige, a contramano del camino de disolución que nos proponen Altamira y todo el Frente de Izquierda, una enérgica intervención revolucionaria y socialista de parte de la izquierda. Las elecciones de 2013 van a estar precedidas por una larga lucha política cruzada por el rodrigazo del gobierno de Cristina, la crisis al interior de las filas del PJ entre Scioli y La Cámpora, la estatización de la CGT y la capitulación de Moyano. Es decir que la única posibilidad de desarrollar una intervención revolucionaria en las elecciones de 2013 se puede dar sobre la base de desenvolver una intervención política práctica en todo el proceso previo caracterizado por una intensa lucha de clases. Esto es central porque contraponer la intervención electoral a la lucha política entre clases es el método propio del parlamentarismo pequeñoburgués propio de la izquierda democratizante. Más aún cuando la tendencia a la huelga general se ha planteada como un factor político actuante en la situación política, sobre todo con el paro masivo de los estatales de Buenos Aires contra el ataque al aguinaldo.

Hay que rechazar cualquier planteo democratizante de este tipo entendiendo que Argentina atraviesa una situación pre-revolucionaria que en la actual situación se caracteriza por un principio de disgregación de la base política del kirchnerismo con Scioli como cabeza de una potencial oposición de derecha a Cristina en el 2015, de la mano de un viraje derechista del gobierno nacional que tendrá como desenlace la pretensión de imponer en toda la línea un auténtico “rodrigazo”. Este último punto es importante porque las paritarias ya sentaron un precedente absolutamente negativo: el resultado final ha sido que los sindicatos terminaron aceptando el tope salarial del gobierno muy por debajo de la inflación. En este punto, es necesario señalar que lejos de producirse un ascenso de la izquierda, las paritarias demostraron el dominio de la burocracia sobre los sindicatos y el cuadro de aislamiento y atomización de la izquierda dentro del movimiento obrero. De hecho, en la mayoría de las paritarias la izquierda ni siquiera tuvo una presencia organizada batallando en las mismas contra los topes salariales. Este hecho por sí solo nos da la razón a los compañeros de la TPR que, en el XVIII Congreso del Partido Obrero, planteamos que el PO tenía que dotarse de un plan de proletarización para superar ese cuadro de atomización. El Partido Obrero es el partido de la clase obrera argentina pero no es todavía un partido mayoritario. El trabajo por extender su influencia y estructuración en las principales concentraciones obreras está, por lo tanto, pendiente.

Naturalmente que una mayor penetración en el movimiento obrero ocupado debe estar orientada en función de un planteo político de conjunto para impulsar el desarrollo de una nueva dirección clasista de los sindicatos. No es lo que caracterizó a la izquierda (y el propio PO), que en los frentes obreros donde sí dirige comisiones internas y cuerpos de delegados, no ha dado una lucha política para revertir el cuadro regresivo de las paritarias (las excepciones fueron el gremio de prensa, donde el PO desarrolló una importante actividad que logró quebrar décadas sin una paritaria central, y en UTA de Córdoba donde impulsaron asambleas y paro contra la burocracia). Sin ir más lejos, el propio Frente de Izquierda no hizo una campaña de conjunto contra los topes salariales. Lo mismo ha ocurrido con las ocupaciones de fábricas: el Frente de Izquierda no ha sido una plataforma para proyectarlas sobre la situación política y para dar una lucha política general contra los despidos, suspensiones y cierres de fábricas que aumentan velozmente en nuestro país de la mano de la bancarrota capitalista.

Por eso, es nefasto cuando Altamira señala, en relación a la marcha de Moyano, que “primero hay que elegir un campo y luego producir una serie de clarificaciones” (Charla de Altamira en la Facultad de Ciencias Económicas, 28/6/2012), señalando que hay que colocarse en el campo de Moyano contra Cristina y sobre esa base delimitarse del moyanismo. Decir esto cuando el Frente de Izquierda y el propio Partido Obrero se han negado a impulsar la votación de mandatos en los lugares de trabajo por un Congreso de Bases de la CGT, implica llevar a su partido a una política de adaptación al moyanismo dado que en los hechos el FIT y el PO no se postulan como una alternativa. Peor aún: implica otorgarle a Moyano el carácter de fuerza progresiva frente al gobierno, en cuyo campo habría que colocarse para defender a los trabajadores. Sin embargo, el campo de Moyano no es el de los trabajadores, es el de Scioli y las patronales que meten los topes salariales. Esta cuestión cobra mayor importancia por el hecho de que el gobierno acaba de impugnar la convocatoria a elecciones de la CGT para el 12 de julio por parte de Moyano: para enfrentar a la estatización, hay que superar a Moyano e impulsar el Congreso de Bases.

La política disolvente de Altamira fue ratificada en Prensa Obrera cuando señaló que “lejos de la imputación de los K -de que la izquierda revolucionaria le está haciendo el juego al moyanismo- los K, los Moyano y los elementos centristas o intermedios (estos con su confusión), le están haciendo el juego (si cabe expresarse de este modo) a la izquierda revolucionaria, porque con sus movilizaciones para revalidar títulos y autoridad profundizan la brecha por la que irrumpen nuevas camadas de obreros jóvenes. El cable que habilita el paso de la energía no debe ser confundido con la energía que transporta” (Prensa Obrera, 28/6/2012). ¡Altamira se está colgando del cable de los K, Moyano y los centristas! Sin embargo los K, Moyano y los centristas son fuerzas políticas que desvían, contienen, atacan y boicotean la movilización popular. Su participación en la lucha popular, eventualmente, tiene un carácter absolutamente esporádico y excepcional buscando el objetivo de subordinarla a sus diversos planteos patronales, motivo por el cual la tarea de la izquierda no es saludarlos como un “cable” que “transporta la energía” de los luchadores, sino denunciarlos como un instrumento político para que esa energía se disipe detrás de una variante contraria a los intereses populares. Es la única vía para lograr que los miles que marcharon a la Plaza dirigidos por Moyano se trasladen a nuestro campo. La izquierda tenía que ir a disputar, no a acompañar. La izquierda tenía que movilizar los sindicatos contra la burocracia, no movilizar a los compañeros individualmente con el FIT para “no chocar con la burocracia”.

LA IZQUIERDA TIENE QUE DISPUTAR LA DIRECCIÓN DE LOS SINDICATOS IMPULSANDO QUE INTERVENGAN SOBRE LA SITUACIÓN POLÍTICA

Por eso, tiene que haber un trabajo político consciente partiendo de la base de caracterizar quién juega el rol de dirección de los sindicatos y sobre esa base llevar adelante una tarea de delimitación política sistemática para que la izquierda dispute la dirección. Hay que destacar que, para ello, la izquierda tiene que salir del pantano sindicalista y encarar una lucha política socialista dentro del movimiento obrero. Esto es central porque la burocracia sindical mantiene el control de los sindicatos haciendo política, kirchnerizando al movimiento obrero. Así sucedió con YPF, con toda la burocracia apoyando en pleno el planteo del gobierno; así sucedió con Malvinas, con Moyano insinuando el bloqueo de todas las embarcaciones inglesas en apoyo a la política de Cristina de negociar con Inglaterra la soberanía de las islas a través de la ONU. La izquierda, por el contrario, se repliega sobre los reclamos “mínimos”, lo que profundiza su aislamiento, atomización y condición de minoría. La izquierda “marxista” desarrolla una política propia del “anarco-sindicalismo” dentro del movimiento obrero, que se opone tajantemente a la lucha política socialista en los sindicatos.

Esto implica, objetivamente, que la izquierda reniega por completo de la estrategia de la IV Internacional y el Programa de Transición: convertir a los sindicatos en herramientas de lucha política revolucionaria de la clase obrera en un cuadro de bancarrota capitalista a nivel mundial. El propio Trotsky planteaba que el Programa de Transición era un programa no sólo para el partido sino, fundamentalmente, para los sindicatos, dado que el imperialismo y la bancarrota del capital impiden el desarrollo de sindicatos reformistas independientes y le exigen a la clase obrera una intervención directamente política si no quiere ser derrotada por los embates de un régimen social en absoluta descomposición.

Esto es importante señalarlo porque hay que acabar con la tergiversación democratizante del Programa de Transición que lo postula como un manual de adaptación política a la “consciencia de las masas”. Esta tergiversación se coloca al servicio de la liquidación del propio programa, en función de profundizar la adaptación política promovida por Altamira.

Muy por el contrario, el Programa de Transición implica un cuestionamiento a la dominación capitalista, le plantea a las masas las tareas objetivas planteadas en el cuadro político y sus consignas expresan el contenido social objetivo de la revolución. Precisamente por eso, el método del Programa de Transición, que es lo que mantiene una absoluta vigencia, es el de impulsar la movilización de las masas contra el Estado y por el poder a través de las reivindicaciones transitorias que expresan el programa objetivo de la revolución socialista. No es, por lo tanto, ni un programa mínimo ni un programa máximo, como tampoco una combinación de ambos. Es un programa transicional: plantea las tareas de la transición del capitalismo al socialismo y postula un camino para que los trabajadores se pongan a la cabeza de la lucha para llevar adelante dichas tareas. Hay que aplicar el método del Programa de Transición al actual cuadro histórico y político, y sobre esa base ordenar la actividad política del conjunto del Partido Obrero y la CRCI. El partido es el programa pero también es la organización y la táctica que se desprenden de ese programa.

CÓMO SACAR A LA CRCI, AL FIT Y AL PO DEL PANTANO

LA TPR LUCHA POR ORGANIZAR A LA CLASE OBRERA PARA DEFENDER AL PARTIDO OBRERO Y LA CRCI

Como Tendencia Política Revolucionaria expulsada del Partido Obrero, venimos dando una lucha política sistemática con este planteo. A esta altura, nadie nos puede decir que somos un grupo dedicado a criticar al Partido Obrero, porque nuestra propia actividad práctica lo desmiente de forma rotunda.

Durante todo 2011, la TPR se involucró directamente en la lucha política en el terreno electoral. En las elecciones provinciales, desarrollamos una fuerte agitación en Capital Federal y Córdoba llamando a impugnar o votar al FIT en momentos en el que el FIT se diferenciaba del resto de los partidos por no ser una formación subordinada a intereses patronales, pero incapaz de postularse como alternativa y factor de la situación política. En las internas de agosto, llamamos a votar al FIT para derrotar la proscripción a la izquierda y explotar la posibilidad de que el FIT se constituya como una referencia política de izquierda. Los más de 500.000 votos obtenidos fueron una conquista en ese sentido, que de cara a las elecciones de octubre se convertían en la plataforma para que el FIT se estructure como una oposición de izquierda a Cristina, perspectiva con la cual lo volvimos a llamar a votar. En todos estos episodios electorales, la TPR afichó masivamente, montó mesas de agitación y fiscalizó para defender los votos al FIT.

A diferencia del FIT, como TPR ligamos la lucha política electoral a la lucha de clases, por lo cual nuestra agitación estuvo concentrada en proyectar las luchas y levantamientos populares sobre la situación política. De ahí que intervinimos con esa estrategia en las tomas de colegios en Capital Federal, viajamos a Santa Cruz para defender el ¡Fuera Peralta!, intervinimos en las distintas luchas obreras como la de la Línea 60 en Buenos Aires o los choferes de Córdoba. En esta misma línea, sistemáticamente nos dirigimos al FIT para que se constituya como una plataforma para defender y proyectar políticamente las luchas obreras y populares.

Frente al viraje derechista del gobierno, como TPR concentramos nuestra energía militante en 2012 en la lucha de los trabajadores del transporte, ligando la pelea de las paritarias con la lucha contra el tarifazo y el régimen de privatización defendido por el kirchnerismo. Fue así que la TPR abrió sus primeros núcleos militantes en la Línea 60 y el subte, lo que también está ocurriendo en otros sectores del movimiento obrero a partir de nuestra intervención en relación a las paritarias y las elecciones sindicales. En este último punto, nos destacamos por ser la única organización de izquierda que fijó posición y militó apoyando a absolutamente todas las listas clasistas y antiburocráticas allí donde se presentaron. Nosotros tenemos muy en claro que nuestra actividad como tendencia expulsada del Partido Obrero consiste en pelear para ganar a la mayoría de la clase obrera a un planteo socialista y revolucionario, sobre la base del cual podremos imponer nuestra reincorporación al PO y su reorientación en los términos de su tradición histórica y programática. En este sentido, nos hemos destacado por ser la única organización de izquierda que actualmente le propone al movimiento obrero y estudiantil una política de conjunto para derrotar la estatización de los sindicatos y las organizaciones populares: un congreso de bases para poner en pie un movimiento político contra la intervención K y por todas las reivindicaciones planteadas en la situación política.

LA CRISIS EN CHACO: LA EXPULSIÓN DEL MCC Y EL MOVIMIENTO 20 DE DICIEMBRE ES CONSECUENCIA DEL VIRAJE ANTIPIQUETERO DEL PARTIDO OBRERO

Fue por nuestra defensa de todas las luchas obreras y populares, y del Frente Único Antiimperialista, que rápidamente nos volcamos a apoyar e impulsar la lucha de la Asamblea Popular del Chaco contra la base yanqui, planteando la necesidad de ligar los reclamos antiimperialistas con los reclamos obreros y populares que sacuden la provincia. Es en función de eso que conocimos la experiencia de los compañeros piqueteros del Movimiento Clasista y Combativo (MCC) y el Movimiento 20 de Diciembre, hoy a la cabeza de la Asamblea Popular. Los compañeros fueron expulsados del PO acusados de “punteros” y “piqueteristas”, sin que su expulsión fuese justificada públicamente a través de la Prensa Obrera y sin presentar ninguna prueba para fundamentar la acusación. Los compañeros denuncian que la dirección los expulsó argumentando que la dirección del PO quería “superar el perfil piquetero del Partido”. Es decir que su expulsión se inscribe en el viraje antipiquetero del Comité Central.

Los compañeros han comenzado a sobreponerse de la expulsión y se encuentran desarrollando una lucha contra el gobierno de Capitanich y en defensa de los explotados de la provincia, superando la política frentepopulista de Libres del Sur que ha decidido boicotear la Asamblea Popular. Como TPR apoyamos la lucha que están dando en la provincia de Chaco, que va en la línea del programa y la tradición del PO, y por eso nos solidarizamos con su reclamo de reincorporación al Partido Obrero.

LA LUCHA INTERNACIONAL DE LA TPR CONTRA EL VIRAJE DE ALTAMIRA Y EN DEFENSA DE LAS TESIS PROGRAMÁTICAS DE LA CRCI

Toda la lucha política que desarrollamos a nivel nacional forma parte de una nítida estrategia trotskista que parte de la base de defender a la CRCI y sus tesis programáticas como una conquista de la clase obrera mundial. Por ese motivo, como TPR hemos viajado a Europa y a distintos países de América Latina para entrar en contacto con todas las secciones nacionales de la CRCI y con los distintos grupos de la izquierda a nivel mundial, para proponer un método de frente único militante que permita salir de la impasse y desarrollar un actividad política acorde a los desafíos que plantea la bancarrota capitalista. Y si bien nos reunimos con una gran cantidad de organizaciones de izquierda en todo el mundo, las distintas secciones nacionales de la CRCI rechazaron reunirse con nosotros amparándose en un supuesto “centralismo democrático” que ha demostrado ser una impostura cuando Altamira fija posición públicamente contra el EEK y la CRCI con total impunidad. Evidentemente, este respeto al supuesto “centralismo democrático” juega la función de permitir que el PO siga operando su viraje contrario a la CRCI sin que el resto de la CRCI responda para derrotar el viraje de Altamira.

Pero los compañeros de la CRCI tienen que sacar conclusiones. Todo lo que nosotros señalamos frente al XX Congreso ocurrió (como detallamos más arriba). El viraje de Altamira es cada vez más dañino para la CRCI. La CRCI tiene que enfrentar ese viraje de inmediato si no quiere terminar de disolverse definitivamente. Nosotros, como TPR, vamos a seguir defendiendo a la CRCI hasta las últimas consecuencias. Por eso, la presente carta también está dirigida al Secretariado Internacional de la CRCI y al conjunto de sus secciones nacionales y secciones simpatizantes, para proponer nuestra incorporación a la CRCI y, de esa forma, poder desarrollar un debate organizado para relanzar fuertemente la actividad de la internacional.

LLAMAMOS A TODOS LOS COMPAÑEROS A LUCHAR CONTRA LA DISOLUCIÓN DE LA CRCI, EL PO Y EL FIT

Hay que sacar a la CRCI y al FIT del pantano. Para ello, el XXI Congreso del PO y el Secretariado Internacional de la CRCI deben posicionarse, de forma contundente, contra el viraje disolvente que está procesando Jorge Altamira.

En primer lugar, es necesario rechazar el apoyo político de Altamira a Syriza, ratificando la necesidad de construir una fuerte sección nacional de la CRCI en Grecia (el EEK) a partir de una actividad política delimitada del frente popular y del centrismo anticapitalista, que se coloque como uno de sus objetivos intervenir en la crisis abierta al interior de Antarsya para que un sector se sume a la lucha revolucionaria reconociendo que el voto el EEK a Antarsya tiene que ser la plataforma para construir un campo común con todos los luchadores que referencian a Antarsya en oposición a Syriza y llamarlos a superar el centrismo anticapitalista.

En segundo lugar, es necesario que se produzca una reunión de emergencia de la CRCI, para poder resolver este rechazo, procesar un balance de las elecciones griegas y europeas, y relanzar inmediatamente El Obrero Internacional para superar la bancarrota de la izquierda anticapitalista frente al ascenso del frente popular. El Obrero Internacional es la herramienta política para homogeneizar a todas las secciones de la CRCI con un mismo norte revolucionario, en oposición a la disolución en la que se encuentra producto del viraje del CC del PO.

En tercer lugar, la CRCI tiene que iniciar su relanzamiento desarrollando una iniciativa frente a la revolución árabe en curso. En esa línea, desde la TPR le proponemos a la CRCI lanzar una campaña de actos en apoyo a la revolución en Siria, como ya lo empezamos a hacer en Argentina, planteando: ¡Fuera Al-Assad! ¡No a la intervención imperialista en Siria! ¡El Ejército Sirio Libre no puede echar a Al-Assad porque no quiere romper con el imperialismo! Sobre esta base, la CRCI debería de dotarse de los medios para intervenir en la región e impulsar el desarrollo de una organización revolucionaria con este planteo.

En cuarto lugar, se plantea intervenir de forma audaz en la crisis abierta en el Secretariado Unificado a partir de las elecciones griegas, abriendo un debate con todas las secciones y militantes que se pronunciaron públicamente contra la dirección del SU por su llamado a votar a Syriza, proponiéndoles un curso de acción para intervenir en común en Grecia y el resto de los países en paralelo al desarrollo de una discusión para procesar el balance de la crisis del SU planteando una salida revolucionaria contra el anticapitalismo mandelista que llevó al SU a esta situación.

En quinto lugar, se plantea la necesidad de sacar al FIT de la parálisis orientándolo en relación a la situación política y la situación del movimiento obrero. Para ello, hay que batallar contra el centrismo conservador y sindicalista, y dar una lucha política en las fábricas para votar mandatos por un congreso de bases de la CGT y de todos los sindicatos y organizaciones populares, por un plan de lucha y una nueva dirección clasista impulsando todas las reivindicaciones planteadas en la situación política: reapertura de las paritarias, paritarios electos en asamblea, aumento superior a la inflación; eliminación del impuesto a las ganancias y de los topes a las asignaciones familiares; ocupación de toda fábrica que cierre, despida, suspenda o contamine; abajo el tarifazo; nacionalización sin pago de YPF bajo control obrero y popular; fuera la base yanqui del Chaco; derogación de la Ley Antiterrorista.

En sexto lugar, el Partido Obrero tiene que reincorporar a los cientos de piqueteros del Chaco que hoy están encabezando la Asamblea Popular y su lucha contra la base yanqui y por los reclamos obreros y populares. La reincorporación de dichos compañeros le permitiría al Partido Obrero ponerse a la cabeza de una lucha ejemplar para todos los trabajadores del país, dado que en Chaco los compañeros están unificando la lucha antiimperialista con la lucha obrera y popular detrás de un planteo independiente de los gobiernos de Capitanich y Cristina.

En séptimo lugar, el Partido Obrero tiene que reincorporar a la Tendencia Piquetera Revolucionaria, para poder llevar adelante todo este debate político al interior del PO de forma organizada, y poder desarrollar toda esta orientación política de cara al cuadro de bancarrota capitalista mundial y a la situación pre-revolucionaria de Argentina.

Compañeras y compañeros del PO y la CRCI, ustedes tienen en sus manos la posibilidad de impedir que Altamira disuelva la CRCI y lleve al PO a la adaptación política a la izquierda frentepopulista. Desde la TPR los llamamos a rechazar la política disolvente de Altamira, y a defender al FIT, el PO y la CRCI.

TPR
TENDENCIA PIQUETERA REVOLUCIONARIA
6 DE JULIO DE 2012

41 comentarios:

  1. ¿Ahora hay que defender al FIT? Disolvete las pelotas, forro del imperialismo.

    ResponderEliminar
  2. "En séptimo lugar, el Partido Obrero tiene que REINCORPORAR a la Tendencia Piquetera Revolucionaria"


    S
    E
    C
    T
    A

    ResponderEliminar
  3. secta?... como dicen los 700 compañeros piqueteros expulsados por la dirección del po del chaco. Tan amplios con el morenismo democratizante y tan cerrados con los compañeros que defendemos el programa del partido obrero teorica y practicamente. ademas, Si bien nosotros criticamos al Fit, a partir de las elecciones tiene la oportunidad para costituirse como una oposición de izquierda al gobierno nacional. Estaria bueno que en vez de chicanas, leyeran y debatieran la carta.

    ResponderEliminar
  4. 1. Cuando surgió el Frente de Izquierda, nosotros dijimos "Así no" porque el FIT no surgía como un frente sino como un pacto centrista, democratizante y antipiquetero para disolver al Partido Obrero. Sobre la base de que planteamos "Así no", también planteamos cómo SÍ tenía que construirse el Frente de Izquierda y, por lo tanto, desde un primer momento desarrollamos un planteo para defender y desarrollar al FIT. Por lo cuál nuestro planteo es absolutamente coherente con todas nuestras posiciones. La pregunta que te hago a vos, por el contrario, es: ¿ahora hay que disolver al FIT para ir atrás de Syriza?

    2. "Forro del imperialismo" se lo deberías decir a Tsipras y Syriza, que defienden la Unión Europea y el pago de la deuda externa. Altamira, sin embargo, no tiene ningún empacho en votar a este forro del imperialismo, y a vos sin embargo eso parece que te tiene sin cuidado. Si sos militante del Partido Obrero, y verdaderamente estás en contra de los forros del imperialismo, entonces tenés que batallar para que el Partido Obrero defienda a la CRCI para luchar contra el imperialismo y no se disuelva bajo la presión del frente popular y de los anticapitalistas.

    3. ¿Secta por querer reincorporarnos al Partido Obrero? Secta es, por el contrario, alguien que expulsa luchadores revolucionarios y rompe el partido para desarrollar una orientación disolvente.

    ResponderEliminar
  5. Las diferencias con el PO son políticas, pero recuerden que algunas características de la personalidad pueden sobredeterminar ese tipo de posicionamientos. Yo que ustedes evaluaría muy seriamente la posibilidad de consultar con un psicólogo para tratar esa especie de psicosis que los afecta.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. nosotros estaremos locos pero el que está alusinando con "el mago de atenas" es Altamira.

      Eliminar
  6. No pertenezco ni al Partido Obrero ni a la tpr , tuve mi experiencia en el partido obrero y me abrí por muchas cosas de las que se expresa en esta carta. El partido obrero hoy por hoy esta undido en el morenismo y los militantes lo saben muy bien, le decis algo y te dicen sectario, en mi caso me adjudicaban de foquista. Fue una pena, me costo mucho abrirme.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. compañero "no hay que abrirse" si usted defiende al partido obrero reincorporose, de ejemplo con su militancia y pelee en defensa del partido. nuestro mail es correotpr@gmail.com

      Eliminar
  7. Ay, pero cuanta zarta de pelotudeces .Nenes bien q juegan a la revolucion sin obreros! Ponganse a laburar. El peronismo se los coje de parados y de tan pibes q son le acaba en la boca.

    ResponderEliminar
  8. ¿LA situación pre-revolucionaria de Argentina? ¿Es en serio? Por esas cosas los habrá rajado el viejo Altamira!

    ResponderEliminar
  9. "Por esas cosas los habrá rajado el viejo Altamira!" o sea que para vos cualquiera que diga que Cristina está en bancarrota, la burguesía está dividida y la izquierda tiene que plantear la cuestión del poder merece ser expulsado? ¡Qué interesante! ¡Seguro que echando a los que piensan distinto vas a construir un partido revolucionario con cuadros muy sólidos!

    ResponderEliminar
  10. buen documento! permite pensar las logicas politicas de ambos tanto de po como de su grupo. interesante viniendo de ex militantes de la crci da un panorama bien desde adentro.no queda claro como y para que se preparan? creo que mas ala de las denuncias al po deberian desarrollar cuales son las tareas mas concreta para la militancia mas ala del pedido de que los vuelvan a aseptar.
    se agradece este aporte.
    D.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por la crítica. Te dejamos acá el número 2 de "EL PIQUETERO" donde se desarrollan cuáles son las tareas concretas para la militancia en Argentina. Igualmente, destacar que en la carta proponemos consignas, método y campañas para Grecia y hay un apartado específico sobre el FIT, el MST, el PCR y Libres del Sur.

      http://www.youblisher.com/p/360487-EL-PIQUETERO-N-2-ANO-2-JUNIO-2012/

      Saludos

      Eliminar
    2. buenisimo,gracias!
      leyendo el documento(extenso por cierto pero no menos interesante por ello.)se me plantearon dudas con respecto a la politica hacia los sectores sociales que "Empiezan a romper" con los partidos tradiccionales,con las variantes anti-capitalistas como denuncian por un lado y la crisis del secretariado unificado.
      en como aprovecharla??
      teniendo en cuenta a los miitantes que buscan dar una respuesta de fondo a problema de "la crisis del regimen burgues" y el rol de la direcciones que se plantean como contencion o desvio que expresan en el documento.
      entre tantas criticas hacertadas que encontre creo que la del periodico internacional es muy importante.
      entendi la nesecidad de la centralidad por un lado junto a la nesecidad del funsionamiento permanente de la direccion la crci.
      abrazo.
      D.

      Eliminar
    3. "se me plantearon dudas con respecto a la politica hacia los sectores sociales que "Empiezan a romper" con los partidos tradiccionales,con las variantes anti-capitalistas como denuncian por un lado y la crisis del secretariado unificado.
      en como aprovecharla??"

      La respuesta es el frente único, es decir, exigirle poner en pie organismos de masas en común donde se puede explotar a fondo todas las posibilidades políticas, los militantes puedan verificar en la práctica la capacidad de cada programa y dirección y cada uno de el máximo que pueda dar. Siendo la griega una situación prerrevolucionaria muy avanzada (el ascenso del frente popular es una expresión deformada de esto) está absolutamente planteada la necesidad de poner en pie dichos organismos. El EEK tendría que oponerle a la unidad gubernamental de la izquierda que pregonaba Syriza la unidad en la lucha de la izquierda. De esta forma, los militantes obreros van a estar en las mejores condiciones posibles para superar sus expectativas en Syriza, KKE e incluso Antarsya. La única forma para que el EEK se transforme es un partido dirigente es por medio de esta lucha política. Saludos.

      PD: Estos conceptos están desarrolladas en la carta bajo el subtítulo: "LA ÚNICA FORMA DE EXPLOTAR POSITIVAMENTE LAS ILUSIONES DE LAS MASAS EN LOS PARTIDOS OBREROS REFORMISTAS ES POR MEDIO DEL FRENTE ÚNICO OBRERO"

      PD2: Si te interesa profundizar el debate podés buscarnos en facebook "tpr tendencia piquetera revolucionaria" o mandar un mail a correotpr@gmail.com

      Eliminar
  11. Muy buen documento;

    una consulta ¿Por que intedrantes de la TPR fueron expulsados del PO ?

    GRACIAS.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. En pocas palabras, porque ante la crisis campo-gobierno de 2008 y el pico de la crisis mundial entre octubre 2008 y el verano 2009, el XVIII Congreso del PO rechazó que el Partido vaya a los sindicatos para que la clase obrera intervenga con consignas de poder frente a la crisis política.

      Esto se les presentaba como ultra-izquierdistas y contrario al programa de transición. Después, eso pasó a llamarnos "foquistas" porque nos oponíamos a la "conciencia de las masas" (o sea, un fetiche de la correlación de fuerzas entre partidos) cuya función era bloquear el debate y querer desterrarnos del trotskismo. Por último, directamente negaron todo el debate anterior y directamente pasaron a acusarnos de "camarilla", "chorros" y demás excusas para tratar de reducir todo a una hostilidad sin fundamento ni continuidad. Nosotros, por el contrario, nunca usamos palabras para impedir el debate, siempre defendimos el debate y, hasta el día de hoy, seguimos reclamando nuestro derecho a ser tendencia del PO. ¿Por qué no nos dieron el derecho a tendencia? Porque el Comité Central consideró incompatible su viraje político con nuestras posiciones.

      En realidad, era la antesala del viraje anti-capitalista del XIX Congreso para empezar a ponerse a tono con la creación del NPA francés en febrero 2009 y la propia Antarsya griega en marzo 2009.

      De esta forma, comenzaron el tránsito de un partido obrero de combate que pelea por el frente único anti-imperialista y el gobierno de los trabajadores a un partido sindicalero anti-capitalista. Por eso el PO y todos los partidos del FIT RECHAZARON que el clasismo fije posición ante YPF, Malvinas y las propias paritarias porque "los sindicatos son órganos económicos". O sea, los trotskistas rechazan que los sindicatos discutan política. Ridículo.

      Por eso nosotros decíamos que la coalición anti-capitalista que no pelea por un gobierno obrero y contra el FMI era "anti-capitalismo para afuera hoy, anti-capitalismo para adentro mañana" y luego "anti-capitalismo hoy, socialismo para mañana". Es decir, el tránsito del PO hacia el centrismo morenista.

      Acá te pasamos las cartas al XIX y XX Congreso para profundizar el debate:

      http://tpr-internet.blogspot.com.ar/2010_03_01_archive.html

      http://tpr-internet.blogspot.com.ar/2011/05/carta-abierta-de-la-tpr-al-xx-congreso.html

      Nosotros seguimos peleando por nuestra reincorporación y creemos firmemente que, en la medida que la TPR se transforme en una tendencia real del movimiento obrero e incluso mayoritaria el debate se plantearon sobre nuevas bases materiales y políticas y, por lo tanto, el Comité Central no va a poder mantener esta división artificial entre compañeros que defienden un mismo programa y una misma internacional: la CRCI.

      Saludos.

      Eliminar
  12. JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJJAA

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¿Qué gracioso es ver a Altamira rompiendo la CRCI y votando a Syriza no? Se nota que sos bien forro y te cagás en la clase obrera.

      Eliminar
  13. Es una pena en lo que esta terminando el po , esta perdiendo a sus militantes mas valiosos y se estan incorporando esos chicos que (cuasi-obligadamente) ponen a vender la prensa y no saben lo que no saben lo que es el estado.

    Esto es un escandalo, con tal de sumar militancia hasta se ponene en un discurso izquierdista, muy flexible todo tratando de foquista o sectario a cualquier posicion/discucion que se le posiciones por izquierda.

    El FIT es una mentira totalmente oportunista, al igual que el bobo de rene de calle 13 que se cansa de contar dolares con su mano izquierda, que verguenza.

    ResponderEliminar
  14. Que me da gracia? que una secta camarillesca como ustedes se pase por los redentores de la politica del PO. A uds les conviene un frente con democracia obrera y grupusculos de su laya. La gente se les rie, y es propio de sus marcianadas que pase eso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. los que somos no agrupados y vemos lo que es hoy el PO y la mentira oportunista electoral del FIT no nos reimos nos da pena, que falso el FIT altamira diciendo "aguante el pts, aguante el PO" en el acto de malvinas y abajo los militantes matandoce entre ellos, ese fue el ultimo acto que fui y al ver eso dije esto es una mentira.

      Eliminar
  15. I/le compagn@ della TPR svolgono un intensissimo intervento sul
    blog e anche una vasta azione di viaggi. Ciò è possibile proprio
    grazie al loro carattere di gruppo esclusivamente studentesco, con
    buone possibilità economiche, senza radici sociali e soprattutto
    (perché quanto prima non è di per sé un difetto, ma può essere solo
    un fatto oggettivo) senza volontà reale di costruirle, in particolare
    nella classe operaia.

    ResponderEliminar
  16. compagno, i compagni della TPR siamo una tendenza espulso di Partido Obrero, e rivendicare la nostra reintegrazione alla Partido Obrero, un partito i cui membri sono principalmente lavoro. Se non siamo al Partido Obrero, è perché la direzione di Partido Obrero ci ha spinto contro la nostra volontà. Non è vero, anche, siamo un gruppo esclusivamente studentesco: provengono dal movimento studente ma stiamo andando alla movimento operaio. In effetti, spiega il nostro ultimo giornale, TPR ha aperto il suo primo nuclei nel movimento operaio del trasporto, che è il più dinamica del periodo precedente. Se si imposta, materiali nel nostro Blog sono dirette principalmente di intervenire su diversi fronti di lavoratori e anche una politica socialista e del lavoro nella situazione politica. Inoltre, amico, chiedo perché in discussione la nostra volontà di costruire nella classe operaia, e non mette in discussione Altamira è stata dedicata ad attaccare alla PCL al XXI Congresso del Partido Obrero.

    ResponderEliminar
  17. lo sai che noi abbiamo proposto che la propria Partido Obrero dovuto affrontare la sfida di proletarianize attività i giovani di Partido Obrero e che XVII Congresso di Partido Obrero è stato votato contro? lo sai que i nostri compagni laureato di liceo andò a militare nei quartieri e nelle fabbriche? Siamo sempre alla ricerca di e continueremo cercando di organizzare la maggior parte della classe operaia con una politica del lavoro e socialista. e se si viaggia, è perché siamo costretti rendere perché Altamira sta distruggendo il CRQI.

    ResponderEliminar
  18. mostrame tus obreros15 de agosto de 2012, 10:27

    "creemos firmemente que, en la medida que la TPR se transforme en una tendencia real del movimiento obrero e incluso mayoritaria(...)"
    JAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!!!!!!
    JAJAJAJAJAJJAJAJAJAJAJAJJAJAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!!!!!!

    ¿¿¿¿¿La TPR va a ser corriente mayoritaria en el movimiento obrero???????????????????????

    Nene, andá al psicólogo, en serio

    jajajaja que grave tu estado

    ¿por que no empiezan por un objetivo más factible? por ejemplo impedir que se les vayan sus propios y escasos militantes...

    PD: para que no me respondas con una chicana evasiva tipo "y vos con Altamira y Syriza bla bla" aclaro que no banco ni ahi al PO, ni al NPA, etc. Simplemente lei lo de la TPR tendencia mayoritara del movimiento Obrero y me cagué de risa.

    Saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¿Por qué tanta risa, che? ¿estás nerviosho?

      Los militantes de la TPR no le mostramos ni le dejamos de mostrar "nuestros" obreros a nadie porque nuestros compañeros no son todavía dirigentes públicos pero quedate tranquilo que a los compañeros los conocen muy bien en sus lugares de trabajo.

      Por otra parte, parece que no conoces a "nuestros" obreros pero sí conoces muy bien a "nuestros" "propios y escasos militantes"...

      ¿vos te das cuenta que hablas (y pensas) como un puntero, no? ¿cómo puede ser que estes contando fichitas entre la izquierda cuando es evidente que todos los partidos de izquierda están en el infra mundo? ¿no estarás mirando cómo le va a la TPR para tratar de auto-justificar tu secta a falta de argumentos más sólidos no? Es increíble lo miserable que sos y la total falta de perspectiva histórica que tenés. ¿Programa? No, gracias. Con un aparato sin perspectivas y en descomposición que "tenga" un par de obreros alcanza.

      Lamento informarte, por lo tanto, que esta carta tuvo más de 2000 visitas (es el material más leído en toda la historia del blog) y estamos avanzando como organización, sobre todo en el movimiento obrero.

      No es casualidad: los militantes de la TPR damos una lucha sistemática y metódica por organizar a los trabajadores detrás de una intervención programática y nuestro blog es un fiel reflejo de esto.

      Para nosotros no se trata de si vamos a lograr o no construir efectivamente una tendencia mayoritaria sino de librar una lucha sistemática por ese objetivo y dar pasas concretos en ese sentido.

      Trabajamos por una perspectiva histórica independiente para el movimiento obrero y no para unas rencillas de aparato inconducentes e irrelevantes para los verdaderos trabajadores y para los verdaderos revolucionarios.

      Por último, la TPR se prepara para ser una corriente mayoritaria porque tiene voluntad de poder. Cualquier partido de izquierda que pretenda merecer el nombre tiene que militar para ser alternativa política. Si un partido revolucionario no se cree que su programa es la clave para emancipar a la mayoría de los trabajadores del nacionalismo burgués y aplicar prácticamente la dictadura del proletariado, entonces que ese partido se disuelva y se sume al basurero de la historia junto al MAS, el PST y toda la basura democratizante.

      Nosotros somos una tendencia expulsada con fisonomía de partido. Peleamos por nuestra reincorporación al Partido Obrero y por su reforma porque somos consciente que los partidos verdaderamente revolucionarios no se construyen de un día para otro y merecen ser defendidos contra los virajes de su dirección.

      Es raro, entonces, que creas que nos vamos a confundir con que vos sos del PO. Por el contrario, te leo y tenés toda la psicología y todos los rasgos miserables y repugnantes de una secta democratizante y morenista:

      1. "mostrame tus obreros" // 2. te parece ridículo que una corriente de izquierda pretenda ser mayoritaria y dispute poder

      Te queda una de dos: sos del PTS o sos un kirchnerista ultra-presionado por la izquierda (cosas que, en muchos casos, es lo mismo).

      En cualquiera de los dos casos, te llamo a romper con la pelotudez y a luchar contra el gobierno de Cristina para defender todos los reclamos populares y aportar a la construcción de una oposición de izquierda.

      Saludos.

      Eliminar
  19. seria divertido sino fuese tan patetico, para difamar algo de lo que se dice tiene que tener algun gollete! cuanta trasnoche especulativa y verbal

    ResponderEliminar
  20. Companheiros da TPR, parabens pelo otimo artigo. Antonio Junior, operario metalurgico da CAF-Brasil

    ResponderEliminar
  21. ahora entiendo por que don jorge aparece tanto en tn y se sienta en la misma mesa con atanasoff fusilador de kosteki y santillan me dio asco hasta donde llega su oportunismo politico, no se cura mas. viene asi desde los 70 y mira que los vivi junto a el

    ResponderEliminar
  22. Recomiendo esto para tener en claro un par de cosas.
    http://po.org.ar/blog/2012/07/22/informe-de-apertura/ (en la parte que habla del "Ascenso y crisis de la izquierda" se puede apreciar todo lo que los compañeros de TPR omiten por casualidad no màs, y toman citas alegremente para acomodar la realidad a su gusto.)

    se nota un resentimiento de carácter personal con Altamira lo cual degrada la calidad y el enfoque de todo lo que quieran plantear,
    nunca querría ser re incorporado a una organización política cuya organización internacional, es dirigida por un solo tipo, me explico, digo esa seria suficiente señal para concluir que dicha organización ya esta burocratizada y sin cura...
    por ultimo porque consideran una critica en terminos marxistas, a otro marxista, como un ataque?

    Saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. 1. ¿cómo omitimos el "viraje de las masas"? de hecho, la propia carta plantea el frente único obrero entre el eek, antarsya, syriza y el KKE para poder atravesar esa experiencia y aprovechar las expectativas de las masas. Lo que nosotros criticamos es pretender un gobierno de izquierda sin frente único obrero, lo cual significa, entregarse maniatado. De hecho, si te fijas, no por nada ahora surgió el debate sobre si hacer entrismo o no en Syriza y ahora el EEK tomó todas nuestras posiciones sobre Grecia denominando incluso a Syriza como izquierda frentepopulista.

      2. el resentimiento es absolutamente lícito en política. lo contrario es un pretender una objetividad propia de académicos entre revolucionario. el problema no es de "enfoque" sino si estás de acuerdo o no con nuestras posiciones políticas. ¿había que liquidar al EEK y Antarsya detrás de Syriza o no?

      3. es gracioso como "no sos resentido" y recomendas leer a Altamira para después rápidamente pasar a decir que la CRCI es una organización burocratizada y sin cura. Demuestra que todos tus "modales" y tu diplomacia son pura hipocresía. Nosotros, contra Altamira, defendemos a la CRCI e incluso defendemos a Altamira contra el propio Altamira porque la CRCI y sus dirigentes son una conquista histórica de la clase obrera que los tenemos que defender contra el viraje anti-capitalista y ahora frentepopulista. Por eso corresponde una crítica implacable para avanzar en las conclusiones e imponer un nuevo plan de acción.

      4. la diferencia entre una crítica y un ataque es que el ataque tiene por fin la liquidación mientras que la crítica la superación. Altamira "crítica" la CRCI para disolverla. Por lo tanto, se trata de un ataque. Nosotros criticamos, y mucho, a la CRCI para desarrollarla en un sentido revolucionario como atestigua nuestra carta y las propuestas al final de la misma.

      5. escribiste mucho pero no dijiste lo central, si no sos de la CRCI ¿dónde militas y qué opinás que había que hacer en grecia? Saludos.

      Eliminar
  23. Quando vocês vão ter coragem se fundir com o PCO em uma organização internacional?

    ResponderEliminar
  24. Cuando Ud. va a tener el corage de repudiar el Frente Popular en Brasil y dejar de ir a la rastra del PSTU y el PSOL?

    ResponderEliminar
  25. Chicas: No sean resentidas y mariconas.La TPR que se vaya a llorar a la iglesia y el PO es un partido, no un regimiento.Altamira es un militante, no un general.Cuando quieran ser del PO pidan permiso. Vayan a laburar.....

    ResponderEliminar
  26. Encima le dicen oportunista. Oportunista es apoyar el FIT y presionar para integrarlo en plena campaña de las paso, pedir aportes y hacer figurar como que ya estàn en el FIT. Si son afiliados al Partido Obrero ¿porquè no estàn ahì? y si discrepan con el Partido Obrero ¿porquè no lo hacen pùblico en vez de apoyar al FIT? Tienen unas posturas desafortunadas y estàn resentidos.

    ResponderEliminar
  27. Compañeritos:Ustedes son tan inteligentes que no se les entiende un carajo. Aparte sus cartas son larguìsimas.Acèrquense a los trabajadores y aprendan una lecciòn de sencillez y humildad.

    ResponderEliminar
  28. Lo que sigo sin entender: Cómo una camarilla que desviaba cotizaciones y actuaba a espaldas del CC del Partido se puede reinvindicar independiente y a cusar a Altamira de "oportunista".
    Sectas miserables

    ResponderEliminar